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El zar de las teleseries chilenas, Herval Abreu, es acusado de abuso sexual y de poder: 7 Impactantes testimonios El escándalo era un secreto a voces

El zar de las teleseries chilenas, Herval Abreu, es acusado de abuso sexual y de poder: 7 Impactantes testimonios

Canal 13 estaba al tanto de estas acusaciones y apoyó a las víctimas para que denunciaran al director de la teleserie Soltera Otra Vez. Varias mujeres relatan lo que sufrieron trabajando con Abreu en casting y como personajes en las producciones audiovisuales.


Hoy Revista El Sábado pública la acusación que siete mujeres realizan al reconocido director teleseries de Canal 13, Herval Abreu. Este realizador ha liderado producciones dramáticas como, Adrenalina, Machos y Soltera Otra Vez que se convirtieron en fenómenos de audiencia y que levantaron una de sus marcas registradas: personajes femeninos bellos y sensuales, interpretados por actrices jóvenes que él solía descubrir.

Este año Soltera otra vez 3 volvió a Canal 13, extrañamente con él ya fuera del canal. Sus problemas habían comenzado formalmente cuatro meses antes, en diciembre de 2017. Abreu fue despedido el 8 de enero de este año, aunque, según fuentes del canal, por recortes presupuestarios.

Según confirmó Javier Urrutia, director ejecutivo de la estación, había llegado a la contraloría del canal una denuncia por acoso de parte de la guionista Bárbara Zemelman,  «efectivamente en el mes noviembre llegó información a Contraloría respecto de Herval Abreu, información que lo involucraría en situaciones de abuso de poder y acoso».

Zemelman habló con revista Sábado por primera vez de esto. No quiere que estas situaciones se repitan. Guionista de 39 años, fue desvinculada del canal en noviembre de 2017, por su jefe, el mismo Abreu, estando embarazada. Abreu mantuvo la medida: decía que había «incompatibilidad» en la forma de trabajo.

Cuando el director ejecutivo del canal, Javier Urrutia, supo del despido, entendió el error y se reunió con ella para reintegrarla. Sin embargo, ella no quiso: mientras estuviera Abreu en el canal, no trabajaría con él, cuenta ella, pero no solo por lo del despido estando embarazada: asegura que le dijo a Lorena Bosch y Paz Bascuñán, actrices de Soltera otra vez, que había sufrido de parte de Abreu situaciones impropias.

«Y me llega este mensaje que decía ‘quiero hacerte el amor ahora’. Me quedo estupefacta y luego me pone ‘ja, ja, ja’. Yo estaba en mi casa y lo encaré. Me dijo ‘yo estoy enamorado de tu cerebro’, ‘me pareces tan inteligente’, y les comenté a mis colegas lo que había pasado. Dijo que estaba enamorado de mi cerebro y que era ‘un decir’. Le dije que no me parecía, pero él le bajó el perfil. Nunca dijo que fuera un error» relató Zemelman.

Zemelman explica que no denunció ninguna de las conductas impropias, porque «el medio es muy chico y si te quemas en un canal, te quemas en todos. En general no se denuncia porque es difícil de probar», dice ella.

La otra denuncia corresponde a Carola Paz  una ex diseñadora y arquitecta que durante 21 años guardó silencio sobre lo que le pasó con Herval Abreu. Con 20 años llegó a un casting a Canal 13 en 1996 y consiguió un papel menor en la teleserie Adrenalina. Fue ahí donde conoció a Abreu, que era director de segunda unidad. Recuerda que desde el principio la relación fue extraña. Y que en la primera conversación que tuvieron la garabateó por haber salido con un actor: «Me dijo que cómo se me ocurría salir con este personaje, que qué me creía. Básicamente me dijo que yo era una puta».

Según Carola Paz, cuando trabajó en Adrenalina «me empezó a preguntar por mi vida amorosa. Si tenía pareja, si algún día me iba a casar y qué pasaba si me enamoraba de alguien casado, de alguien mayor. Me invitó a salir y le dije que no salía con gente con la que trabajaba ni con gente casada».

En 1997 se presentó a un casting en Mega para Rosabella y quedó. «Herval me pedía que desfilara con ropa interior dentro de su oficina. Me decía que estaba gorda y hacía que odiara mi cuerpo. Como yo no era actriz y tenía ese papel, los demás hacían comentarios, pero no frente a mí. Daban por sentado de que había algo entre los dos».

Carola Paz dice que hubo varios días en que pensó en renunciar. A los 21 años, no sentía que debía tolerar ese tipo de trato. Pero siempre encontraba un motivo para seguir, como un sentido de responsabilidad o el dinero que podía ahorrar.

