La actriz española afirmó también que respeta a las actrices estadounidenses que están detrás del movimiento Time’s Up (se acabó el tiempo), pero también a la francesa Catherine Deneuve, que ha tildado las denuncias como «puritanismo».
Rossy de Palma es una actriz española que marcó una época como chica Almodóvar. Por eso se transformó en un referente internacional en cuanto a trangresión.
Sin embargo, durante un evento en la embajada de Francia en España, señaló que «cuando las cosas están muy calentitas» ella prefiere «quedarse detrás» ya que no le gusta unirse a grupos.
Aún así, manifestó su respeto a las actrices estadounidenses que están denunciando casos de abusos, como el del productor Harvey Weinstein. «Yo conocí a Harvey Weinstein y se veía que era un tiburonaco», afirmó.
Pero también reconoció la libertad de Catherine Deneuve y de otras artistas francesas al mostrar su apoyo al polémico texto que defendía «la libertad de los hombres a importunar», que era una defensa al derecho al flirteo y a la galantearía y contra «el puritanismo» de las feministas.
«Si nos quitamos el mundo de la seducción ¿qué nos queda?», se preguntó De Palma.
«Yo no soy mucho de manifestarme, soy más de tomarme los derechos antes de pedirlos, soy más de una osadía natural y cotidiana en mi vida y en todo lo que he dicho, hasta puedo sentirme más ser humano que mujer y empatizar con un hombre y una mujer indistintamente», precisó.
De Palma dijo no sentirse representada por mujeres como la canciller alemana, Angela Merkel, a quien ve como un «hombre con faldas» que para «llegar ahí ha tenido que ser muy fuerte y demostrar que puede ser como ellos».
«El feminismo se me ha quedado pequeño como palabra, yo ahora hablo de ‘soloridad’, que es la solidaridad entre mujeres, que es lo que más me interesa para empoderarnos entre nosotras, porque no quiero estar siempre en la contraposición de la mujer contra el hombre. No me interesa eso», añadió.
Para la actriz, las mujeres ya se «han mirado mucho en el espejo del hombre para todo» y ahora lo que tienen que hacer es «una introspección».
«Es más un trabajo interno de descubrir quiénes somos porque no nos conocemos tanto como creemos», concluyó.
