Publicidad

Horacio Durán: «La belleza de un instrumento no está en lo complejo»

«Son composiciones de autores chilenos conocidos desde 1970 hasta ahora. Es un recorrido. Tratamos de abarcar estilos bien disímiles y con gente que es muy distinta, de modo de mostrar un abanico lo más amplio posible de lo que se hace con el charango», explicó Horacio Durán, intérprete de este instrumento en Inti Illimani.


Charango: autores chilenos no es la primera edición nacional de un disco de charango: hay antecedentes con Violeta Parra y Héctor Soto. Pero sí es la primera ocasión en que Horacio Durán se aleja un poco de las pistas de Inti Illimani para mostrar su corazón de solista y nortino en la compilación realizada junto a 13 intérpretes que lanzarán hoy, en la sala de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD), ubicada en Santa Filomena 110.



El paisaje charanguístico local lentamente empezó a tomar fuerza desde que en 1997 Durán y otros músicos comenzaron a realizar una serie de conciertos, en el ciclo «La gran noche del Charango». Siguieron entusiasmados y un grupo de ellos partió a Bolivia al encuentro internacional de charango en Potosí. Al regreso de la tierra de Ernesto Cavour -uno de los intérpretes más connotados en ese instrumento- fueron modelando la idea de concretar un registro y en el camino se sumaron muchos otros interesados, como Pablo López, Freddy Torrealba y Ricardo Aguilera.




«Sentimos la necesidad de hacer un disco porque el charango en Chile ha llegado a tener un nivel de desarrollo que justifica plenamente esta grabación. Es la primera colección. Antes estuvo presente en los conjuntos y con Héctor Soto y César Palacios, como solistas», dijo Horacio Durán.



La placa incluye el repertorio clásico de todo buen charanguista con temas como Rosita de Pica, una versión nueva de una melodía del grupo Huara, Ventoleras -composición original de Quilapayún- y una gran cantidad de piezas inéditas, que sellan el volumen uno de una serie más amplia de grabaciones.



A la cabeza del proyecto anduvo Horacio Durán, a quien le cuesta reconocer que en su ruta tiene muchos seguidores, tan apasionados como él por la música latinoamericana.



«Es cierto que soy el primero pero también hay muchos muchachos que han seguido la escuela directa de algunos bolivianos y también de Jaime Torres, en Argentina», contó el músico.



-¿Por qué no se había lanzado antes a las pistas como solista?



-Hace muchos años venía pensando en que algún día iba a hacerlo. No lo hice nomás. En el conjunto aparecí en muchas ocasiones como solista.



Como dato, y sólo por tranquilizar a los espíritus inquietos, el registro no es para nada un antecedente de alguna eventual salida de Durán de las huestes de Inti Illimani.



«No me voy a ir. Al contrario, Inti ante estas cosas siente que son como ramas de un gran tronco. Un disco de José Seves o este lo sentimos como algo que nace y en el cual estamos profundamente involucrados», dice el autor de Manzanitas y Tonada triste.



-¿Qué aborda este disco?



-Las composiciones no son tradicionales. Son de autores chilenos conocidos desde 1970 hasta ahora. Es un recorrido. Tratamos de abarcar estilos bien disímiles y con gente que es muy distinta, de modo de mostrar un abanico lo más amplio posible de lo que se hace con el charango.



¿Qué pasó con Real World, el estudio de Peter Gabriel, y el disco que mandaron?



-No pasó nada más. Ni siquiera el disco en que tocamos algunos temas con Inti y yo con el charango ha salido. No pasó nunca nada. Quedó como un contacto hecho. Hace dos años con Italo y Juan Antonio Sánchez mandamos algunos temas y nos respondió que no era el momento.



Durán empezó a charanguear en 1966. Después un compañero de la Universidad Técnica le enseñó las primeras posturas. Al año siguiente en una peña folclórica de Valparaíso vio tocar por primera vez en vivo a alguien y se enamoró perdidamente del instrumento boliviano y alguna vez dijo que tenía dos de los tres requisitos que según Cavour debe cumplir un buen charanguitsa: ser borracho, mujeriego y pendenciero.



«Cuando vi tocar por primera me causó una impresión grande. Me cautivó. El charango para mí es un ente vivo que amo, es como describir el amor que se tiene por una persona».



-¿Es un instrumento más simple?



-Tiene una tesitura menor que la mayoría de los instrumentos de cuerda. Es menos complejo. Tiene una sonoridad que es preciosa y menos compleja que la un piano, por ejemplo. La belleza de un instrumento no está en lo complejo, sino que en la conmoción que un individuo transmite a través de un instrumento.



-¿Quién le transmite esa conmoción a Durán?



-Hay muchos, sobre todo los charanguistas indígenas. Ellos tienen un estilo inigualable y al mismo tiempo es más conmovedor.






Sin antecedentes



Poco se ha escrito del recorrido que hizo la vihuela de mano que dio origen al instrumento antes confeccionado con el caparazón de un quirquincho. La vihuela de mano se introdujo en América durante la conquista en la Villa Imperial de Potosí, que operó como un grandioso centro de intercambio de todo tipo. Ahí dio origen al peculiar charango. Con el tiempo se desarrolló alcanzando variedades insospechadas, entre el más grave ronrroco y el agudo, maulincho.



Aunque en Chile no hay antecedentes tan antiguos en su uso, Violeta Parra en su incesante búsqueda marcó la huella inicial, por ahí en 1965, cuando incorporó a la música folclórica el guitarrón -instrumento de 25 cuerdas y cuatro suplementarias-, el cuatro venezolano y el charango, que legó en muchas de sus producciones.




«En Chile no tenemos referentes ancestrales del instrumento. Eso lo hace particular en sus ejecuciones. El charango boliviano campesino es diferente. Tiene cuerdas de acero a diferencia del normal que tiene cuerdas de nylon. Además, la forma de ejecución es muy distinta. Ellos hacen melodía y rasgueo juntos. La melodía está incorporada al ritmo y la armonía. Lo usan para cantar en un complemento único. En Chile se usa como solista y con armonías influenciadas por otras músicas. Se abre al mundo, especialmente con lo que hace Inti Illimani", dijo Italo Pedrotti, autor de Otoñal, grabado con el conjunto Entrama y que reedita en el nuevo cedé, que distribuirá Warner Music.

Publicidad

Tendencias