Publicidad
Celebración de Año Nuevo: ¿Dónde dejé mi vaso? Yo opino

Celebración de Año Nuevo: ¿Dónde dejé mi vaso?

Iván Muñoz
Por : Iván Muñoz Psicólogo y director de Paréntesis ASC del Hogar de Cristo
Ver Más

Alerta sobre el consumo de alcohol y consejos para beber responsablemente.


Llega fin de año, se espera con ansias un cambio de ciclo y el ánimo es de celebración. Como en muchos lugares del mundo, en Chile este evento está asociado al consumo de alcohol: para el aperitivo, el brindis, la cena y los tragos para “alegrar” la noche.

El nivel de consumo de alcohol en la población chilena y los riesgos asociados es un tema presente en todos los debates sobre salud y accidentabilidad. Según la OMS, las personas mayores de 15 años en Chile tienen un consumo per cápita promedio anual de 9 litros de alcohol puro, sobre la media mundial. Sin embargo, la preocupación más que por la cantidad, es por la forma en que tomamos. Si usted es consumidor de alcohol, pregúntese: ¿Cuántos tragos bebió el pasado Año Nuevo?

Posiblemente, su respuesta puede ser de 4 a 5 tragos, contemplando un consumo “típico” de esa noche con un pisco sour, un espumante, un par de copas de vino y un combinado. Pero la verdad es que en este consumo no hay 5 tragos, sino que puede llegar a haber 8 tragos o unidades de bebidas estándar UBE), ya que lo que se mide no es la cantidad de vasos o copas, sino los mililitros de alcohol presentes en cada uno de ellos. Un combinado, por ejemplo, tal como se preparan en nuestro país, podría contener incluso más de 2 UBE.

Lo complejo de todo esto es que la recomendación es no beber más de 2 UBE en un mismo día o, al menos, no superar el límite máximo de 4 UBE en hombres y de 3 UBE en mujeres. Y, ojo, que tampoco son acumulables durante la semana. Una lata de cerveza, una copa de vino, una copa de pisco sour equivaldrían a 1 UBE, por lo que este consumo en una noche estaría rozando el máximo recomendado. Así es como el patrón de consumo de una proporción importante de chilenos nos ubica entre las naciones con alto grado de riesgos y daños derivados. El alcohol se ha transformado en el factor que más negativamente influye en la calidad y expectativa de vida nacional.

La forma de tomar en estas fechas es denominada “consumo de riesgo”, ya que implica beber una gran cantidad de alcohol en un período muy corto de tiempo. En otros países, especialmente europeos, se consume incluso la misma cantidad de alcohol puro promedio al año, pero no se superan los máximos sugeridos por día y se deja un par de días sin beber, tal como sugiere la OMS. En Chile, en cambio, se suele entender el fin de semana como el momento para consumir lo que no se bebió durante toda la semana, conducta que aumenta en una instancia de celebración como las que estamos viviendo por estos días. El problema entonces es la cantidad y la velocidad con la que se bebe. Muchas veces no nos preocupamos de contar cuánto se ha bebido, sino más bien la cantidad de vasos que hemos tomado. Y, por otro lado, no se tiene conciencia de cuánto me he demorado en tomar un trago y luego comenzar a tomar el otro. Hay personas que pueden tomar 3 y hasta 4 tragos (UBE) en menos de 1 hora, lo que implica un riesgo para salud. Y a más consumo, menos conciencia para llevar la cuenta de la ingesta.

Nuestro organismo demora en promedio 1 hora en procesar y eliminar 10 gramos del alcohol puro (equivalente a 1 UBE), por lo que una de las acciones principales es darle tiempo para que procese ese consumo y evitar el estado de embraiguez que afecta el estado de alerta. Para evitar que una celebración termine en tragedia, es importante tomar en cuenta estas recomendaciones:

-Cuente la cantidad de tragos: Ahora que sabe qué significa una unidad de bebida estándar (UBE), preocúpese de la cantidad que bebe.

-Tome despacio, recuerde que la velocidad es importante: Deje al menos 1 hora entre trago y trago para ayudar al organismo a desintoxicarse.

-Alterne bebidas alcohólicas con no alcohólicas, ojalá agua: Una de las principales razones de la resaca al día siguiente es que el organismo se deshidrata con el consumo de alcohol, por lo que busca agua en todos los lugares de nuestro cuerpo y nuestro cerebro es donde más encuentra. Resultado: un gran dolor de cabeza.

-Aliméntese antes y mientras bebe: Ojalá comience comiendo bien antes de consumir alcohol. Así el cuerpo tendrá energía para apoyar el procesamiento de esta sustancia.

-No mezcle alcohol con bebidas energéticas: Si bien parece una solución para recuperarse o estar “más activo”, este tipo de bebidas, por su alto contenido de cafeína, enmascara el efecto depresor del alcohol en nuestro sistema nervioso central, por lo que pareciera que estamos más despiertos. Sin embargo, las respuestas de nuestro cuerpo serán igual de lentas ante una situación que requiera concentración y reacción.

-Si está tomando algún medicamento, evite mezclar con alcohol: En ocasiones se desconoce cómo podría alterar el efecto de un fármaco si se mezcla con bebidas etílicas; la sugerencia es no arriesgarse.

-Si alguien no quiere beber, no insista. Muchas personas toman la decisión de no beber o de beber poco, respete a quienes toman esta decisión, que es parte importante del cuidado propio y del de otros.

-Marque su vaso o copa: Este consejo no es para evitar que se la quiten, sino para que pueda llevar un conteo real de lo que ha bebido. Cuántas veces en una fiesta se ha preguntado ¿dónde dejé mi vaso? Ante la pérdida probablemente tome el que encuentre más lleno o se vuelva a servir otro, sin recordar cuánto había alcanzado a tomar del anterior. Si esto ocurre varias veces en una noche, difícilmente sabrá qué cantidad ha bebido.

Si quiere más información sobre esto, lo invito a visitar nuestra página www.tomoelcontrol.cl.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias