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Cathy Barriga: “Del  encrespado de pestañas, conejos, estereotipos y sesgos inconscientes” Yo opino

Cathy Barriga: “Del encrespado de pestañas, conejos, estereotipos y sesgos inconscientes”

Yolanda Pizarro Carmona
Por : Yolanda Pizarro Carmona Subsecretaria de la Niñez.
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Abro, como todas las mañanas, mi twitter y me encuentro con el revuelo por un curso de empoderamiento para las niñas en la comuna de Maipú  que parte con un taller de encrespado de pestañas.

Habían anteriores cuestionamientos a una sesión de trabajo con conejos gigantes y funcionarios disfrazados para una celebración no propia de este país pero que logró introducirse y permear a la sociedad chilena en todos los niveles socio económicos como lo es Halloween .

Frente a aquello decidí  recordar la experiencia vivida horas antes donde celebramos el día mundial de las niñas en las Tics, instancia notable que fortalece el liderazgo, potencia habilidades, llena el corazón y la mente de esperanza  en que pronto aumentaremos el 4.5% de mujeres que tenemos trabajando en Tics porque existe una alianza público privada liderada por expertas que lo hacen posible. Con ese foco empecé a analizar la otra cara de la moneda que nos hace relentizar los procesos,  otras realidades donde los estereotipos y sesgos inconscientes pueden fracturar para siempre los sueños de niñas y adolescentes que anhelan para su futuro algo más que encresparse las pestañas  y tener un cuerpo de modelo de pasarela. Quieren  ser científicas, astrónomas, físicas nucleares, matemáticas, ingenieras, geólogas, carreras más bien de “hombres” según decían nuestras abuelas .

Y volví a Maipú  preguntándome si estás empoderando enseñándoles a encresparse las pestañas cuando 166 niñas entre 13 y 16 años fueron madres en el 2015 según un estudio de la  Corporación Miles, fenómeno liderado fundamentalmente por las más pobres. Me respondí convencida, sin dogmas pero con conocimiento  y  producto de trabajo en terreno que ese no es el camino para lograr que sean más seguras de sus saberes, conocimiento y habilidades, que logren sentarse de igual a igual con sus compañeros en las clases de matemáticas y ciencias, que sean capaces de exigir igual trato y oportunidad de pasar adelante a resolver problemas complejos en esas y otras materias que llaman “duras”, que cuando van en el metro o en cualquier medio de transporte y son acosadas sean capaces de gritar y parar “en seco” al acosador, pedir igualdad de trato al momento de hacerse cargo de los hermanos menores y compartir las  tareas domésticas, en fin tantas otras situaciones que requieren de herramientas  que se trabajan desde la educación inicial  y  en la etapa escolar fundamentalmente, justo el periodo de edad que se  considera  en los  talleres.

Las niñas aprenden a ser mujeres conforme a la normativa social que predomina: aquella que estimula conductas encaminadas al cuidado de la estética, a la maternidad, al trabajo doméstico y al cuidado de las personas. Al contrario de los hombres, la actitud modelada de las niñas es más insegura, temerosa, de constante subestimación lo que se proyecta en su vida escolar y profesional nos muestran los diferentes estudios.

Este comportamiento, que se presenta de manera inconsciente en los primeros años de vida, es la preparación simbólica para arraigar su rol de mujer en la etapa adulta y si todo este modelo es exacerbado por los medios de comunicación sexistas y estreotipados  se complejiza aún más la instalación de las niñas y jóvenes como sujetas  que se “paran “en la vida en igualdad de condiciones que los varones.

Por otra  parte, el capacitar a las dueñas de casa como dice la invitación de la alcaldesa en el encrespado de pestañas como una forma de incrementar sus ingresos es fomentar un tipo de  emprendimiento precario, anclado en el hogar donde además de desarrollar dicho oficio, preparan el almuerzo, ayudan a los hijos con las tareas y cuidan a los abuelos o maridos enfermos.

El emprendimiento para que tenga un real impacto requiere de capacitación , de saber qué es  y cuál es el modelo de negocios, contabilidad básica, establecer redes  de conexión entre las incumbentes y

que permitan generar asociatividad por mencionar algunos tòpicos, de lo contrario están destinados al fracaso y con ello a altos niveles de frustración, perdida de la modesta inversión y  dificultades al interior del grupo familiar .

Creo que lo más grave es mantener y enraizar el rol estereotipado propio de un  orden de género donde se establece lo que puede esperarse, es valorado o permitido en una mujer donde son las encargadas de las tareas domésticas, la crianza  y el ejercicio del cuidado  de terceros además de la presión social de ser atractivas cuidando la figura, el maquillaje y la ropa que es  lo que ofrece hoy el municipio.

Aquí necesitamos,  a nivel local, que el sistema educacional y social ofrezca alternativas de futuro atractivo a las niñas y adolescentes  de manera que puedan pensar  y dibujar proyectos de vida diferentes como por ejemplo talleres de robótica, computación avanzada, ciencia y arte, bibliotecas con comics hechos por mujeres que hablan de temas de mujeres para incentivar una masa crítica que más adelante se transforme en modelo  para las que vienen más abajo , con profesores/as dispuestas a la escucha atenta y amorosa que las  acoja (tema para otra columna) en sus demandas propias de una sociedad globalizada, individualista y consumista.

Es clave reforzar las medidas que posibiliten el aumento de la tasa laboral femenina fortaleciendo la cobertura de políticas y programas, en los gobiernos locales, con capacitaciones en oficios que tengan real demanda en el mercado contribuyendo con ello  a que las mujeres puedan participar en el mundo del trabajo . Contemplar aquí una política comunicacional que incentive el uso de salas cunas y jardines infantiles públicos para que trabajen tranquilas.

Todo este replanteamiento con real perspectiva de género, igualdad y equidad  contribuiría al empoderamiento de niñas, adolescentes y mujeres adultas  aprovechando estos talentos educados y capacitados como un valor agregado y un ejemplo para otras comunas.

Las alcaldías lideradas por mujeres, son hoy en Chile espacios de poder escasos como todos aquellos en política, alta dirección y gerencia de empresas. Aquí la alcaldesa puede llegar a ser un buen modelo que rompe barreras y sesgos inconscientes solo rearmando los programas con los mismos recursos. En este contexto invito a la alcaldesa Barriga a conversar sobre género y empoderamiento como una forma de co construir espacios que nos permitan acortar con más celeridad brechas económicas y  sociales.

Sin duda no podemos desconocer que parte de nuestro ser mujer pasa,  lo queramos o no,  por sentirnos y vernos guapas (qué es ser bonita hoy en le siglo XXI, da para otra columna). Ahora lo que si  tengo grabado a “sangre y fuego” es que la  vida no pasa por el encrespado de pestañas el que además se puede hacer con una simple cuchara, si no lo creen pregúntenle a sus madres o abuelas.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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