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La Roja Femenina: llevan años entregando tanto al fútbol, que ya es hora que el fútbol les entregue todo a ellas Yo opino

La Roja Femenina: llevan años entregando tanto al fútbol, que ya es hora que el fútbol les entregue todo a ellas

Romina Muni Daneris
Por : Romina Muni Daneris Periodista, locutora y comediante. Reporteo fútbol. Me pueden encontrar en Twitter e Instagram como @Soylaromy_
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Mientras la fanaticada lloraba la eliminación de la selección masculina a Rusia 2018, un grupo de mujeres se preparaba para la Copa América Femenina que se jugó en nuestro país. En silencio y casi sin cámaras, trabajaron duro en duelos preparatorios para dicho torneo.

Después, entre el 4 y 22 de abril, sentí que veía los partidos en un vagón de metro, porque en cada jornada se subía más y más gente al carro. Claro, Chile mostraba buen fútbol y eso se reflejaba en los resultados.

Punto a favor para CHV, que se la jugó por el fútbol femenino y permitió que miles de personas fueran conociendo las historias, la garra y el profesionalismo que envolvía a estas mujeres. Fue una apuesta del canal y terminaron pegándole el palo al gato. El rating los acompañó, porque el acontecimiento futbolístico terminó posicionándose como uno de los eventos más vistos en lo que va del año 2018, alcanzando un promedio de 28,2 en la goleada por 4-0 ante Argentina.

Tras el triunfo ante Argentina, seguramente muchos se sorprendieron al escuchar decir a Carla Guerrero, “la Jefa”: “Yo le he dado mucho al fútbol y el fútbol me ha dado muy poco”. Y así es, el fútbol ha mirado en menos, desde hace más de una década, el trabajo de las mujeres. Jugadoras que, sin contratos, muchas veces sin indumentaria y hasta costeándose tratamientos médicos, han sabido salir adelante en esta carrera tan difícil.

No es sorpresa para nadie hablar sobre los premios millonarios que el plantel masculino se reparte, no por objetivos logrados, sino que solo por presentarse a jugar. Y estas chicas que entregan el corazón, el tiempo y hasta su dinero, estaban supeditadas a lo que la tan vapuleada ANFP quisiera entregarles. Por primera vez, lograron un premio en plata.

Me queda claro que ninguna de ellas lo hizo por dinero. No salieron a la cancha por ganar nada más que el honor de lucir la camiseta, de dar una alegría al país, pero principalmente a sus familias y a ellas mismas. Trabajaron incesantemente por un objetivo, bajo la sombra de la mejor selección masculina de todos los tiempos, un grupo de jugadores que, aunque tenían todos los recursos, no lograron clasificar a Rusia 2018.

¿Por qué el fútbol femenino no es tan visible? ¿Estamos los medios de comunicación comprometidos con el fútbol femenino? ¿Por qué las marcas no invierten en estas chicas? ¿La ANFP comenzará a profesionalizar el fútbol femenino? Tantas interrogantes que, con la exposición mediática, es de esperar sean respondidas.

Este año, por primera vez, los clubes están obligados a tenerles un contrato de trabajo, porque es un requisito para participar en la liga que es organizada por la federación. Gracias a esto, tendrán un seguro médico, algo mínimo para una futbolista.

Al menos, existe una presión para profesionalizar el fútbol femenino, a raíz de la normativa que impone la Conmebol a partir del 2019, cualquier equipo que desee participar en instancias internacionales masculinas, deberá tener su rama de fútbol femenina.

Toda mujer debería sentirse identificada con la campaña ONU mujeres Las Niñas no Tienen Límites. Porque es así, no tenemos límites. No deberíamos ser nosotras las que se ponen barreras y, gracias a las seleccionadas de todos los países que jugaron la copa, quedó demostrado. El límite es el machismo. Es mirar al fútbol femenino por debajo del hombro, es restarle importancia al mundial de Francia 2019 -porque al “de verdad” no vamos, como alguien me comentó por ahí-. Es dejar de llamar “la Alexis Sánchez” a María José Rojas por anotar un golazo.

A fuerza de talento y coraje, las jugadoras están ganando un sitial. Alejadas de la máquina millonaria que mueve al fútbol masculino, del revuelo mediático que causan sus jugadores y de la ferviente pasión que despierta en la hinchada.

Ayer, no quedó la embarrada en plaza Italia y eso que vamos a un mundial. Ayer, Chile se rindió a los pies de estas guerreras. Hoy fueron recibidas en La Moneda por el presidente Sebastián Piñera (con «piñericosas» incluida) y María José Quintanilla cantando. Pero eso no importa, lo que importa es el mañana. Importa que su lucha por la igualdad, el apoyo y el reconocimiento se gane. Llevan años preparándose, entregando tanto al fútbol que ya es hora, que el fútbol les entregue todo a ellas.

Queda decir gracias, no sólo por permitirnos clasificar al mundial, sino por abrirnos la puerta a la igualdad que, en tantos ámbitos, las mujeres buscamos y demostrar que se puede, porque “las niñas no tienen límites”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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