En la clausura actuaron Ricky Martin y Antonio Banderas, pero los populares artistas no aplacaron las críticas por la baja audiencia del certamen.
Las voces femeninas han acaparado los primeros premios en el Festival de la canción de Sanremo, cuya 51 edición ha estado marcada este año por la polémica y las fuertes críticas debido a los bajos índices de audiencia.
La joven cantante Elisa, de 23 años, triunfó anoche en la clausura de la cita más importante de la música ligera italiana, con su tema «Luz, ocaso en el Noreste», que obtuvo además los premios de la crítica y del jurado de expertos. Tras ella se situaron Giorgia -que ya consiguió el primer puesto en 1995- y María Bazar, en un festival de claro signo femenino y que estuvo presentado por la popular «showoman» Raffaella Carrá.
La presentadora y la televisión pública RAI, organizadora del certamen, se han visto este año acorraladas por las críticas debidas al récord negativo de audiencia, el mas bajo en los últimos veinte años.
El número de espectadores del considerado el evento televisivo del año en Italia descendió en unos tres millones respecto de las ediciones anteriores, en las que se superaba habitualmente el 50 por ciento del rating.
La presencia en la clausura del actor español Antonio Banderas y del portorriqueño Ricky Martin consiguió dar cierto lustro a la despedida del festival, gracias a una animada «noche latina».
Banderas interpretó al piano un tema inédito compuesto por él mismo y destinado a un álbum cuyos beneficios serán destinados a la UNICEF, mientras que Ricky Martin, en su cuarta aparición como invitado en Sanremo, caldeó el ambiente del teatro «Ariston» con el ritmo de algunos de sus temas más populares.
Los artistas hispanos formaron parte del grupo de estrellas que junto a otras como el «rapero» Eminem y el actor australiano Russel Crowe, han desfilado por la «Ciudad de las Flores» durante las cinco jornadas del evento.
Sin embargo, tras la clausura del certamen, han arreciado las críticas sobre su primera edición del milenio, con el descontento y mal humor generalizado en la RAI, las casas discográficas, los anunciantes y la prensa, consternados por la pérdida de popularidad del Festival.
EFE
