La Imagen del Día Braga viene de la cuenta de Twitter del diario mexicano El Universal, que destaca que Sharon Stone cumple 60 años en muy buena forma. Así lo demuestra tanto en el terreno profesional, donde protagoniza la próxima película de Martin Scorsese, The Irishman, junto a Robert De Niro y Joe Pesci; como en el ámbito personal, donde comparte con sus seguidores, a través de las redes sociales, que es posible estar en forma a los 60 años.
Stone no es de esas personas que esconden su edad. Al contrario. Después del infarto cerebral que sufrió en 2001, por el que le dieron solo «un 5% de posibilidades de vida», la grita con orgullo. «Hacerme mayor es mi objetivo», ha dicho. Este sábado cumple 60 años y los celebra volviendo a trabajar al ritmo que le robó aquella enfermedad y reclamando su lugar. La serie Mosaic, de Soderbergh, el proyecto con Scorsese, y varias pequeños proyectos como protagonista son su vehículo para alcanzarlo.
Pero también con un cuerpo que genera admiración. Es que esta mujer que tiene un coeficiente intelectual de 154, superior a la media, tiene claro lo que «la gente no quiere ver una Sharon Stone gorda. Conozco mi marca», dice. No toma café, no come alimentos procesados. Hace años que se quitó el gluten después de ser diagnosticada celiaca. Dejó de beber alcohol cuando se enteró de que así conseguía Madonna, de su misma edad, su cuerpo. Come carne y es «una adicta al chocolate negro».
Sharon empezó como modelo. En el concurso de Miss Pennsylvania uno de los jurados le dijo que tenía que mudarse a Nueva York para trabajar en moda. Lo hizo y fichó con la agencia Ford. Recuerda muy bien su primer trabajo remunerado como modelo porque «era una niña pobre de Pennsylvania», ganándose en la vida en la gran ciudad. «Enmarqué mi primer billete de 100 dólares y aún lo tengo en la estantería».
