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La Love Parade 2000 fue la más tranquila de su historia

La policía, el cuerpo de barrenderos y los equipos sanitarios sacaron un balance más positivo que nunca de la «Love Parade 2000», la primera en los doce años de historia del mayor festival tecno del planeta en la que no batió su propio récord de asistencia.


Menos basura, menos detenidos, menos desmayos y menos detenciones es la lectura positiva que ofreció el domingo la policía berlinesa, en el «día después» de que Berlín se convirtiera en una gran discoteca al aire libre.

El número de raver (fans del tecno) que tomaron la Avenida 17 de Junio fue inferior a la marca de un millón setescientos mil seres danzantes a que aspiraba el inventor y alma de la fiesta, «Dr. Motte» (el «Doctor Polilla»).

Los organizadores hablan de un millón trescientas mil personas, mientras que los portavoces policiales responden, con algo de ironía en la voz, con un «vamos a ponerlo en un milloncito».
Ello supone rebajar el éxito numérico del festival al nivel de 1997, el año en que la «Love Parade» alcanzó la cifra mágica del millón.

El carnaval tecno, que nació en 1987 como una caravana de un centenar y medio de excéntricos seguidores de la música electrónica y que en 1999 superó el millón y medio de raver, rompió así la racha del crecimiento imparable.

El "milloncito" de jóvenes llegados de todo el mundo que, de todos modos, pusieron a punto de ebullición los seis kilómetros de recorrido, desde la plaza del ex alcalde Ernst Reuter a la Puerta de Brandeburgo, se portaron además mejor que otros años.

La policía asegura que el comportamiento generalizado fue casi ejemplar: se detectó un menor consumo de drogas y también hubo una relación relativamente disciplinada con los desperdicios.
El ejército de 800 «hombres naranja» -uniforme del cuerpo de barrenderos- que se desplegó por el centro berlinés en cuanto los raver se dispersaron, pasada la medianoche, encontró un volumen considerablemente menor que las 400 toneladas de basura de 1999.

La explicación no está solo en el bajón de asistencia, sino también en que se observó más disposición de ánimo que nunca a utilizar los contenedores de basura.

Los equipos sanitarios tuvieron el balance de mil 513 asistencias, en lugar de las 4 mil 500 de la «Love Parade» anterior, mientras que los cerca de cuatro mil policías de servicio practicaron 114 detenciones, un 20 por ciento menos que el año anterior.

El único incidente violento destacable fue una reyerta a navajazos, al término del festival, que dejó a un hombre malherido -el pasado año, un asistente murió acuchillado entre la multitud-.
El incendio desatado en una estación de metro provocó una aparatosa humareda y cuantiosos daños materiales, pero los 33 heridos leves registrados están ya dados de alta, a excepción de cinco que siguen hospitalizados, pero fuera de peligro.

Tras esta buena conducta se adivina un toque de inquietud en los organizadores, que justifican la menor asistencia en una contrariedad meteorológica: en lugar de los 35 grados centígrados bajo el sol de otros años no se subió de los 20 y el cielo se pobló de amenazantes nubarrones.

En el aire planea la pregunta de si la máquina de hacer dinero que es «Love Parade» tocó techo o si, tras doce años de ritual desfile tecno, hay que pensar en renovar conceptos para no quedarse «out».
EFE

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