 

Un viernes en la mañana, recuerda Carola Paz, Abreu la llamó molesto porque no había llegado a una grabación. No recuerda mucho del resto de esa tarde, pero sí sabe que al final de ese día se subió al auto del director y que ella llevaba puesto un vestido negro de lycra con tirantes. Abreu iba manejando por Vicuña Mackenna cuando, de acuerdo a su relato, pasó lo siguiente:

«El me levantó el vestido. Metió la mano por debajo de mi vestido. Yo creo que el estaba intentando ver, dentro de toda su locura, si yo estaba excitada. Cuando me tocó me sentí congelada, porque no sabía qué hacer. No le quité la mano. Me debo haber acomodado para alejarme de su mano, pero no lo golpeé ni le dije nada. Me quedé muda y no le dije nada el resto de la noche. Sentía que iba en un túnel que cada vez estaba más oscuro. Hasta hoy me da asco acordarme».

Carola Paz dice que Herval Abreu la llevó a un motel. Ahí sigue su relato:

«Recuerdo que había una cama. Y no recuerdo haber sentido nada. Era como si yo hubiese estado viendo esto desde afuera. Como si no hubiese estado en mi cuerpo. Los doctores me dicen que sufrí una disociación. Ni siquiera recuerdo que me haya quitado el vestido. Porque cuando volví en mi, me vi en el espejo y me subí un tirante del vestido. Me sentí como una persona manchada, sucia, sin valor. No querible. Y que nunca iba a volver a ser la misma persona de nuevo. Lo más probable es que él me haya ido a dejar a mi casa, porque sola no me fui y no pidió un taxi. Cuando todo terminó, solamente pensé al fin me va a dejar tranquila».

Abreu, en entrevista con Sábado, niega esas acusaciones. Dice que jamás fue al motel con Carola Paz y que fue despedida de la teleserie por irresponsable.

Carola Paz dice que comenzó a tratarse con psiquiatras. Le diagnosticaron estrés postraumático. Según ella, dejó de ver teleseries. Se demoró cinco años de terapia en poder pronunciar el nombre de Abreu, y varios más en poder contarle esto a una pareja.

«Siempre pensé que esto era algo que solamente me había pasado a mí. Pero ahora que supe que había más casos, aparte de asco, sentí como si fuese un monstruo que nadie había detenido».

 

Entra las áreas dramáticas de los canales, las actitudes de Abreu eran un tema conocido. La actriz Mariana Derderián confirma que los comentarios eran reiterados: «Hace tiempo que existe el secreto a voces de que Herval invita a las actrices a su departamento a hacer talleres o a practicar escenas, siempre de noche, y con vino, sushi y aperitivo. Yo lo escuché en 2014. Nunca nadie lo investigó».

Revista Sábado  tuvo acceso a testimonios de tres castings, en distintas épocas, donde Abreu habría tenido actitudes de acoso sexual. El primero de estos casos fue con Carola Vargas, una actriz que había conseguido el personaje de Daniela Donoso en Más que amigos, una serie de 2002. Vargas, de 25 años entonces, indica que alcanzó a trabajar una semana con el guion de su personaje, antes de la grabación y antes de firmar su contrato.

Según relata  Abreu la llamó a una oficina de la productora Nueva Imagen. «Después de las ocho de la noche llegué a una supuesta reunión donde estaría todo el elenco, pero finalmente solo era él y yo; al resto de los actores los llamó para decirles que no fueran. Me pidió entrar a su oficina para conversar. Y dijo directamente: tengo que enseñarte a besar. Yo era una actriz recién titulada: ¡qué me tenía que enseñar! Me negué rotundamente, pero sentí mucho miedo, porque él se enojó muchísimo. Sentí que si me quedaba, me atacaría más fuerte. Conmigo fue un lobo con piel de oveja. Recuerdo bajar las escaleras corriendo. Al rato recibí su llamada telefónica para decirme que estaba despedida».

Otra actriz en sus treintas, explica que pasó por una experiencia similar para entrar a Chipe libre, una teleserie que Canal 13 transmitió en 2014. Le preguntó a Abreu si tenía algo para ella y él la llamó a su departamento en Las Condes una noche. La dinámica fue la misma: «Era una escena de la teleserie en que el personaje que me ofrecía, besaba a alguien más», explicó. Ella aceptó de mala gana, hizo la escena y se quedó con el papel. Después de esa experiencia, esa actriz no volvió a trabajar con él. A pesar de que han pasado los años, ella sigue sin atreverse a hablar públicamente sobre este tema. «A las actrices conflictivas nadie les da pega», dice.

La actriz Antonella Orsini también conocía a Abreu, pues había trabajado en otras producciones con él y consideraba que tenían una amistad; por lo mismo, no le sorprendió que la invitara a su casa a ver un adelanto de material de la nueva teleserie. Eso, según la actriz, fue lo que pasó. Solo que cuando ella quiso irse, todo se salió de tono. «Me dificultó la salida y me sentí completamente vulnerable», cuenta Antonella a Sábado.

