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Hoy comienza el Festival de Verano de Salzburgo

Los Festivales de Verano de Salzburgo, a cuya inauguración oficial hoy precedió la tradicional representación del auto sacramental de Jedermann, de Hugo von Hofmannstahl, ofrecerá un programa con doscientos actos culturales.


El certamen contará en esta ocasión con tres nuevas producciones operísticas: «Las Bodas de Figaro» de Wolfgang Amadeus Mozart, Jenufa de Leo Janacek y Lady Macbeth del distrito de Mzensk de Dmitri Shostakovich.



A la oferta de óperas se añadirán la reposición de Cosi fan tutte y Don Carlo de Mozart, así como Falstaff de Giuseppe Verdi (1813-1901) y dirigida por Lorin Maazel, estrenada en la última edición de los Festivales de Pascua de Salzburgo con ocasión de la conmemoración este año del centenario de la muerte del compositor italiano.



El programa lírico se completará con Ariadne auf Naxos del alemán Richard Strauss y El Murciélago del austriaco Johann Strauss, en recuerdo del programa de 1926, seis años tras la inauguración del Festival en homenaje a Mozart, el hijo más ilustre de Salzburgo.



En la parte teatral destaca la producción de la última y gran tragedia de Shakespeare Macbeth, del director español Calixto Bieito (28 de julio) con actores alemanes.

Bieito, que no rechaza para sí el calificativo de «controvertido» por sus provocadoras puestas en escenas, ha dicho que esa obra es «maldita», «da miedo, es misteriosa y de una maldad inescrutable».



«Los Invisibles» del joven Christoph Ransmayer (1954), bajo dirección de Claus Peymann y será el principal estreno teatral.
En el ámbito de los conciertos el programa sobresale en tres aspectos y uno de ellos es el homenaje de varios días al virtuoso del piano Alfred Brendel, de 70 años, en el que él interpretará al teclado «lieder» y otras obras de Ludwig Beethoven, Franz Schubert, Arnold Schoenberg y Gustav Mahler, acompañado por la Filarmónica de Viena, dirigida por Sir Simón Rattle.



«La elección de Pollini» es el nombre del concierto de obras recientes seleccionadas por el pianista italiano Mauricio Pollini y en «El proyecto de Hampson» el barítono Thomas Hampson despliega en cuatro sesiones, bajo el subtítulo «Oigo a América cantar», la historia de las versiones musicales de la poesía de EEUU.



El programa ha sido seleccionado por el director artístico saliente tras diez años en el cargo, el belga Gerard Mortier, quien ha caracterizado su mandato por la innovación que ha introducido en un evento que hasta la muerte de su antecesor, el austriaco Herbert von Karajan, había sido eminentemente clásico.



Sin embargo, lo que ha trascendido más no ha sido su labor si no las polémicas que ha originado por su controvertida personalidad, de la que comenzó a dar muestras nada más acceder a la dirección del certámen al decidir que algunas de sus estrellas tradicionales, como el tenor italiano Lucciano Pavarotti, no tenían cabida en él por su talante de diva y sus grandes dimensiones corporales.



EFE

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