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Catherine Deneuve e intelectuales francesas en picada contra denuncias de acoso: «Defendemos la libertad para importunar, indispensable para la libertad sexual» Anti #MeToo

Catherine Deneuve e intelectuales francesas en picada contra denuncias de acoso: «Defendemos la libertad para importunar, indispensable para la libertad sexual»

Un colectivo de mujeres rechazó el «puritanismo» que según ellas se instaló tras las acusaciones de acoso y agresión sexual contra el productor estadounidense Harvey Weinstein.


Un colectivo integrado por 100 mujeres, entre ellas la actriz francesa Catherine Deneuve, publicó este martes una tribuna en en el diario Le Monde para «defender» la «libertad de importunar» de los hombres y oponerse a la «campaña de delaciones» surgida tras el escándalo Weinstein.

«La violación es un crimen. Pero el flirteo insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista», dice la declaración de un centenar de intérpretes, escritoras, investigadoras y periodistas que rechaza el «puritanismo» que, según ellas, se instaló en la sociedad tras las acusaciones de acoso y agresión sexual en Hollywood.

Por eso, personalidades como la actriz Catherine Deneuve, la escritora Catherine Millet, la editora Joëlle Losfeld o la actriz Ingrid Caven defienden la «libertad de importunar» de los hombres, que consideran «indispensable para la libertad sexual».

«Como resultado del caso Weinstein, ha habido una conciencia legítima de la violencia sexual contra las mujeres, particularmente en el lugar de trabajo, donde algunos hombres abusan de su poder. Ella era necesaria», reconocen.

Sin embargo, sostienen que «en nombre de un supuesto bien general, los argumentos de protección y potenciación de la mujer para mejorar la cadena de ellas a un estado de eternas víctimas, pobres pequeñas cosas bajo la influencia de demoníacos hombres dominantes, como en los buenos tiempos de la brujería».

Además aclaran que «no se sienten representadas por ese feminismo que, más allá de la denuncia de los abusos de poder, adquiere el rostro de un odio a los hombres y su sexualidad», en alusión al movimiento #MeToo («yo también»), que surgió espontáneamente en las redes para denunciar situaciones o casos de abusos.

Y van más allá, al decir que ese movimiento es una «justicia sumaria» que «ya tiene sus víctimas, los hombres castigados en el ejercicio de su profesión, obligado a renunciar, etc., mientras que sólo se culpa de que se golpeó una rodilla, tratado de robar una besarse, hablar sobre cosas ‘íntimas’ en una cena de negocios, o enviar mensajes sexualmente explícitos a una mujer que no se sintió atraída por el otro».

Si bien reconocen que el caso Weinstein dio lugar a una «toma de conciencia» sobre la violencia sexual contra las mujeres en el contexto profesional, «esta fiebre de enviar a los ‘cerdos’ al matadero (en referencia al hashtag francés #balancetonporc («Delata a tu cerdo»), equivalente del inglés #MeToo,), lejos de ayudar a las mujeres a empoderarse, sirve en realidad a los intereses de los enemigos de la libertad sexual, a los extremistas religiosos, a los peores reaccionarios y a quienes estiman (…) que las mujeres son seres aparte, niños con una cara adulta, que reclaman ser protegidas».

El colectivo además considera que «esta liberación de la palabra se vuelve hoy en lo contrario: nos conminan a hablar como es debido, a hacer callar lo que enoja, y quienes se niegan a plegarse ante semejantes directrices, son vistas como traidoras, ¡cómplices!».

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