Antes de conocer a Herval Abreu, Fedra Vergara (34) era una arquitecta y actriz tratando de hacer un espacio en la televisión. Era 2012. Vergara tenía un trabajo pequeño en la producción de En su propia trampa, cuando se le ocurrió enviarle un mensaje privado a Abreu por Facebook. Para su sorpresa, el director, que estaba grabando la primera temporada de Soltera otra vez, contestó.

«Nos juntamos en el canal -recuerda Vergara-. Dijo que no tenía personajes para mí. Yo le dije que estaba bien. Que solo quería que él me conociera. Empezamos a mandarnos mensajes. Un día me dijo que iba a comer solo y yo me ofrecí a acompañarlo. Esa noche fue muy caballero».

La relación, según la actriz, empezó a desarrollarse con cordialidad. En un momento Abreu le ofreció un bolo de dos capítulos para Soltera otra vez. Era el personaje de un escolar que tenía un romance con un profesor.

Poco después, Abreu le dio una buena noticia. Tenía un personaje para ella en Las Vega’s, donde él era productor ejecutivo. Ella aceptó. Pero, explica Vergara, había una condición. «Me dijo: ‘No quiero que te metas con Mario Horton’, que iba a ser mi pareja en la teleserie. Respondí ‘ya, bueno’, aunque me descolocó».

En la fiesta de Canal 13 ese año, Fedra Vergara dice que se quedó sin batería en su auto. Como Horton vivía cerca de ella, se ofreció a llevarla, al igual que a un camarógrafo. Herval Abreu, según ella, se enteró de eso y reaccionó de la misma forma en que habría reaccionado con Carola Paz, muchos años antes: «Le dio un ataque de celos. Cuando pude cargar mi celular vi que me había dejado mensajes preguntando dónde estaba y que me había dicho que no podía tener nada con Mario. Yo me enojé y después él se disculpó», cuenta Vergara.

Las tensiones crecieron y para Chipe libre (2014), explotaron. Según la actriz, Abreu decía sentir cosas por ella: «En algún momento me dijo: ‘Estoy enamorado de ti’. Una vez en su casa me preguntó qué me complicaba de darle una oportunidad. Si era por la edad. Le dije que no era eso, sino que no sentía ese tipo de amor por él. Después me decía que fuéramos amigos, pero pasaban unas semanas y volvía con que yo sentía algo por él y no lo quería aceptar».

Llegó un momento en que ella sintió que ya no podía tolerarlo más. Así que, cuenta, fue al departamento de Abreu a aclararlo. Según Vergara, el director la arrinconó físicamente. Luego, de acuerdo a su relato, pasó esto:

«Me dijo: ‘Yo sé que si te toco en este momento, tú vas a estar mojada’. Para mí fue muy fuerte».

Javier Urrutia, director ejecutivo del canal, dio completa libertad a las personas que quisieran hablar al reportaje del suplemento de El Mercurio. «Hemos reinformado a todo el personal sobre las políticas que existen en el canal sobre estas materias, que son de tolerancia cero. Hemos vuelto a informar de los conductos y canales de denuncia, tanto directos como indirectos, ya sean personales o anónimos. Hemos puesto psicólogos para apoyar a quien se haya sentido afectado por estas situaciones, ya sea como eventual víctima o porque cercanos suyos fueron víctimas de estas situaciones. Nos hemos asegurado que empleados, colaboradores y terceros que prestan servicios al canal también estén protegidos y cubiertos por el sistema de prevención. Pero, sobre todo, hemos vuelto a transmitir al interior del canal que este tipo de situaciones no son toleradas, no son amparadas; que son las personas las que cuentan con el respaldo y el apoyo del canal, y que las denuncias serán tratadas con seriedad, confidencialidad y rigor. De todo esto hemos sacado un aprendizaje muy importante, no sirve que tengamos tolerancia cero frente a este tipo de situaciones si las personas no se sienten con la posibilidad y la libertad de denunciarlas. Es ahí donde tenemos que actuar con fuerza».

El mundo audiovisual chileno ha seguido los eventos atentamente. Un director, con cinco producciones en Chile, cree que esto es solo el comienzo. «Todos están aterrados, revisando qué cosas hicieron hacia atrás. Algunos ya han contactado abogados: está la sensación de que viene una tormenta grande», dice. Y termina: «Porque todos están claros de que Herval no es el único».

¿Por qué nadie denunciaba? Una actriz que trabajó dos veces con él dice que no era fácil, porque Abreu ofrecía algo muy apetecido entre actores: exposición y la posibilidad de un trabajo más estable en un rubro que, para la mayoría, es inestable laboralmente. Además, sobre todo en su última etapa, aparecer en las teleseries de Abreu aseguraba un buen flujo comercial: sus actrices solían tener contratos con marcas de retail.

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