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Las dos esposas de Stephen Hawking Científico falleció a los 76 años

Las dos esposas de Stephen Hawking

El astrofísico se casó dos veces: con Jane, con quien tuvo tres hijos, y con Elaine, quien fue acusada de maltratarlo y humillarlo.


Conmoción mundial ha causado la muerte del físico Stephen Hawking luego de luchar por años con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que le fue diagnosticada a los 21 años y que se fue agravando a lo largo de su vida.

El reconocimiento a su trabajo como científico ha sido ampliamente difundido, no tanto así su vida personal. Parte de esa esfera salió a la luz en 2015, cuando se estrenó la película La Teoría del Todo, película protagonizada por Eddie Redmayne y Felicity Jones, que retrata parte de la vida del físico junto a su primera esposa, Jane Wilde Hawking, la mujer que lo acompañó durante más de 20 años.

Jane contó en sus memorias Hacia el Infinito, Mi Vida con Stephen Hawking (en donde se basó la película) cómo fue formar una familia poco tradicional y cómo la enfermedad degenerativa afectó al científico.

Ella narra como conoció en Oxford y se casó en enamorada de su amor platónico, un joven cosmólogo al que le diagnosticaron dos años de vida. «A pesar de lo excéntrico que era, Stephen me gustó desde el principio. Los dos éramos tímidos cuando estábamos en presencia de otros, pero confiábamos en nosotros mismos cuando estábamos juntos. Al principio era impensable pensar que alguien tan joven tuviera que enfrentarse a la perspectiva de su propia muerte (…) Con el tiempo y en plena psicosis de la era nuclear, esa idea acabó apoderándose de nosotros», escribió.

Su matrimonio duró hasta 1990, luego de que el se enamorara de Elaine Mason, su enfermera, de quien también se divorciaría  en 2006. Para Jane no fue fácil el tránsito de enfermeras por su casa, sobre todo porque trataban a Hawkings como una celebridad y le cuestionaban que ella no abandonara sus actividades para dedicarse al cuidado exclusivo de él. Sin embargo, postergó su carrera para cuidarlo y crió a los tres hijos de la pareja, por lo que después de unos años ya estaba agotada e incluso pensó en suicidarse.

«Yo tenía niños pequeñísimos, llevaba la casa y cuidaba de Stephen las veinticuatro horas del día. Lo vestía, lo bañaba y él rechazaba toda ayuda salvo la mía. Pensé que forzarle a tomar medidas al respecto sería demasiado cruel», confesó en una entrevista.

Según su relato, el astrofísico se fue poniendo más irascible y complicado mientras su enfermedad avanzaba y su fama crecía. Y la relación fue complicada de llevar porque eran cuatro en el matrimonio: Jane, Stephen, la enfermedad y la Física.

Ni la película ni el libro tocan el tema de la vida sexual de la pareja. «Mi sentido de lealtad hacia Stephen me prohibió cualquier discusión abierta del tópico, que para él era un tema tan tabú como su enfermedad», escribió en sus memorias.

Mientras, Hawking se casaría con Elaine Mason, conocida como «el monstruo» o «la pesadilla», quien ha sido acusada no solo de manipularlo, sino que de humillarlo, golpearlo y maltratarlo.

En una ocasión, el científico ingresó al hospital aquejado de neumonía, pero también con cortes en la cara y moratones en las extremidades. En otra ocasión sufrió una insolación severa luego de que su mujer le dejara horas al sol, sentado en su silla, según sus cercanos.

Su hija Lucy denunció a la madrastra a la policía. Pero la investigación por presuntos abusos físicos no pudo concretarse porque Hawking se negó a colaborar con las pesquisas policiales o a corroborar los maltratos por lo que el caso se archivó.

 

Tras ese divorcio y la película, Jane y Stephen volvieron a hablar y a compartir en familia. Los hijos se habían mantenido distante de su padre durante su relación con Mason, pero fueron testigos de cómo sus padres se reencontraban para asistir al estreno de La Teoría del Todo.

Hawkings permaneció bajo el cuidado de Judith Croasdell en los últimos años de su vida, cuyo principal empeño fue velar por salud y mantener el hilo de comunicación del científico con el mundo.

«¿Qué es lo que más le intriga del universo?», le preguntaron a Stephen Hawking en una conferencia. «¡Las mujeres!», respondió el famoso astrofísico con humor.

 

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