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Cuturrufo prepara nuevo material de jazz chileno

El trompetista y Premio Altazor 2001 llevará la vibra de su estilo hoy a las 20 horas al recital en el Teatro de la Escuela Moderna de Música. Además llegó a Santiago lleno de anuncios: grabará un nuevo disco en Nueva York, un DVD con Angel Parra Trío y producirá junto a Los Titulares.


Oriundo del puerto de Coquimbo nacido en una familia de músicos, Cristian Cutrurrufo eligió la trompeta para ganarse la vida. En la actualidad se instala como uno de los jazzistas criollos que pertenece a la elite musical que sobrepasa las fronteras y hoy, compartirá sus dones de artista con el auditorio en el recital de la Escuela Moderna, Luis Pasteur 5303, a partir de las 20 horas.



"Voy a estar con el Pancho Molina y otros integrantes de los Titulares y vamos a hacer como una jam sesion, con standars y Bebop. En un formato acústico dado que la sala tiene piano y es ideal para tocar el jazz del año ’50", dijo.

Su primer álbum fue Puro jazz (2000), el que incluye temas del repertorio de Dizzy Gillespie, Charlie Parker, registrado con la participación de Angel Parra, Jorge Díaz (guitarra), Roberto Lindl, Christian Gálvez (bajo), Alejandro Espinosa, Moncho Pérez, Pancho Molina (batería) y Marcos Aldana (saxo).



El segundo trabajo que dará a conocer será junto a dos músicos norteamericanos y Felipe Riveros, pianista chileno radicado en Estados Unidos comenzará a grabarse en mayo en Nueva York.



«Estoy metido en tres proyectos. Uno es el hacer la producción con Los Titulares, otro es un DVD con el Angel Parra Trío y unos invitados en el Teatro Oriente. Además viene mi disco de Latin Jazz, que tiene proyecciones internacionales y el proyecto con Big Sur, mi sello, para grabar mi segundo disco Nueva York y desde ya estoy trabajando el material», dijo el músico.




Vernáculo: Pieza Unica



Cuturrufo contagia con la rítmica frecuencia del bop, estilo que domina y ha compartido con sus pares, como en los proyectos iniciados con Pancho Molina y Los Titulares, en quintetos y cuartetos varios. Pero sin lugar a dudas, uno de los aportes destacables en la investigación e interpretación de la música chilena es la joyita que realizó junto a su familia, en Vernáculo, con el disco Viva la Chinita de Andacollo.



«Es prácticamente el único trabajo de investigación musical. Es fusión de música un poco moderna. Vernáculo ha tenido muy buena crítica fuera de Chile, como ocurre siempre», contó.



En Vernáculo el guía espiritual, compositor y líder del proyecto, fue su hermano Alejandro, quien llamó a tocar a todos los Cuturrufo a una obra enraizada a la fiesta de la virgen de Andacollo, que en lo musical combina los sonidos de las celebraciones religiosas del norte con la atmósfera de esa lengua universal llamada jazz.



«Mi hermano además de ser investigador está ligado a las costumbres pupulares de Coquimbo. Sus estudios de los instrumentos y las sonoridades de la IV Región nos incentivó a hacer este trabajo. La base es el conocimiento de todos los instrumentos autóctonos derivados de las culturas que están relacionados con la religiosidad popular. Mi hermano siempre está trabajando como underground en relación con la ridícula farándula chilena, me refiero a la parte pop», precisó.



– El sonido que logran en ese registro es muy distinto al jazz tradicional.



– Esa es la vibra y el espíritu de la familia Cuturrufo. Todos somos puro corazón nomás. Hay una onda porque estamos influidos por la historia musical que proviene de mi padre y de Coquimbo. Hemos estado rodeados de música popular desde que nacimos. Hay toda una vinculación con la guaracha, la cumbia. Además todos estudiamos en la escuela de música de La Serena.



– ¿La que fundó el desaparecido Jorge Peña?



– Sí, mi hermana y yo fuimos los últimos que salimos antes que se elitizara la escuela. En lo social se puso más comercial. Hay niñitos más rubios ahora. Nosotros salimos de ahí y en Coquimbo fundamos un club de jazz (Aldunate 739), donde se han albergado una buena cantidad de músicos.



– ¿Por qué en Chile no es tan fuerte la actividad jazzística?



– Es más que nada por un asunto de difusión que de nivel. Yo viajo cada un año a festivales internacionales. He grabado con mucha gente y sin tener mucha alarde estoy entre los diez mejores trompetistas de Latinoamérica.
Todos eso se sabe afuera. Acá el círculo está siempre viciado por ese parámetro con la música popular.




– ¿Hablas de una comparación que se les hace a los cultores del jazz con los músicos comerciales?



– Por supuesto. Acá si no eres La Ley. Conozco a cada uno de los integrantes de ese grupo, pero por favor, ellos no saben ni el cuarto de lo que sabe una persona que ha estudiado profesionalmente música. Este es un problema de trasfondo musical y de educación.



– ¿Crees que la responsabilidad también es de los que escuchan?



– En el Jazz tenemos mucho público, especialmente en Coquimbo. Si hay una mala difusión es porque las personas no se arriesgan. Pero hay personas de nivel internacional, como la Claudia Acuña.



– Pero ella vive en Nueva York.

– Sí, pero somos diez o quince que estamos a un nivel internacional. Nos podemos parar en el escenario con cualquiera a nivel mundial gracias a las producciones discográficas que hemos logrado. No somos muchos tampoco y eso hace que quizás no sea masivo, pero refuerza que por debajo de la mesa estamos a un buen nivel.



– ¿Piensas que existe el jazz nacional?

– Por supuesto. Es el jazz tocado por chilenos.




-¿Es la ejecución lo que determina el sello de chilenidad?



-Sí. No tiene nada que ver con meterle cueca al jazz. Path Metheany lo dijo cuando vino: el jazz chileno es el tocado por ustedes. Hay fusiones que surgen dependiendo del estilo de cada país. La búsqueda depende de cada músico y de su identidad musical. Pero el jazz uno aquí y en la quebrada del ají.



– ¿Por qué no te has ido del país a lugares con más vida jazzística?



– Me gusta Chile y Coquimbo. He estado en Europa hasta en Islandia en festivales de jazz. Soy de los que quiere hacer cosas acá. En Chile es donde tengo familia y juntos estamos haciendo cosas interesantes por tirar pa’ arriba el cuento. No merezco irme. Me gusta ir y volver a hacer cosas buenas.



– Fuera de los diez o quince jazzistas de nivel internacional ¿cómo ves al jazz ahora en Chile?



– Emergente y reforzado por producciones discográficas. Los que estamos a cargo del jazz hacemos una muy buena labor. Está el Pancho Molina, el Trío del Ángel y mi cuarteto en lo tradicional, pero también está La Marraqueta y otros que tiran pa’ arriba el jazz.



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Vernáculo, »Viva la chinita de Andacollo»»








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