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La historia de los escándalos sexuales que ponen en jaque a la Academia del Nobel de Literatura La Academia sueca vive la mayor crisis institucional de su historia

La historia de los escándalos sexuales que ponen en jaque a la Academia del Nobel de Literatura

Tres académicos han dimitido porque el marido de una miembro acumula 18 acusaciones de vejaciones y abusos sexuales.


La Academia sueca del Nobel de Literatura vive la mayor crisis institucional de su historia. Hace unos días los escritores Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund anunciaron su salida de la institución por el escándalo de supuestos abusos sexuales y filtraciones que afecta a una persona estrechamente vinculada a la Academia.

Más tarde se supo que esa personalidad era Jean-Claude Arnault, dramaturgo francés residente en Suecia desde hace décadas y casado con Katarina Frostenson, miembro de la academia. La revelación pública le llevó a tomar la decisión de abandonar el país. También se le acusa de estar detrás de las filtraciones de varios ganadores del Nobel de Literatura en los últimos años. Las tres dimisiones se produjeron al día siguiente de que la Academia Sueca votara sobre la exclusión de Frostenson sin alcanzar la mayoría necesaria de dos tercios.
A raíz del escándalo, la Academia contrató a una firma externa para hacer un informe del caso, a la par que varias mujeres interponían denuncias y la fiscalía abría una investigación. Las críticas en el mundo cultural sueco arreciaban.

Katarina Frostenson, miembro de la Academia, cuyo marido está acusado de cerca de una veintena de abusos sexuales presuntamente cometidos en los pisos propiedad de la institución

¿Cuáles son las razones de dimisión de los miembros de la Academia?

«La Academia ha tenido desde hace tiempo problemas serios y ahora intenta resolverlos anteponiendo oscuras consideraciones a sus reglas, lo que implica traicionar a sus fundadores y protectores, así como su tarea de representar el talento y el gusto», señaló Östergren en un comunicado enviado al periódico Svenska Dagbladet.

Otro académico, el poeta Kjell Espmark, anunciaba su salida a través del otro diario,  Dagens Nyheter,. Sus razones para tomar la decisión son similares: «La integridad es el nervio central de la Academia. Cuando voces centrales ponen la amistad y otros motivos no pertinentes por delante de la responsabilidad por esa integridad, ya no puedo participar en sus tareas».

A Östergren y Espmark se unió luego Peter Englund, que fue secretario permanente de la institución entre 2009 y 2015, quien señaló la «creciente grieta» en la Academia. «Se han tomado decisiones en las que no creo ni puedo defender y por eso he decidido no participar más en el trabajo de la Academia», señaló en un comunicado Englund.

La pertenencia a la Academia es vitalicia, así que la dimisión es solo simbólica

Todos aludieron a la confidencialidad vinculada a la institución para no dar más detalles sobre una decisión que, en la práctica, es simbólica: la elección es de por vida, aunque los miembros sí pueden optar por no participar ni en sus actividades ni en sus votaciones.

Las dimisiones reduce aún más el número de asientos ocupados en la institución. Solo hay ocupados 13 de los 18 puestos. A las últimas renuncias hay que sumar a dos autoras, Kerstin Ekman y Lotta Lotass, que boicotean a la institución desde hace que ésta se negó a condenar la emisión de la ‘fatwa’ contra el escritor británico Salman Rushdie.

En esta ocasión es un dramaturgo francés, Jean-Claude Arnault, quien ha puesto en jaque la credibilidad de una de las instituciones más queridas en Suecia.

 

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