Ya lo escribió Tom Jobim en los 60: los desafinados también tienen corazón. Los maestros de la bossa, Jobim y Joí£o Gilberto se llamaban así entre ellos, desafinados, honrando su indescriptible estilo vocal, primero, y al hit de Jobim, después, porque «Desafinado» terminó siendo uno de los grandes himnos del género.
En popularidad, sólo lo superó la avasalladora «Garota de Ipanema», que Vinicius de Moraes escribió después y que se hizo mundialmente conocida en la guitarra de Joí£o, la ondulante voz de su esposa, Astrud y el saxo del estadounidense Stan Getz.
Bueno, el próximo sábado los santiaguinos tendremos el honor de escuchar «La chica de Ipanema» en vivo, en el Teatro Oriente, porque vienen a Chile en función de tributo la hija de de Moraes, Georgina y con ella, un personaje muy especial de la música en Brasil: Miúcha Buarque.
Miúcha es la hermana mayor de Chico Buarque y es también ex esposa de Joí£o Gilberto. Pero también la voz de dos discos de Jobim. Más aún, en este preciso instante su hija Bebel está revolucionando las disquerías europeas y norteamericanas con Tanto tempo, un disco grabado en Inglaterra que, dicen, es hasta ahora el único álbum que podría refundar la bossa nova y devolvérsela, en versión remozada, al mundo.
