«Hemos hecho historia», dijo el primer ministro Leo Varadkar
Irlanda, uno de los países con la regulación más restrictiva en torno al aborto aprueba, en un referéndum, la opción de legislar por un aborto libre. ¿Podría Chile hacer lo mismo?
«Hemos hecho historia», dice un feliz primer ministro irlandés, Leo Varadkar, luego que este sábado se conocieran los resultados de las votaciones del referéndum en Irlanda donde triunfó del «sí» a la opción de legislar sobre aborto libre.
Los irlandeses votaron a favor de la propuesta, que obliga al parlamento a legislar en la materia a partir de un proyecto de ley propuesto por el Gobierno, que contempla el aborto legal para todas las mujeres en las primeras 12 semanas de gestación. Después, hasta las 24 semanas, las mujeres embarazadas estarían autorizadas a abortar si su vida o su salud estuvieran en riesgo y si el feto no pudiera sobrevivir fuera del cuerpo de la madre.
Los resultados sorprenden en un país reconocidamente católico y conservador, superando las expectativas más optimistas. Los votantes se han pronunciado sobre si se retira o no la Octava Enmienda, añadida en la Constitución de la República de Irlanda tras un referéndum en 1983, que equipara el derecho a la vida de una mujer embarazada con el de su feto. Esa es la base de una prohibición casi total del aborto, incluso en casos de violación, incesto, anomalía fetal o riesgo a la salud de la madre.
¿Sería una opción en nuestro país realizar un ejercicio democrático similar? Macarena Castañeda, vocera de la Mesa de acción pro aborto en Chile reflexiona: “Nosotras siempre hemos pensado que cualquier acción democrática siempre es más importante que cualquier acción legislativa entre cuatro paredes. Definitivamente cualquier tipo de decisión debiera ser tomada de cara a la ciudadanía, pero lo que la experiencia de la legislación por las tres causales nos dejó es que por un lado fue, efectivamente, el apoyo ciudadano lo que logró que se legislará a favor de las tres causales, lo que hizo ineludible tener que legislar, pero esas mismas estadísticas nos mostraban que no es igual respecto de la situación del aborto libre”.
Luego opina: “Por eso, como Mesa, nos hemos enfrascado como decisión política en priorizar nuestra acción hacia la despenalización social del aborto, es decir salir a atacar los mitos que hay en torno a la decisión de abortar de las mujeres, defendiendo que es una decisión legítima y que no hay razón para criminalizarlas”.
“Todavía hay que hacer un trabajo de destruir estos mitos para que el día de mañana una iniciativa ciudadana como un referéndum marque una tendencia favorable a esa decisión”, añade.
En la misma línea, Claudia Dides, representante de la corporación por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, Miles, celebró el accionar irlandés, pero ve complicado un resultado positivo en torno al tema en Chile.
“Es una fantástica noticia. Un gran avance para los derechos de las mujeres y vemos que se van sumando aquellos países que no respetaban la autonomía de las mujeres a una nueva era de respeto y dignidad”, dice Claudia.
“En Chile, si quisiéramos lograr lo mismo, tendríamos que hacer un trabajo de base muy potente y ponernos todas las agrupaciones a trabajar en ello”, agrega.
Sin embargo, para Macarena, hay una “esperanza” en que esto cambie, “porque cuando la gente entiende la realidad de las mujeres que abortan empatizan con ellas, así lo vimos en nuestra campaña ‘No la juzgues’, que muestra la realidad de tres casos de ese 97% de mujeres que abortan y que no están en las tres causales, y tuvo una excelente recepción, fue increíble el alcance que tuvo y los comentarios fueron muy positivos porque muestra una cara humana respecto de la decisión de abortar, mostrando las razones reales porque las mujeres abortan, lo que hace que la gente se cuestione su posición extrema y criminalizadora respecto al aborto”, señaló.
