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Celebran reunión de etnias en el cerro Santa Lucía

"La idea es dar a conocer la cultura indígena mediante el arte. Jamás hemos pensado que los huincas deben estar en un lado y los indígenas en otro, ya que creemos que es necesario trabajar en conjunto", señaló Marisol Aguas, organizadora del Encuentro de Arte y Cultura Indígena.


En el fondo, quizá no existen grupos marginales que gocen de su condición permanentemente y llega un momento en que buscan la forma de abrirse espacios más allá de la periferia. Y una muestra de la forma en que los pueblos originarios han intentado insertarse en el quehacer cultural, es el Encuentro de Arte y Cultura Indígena.



En su octava versión, esta reunión, que se desarrolla en el Cerro Huelén o Santa Lucía, surge de "la necesidad de los integrantes de las distintas etnias inmigrantes a Santiago de dar a conocer nuestra cultura, porque muchos de los habitantes de la capital tienen raíces indígenas y es muy importante abrir espacios para que la gente nos conozca", señala Marisol Aguas, de la productora Uri Mark, organizadora del evento que finalizará el 27 de enero.



Con más de treinta grupos musicales, entre los que destacan La Contru, Arak Pacha, Quelentaroy Carola y los Amautas, representantes de las más variadas culturas han construido un lugar donde se comparte la danza, música y comida típica de cada pueblo.




El Encuentro de Arte y Cultura Indígena viene haciéndose desde el año 1993, cuando se realizó por única vez en la Plaza Italia. La Coordinadora Nacional Indianista, Conacin, vio entonces la urgencia de buscar sus propios recursos para el desarrollo y promoción de las actividades culturales de los integrantes de la multicultural organización, surgiendo de ese modo Uri Mark, que ha logrado conseguir recursos para diversos eventos, además, de un estudio de grabación para los artistas indígenas.



En el encuentro no sólo existe música aymará, andina o mapuche, sino también el folclor urbano, como en el caso de los particulares La Contru , quienes utilizan sus elementos de obreros de la construcción para hacer música. Marisol Aguas piensa que esa fusión de procedencias se debe porque "estos eventos sirven para difundir los trabajos de gente que no tiene apoyo de sellos. Todos tienen como hilo conductor las autenticidad de nuestro país, la pertenencia a la misma tierra", señala.



El año pasado el Gobierno Metropolitano financió todo el encuentro. Sin embargo, para esta edición "las posibilidades de conseguir respaldo económico por parte de las autoridades se diluyeron por todo el tema del cambio de Intendente. Ahora es pura autogestión, cobrando una adhesión de mil pesos y con eso se le entrega un aporte a los grupos para que se puedan movilizar, pues los artistas trabajan de verdad por amor al arte y porque entienden el objetivo de la actividad", comenta Aguas entre los sonidos de las trutrucas y los aromas de los jugos de quinua.



La mayoría de quienes participan viven en Santiago pero nacieron en el sur del país. Son personas que dejaron sus tierras y partieron con sueños difusos y esperanzas contradictorias. Unos son panaderos, otros obreros y muchas son asesoras de hogar. Ese era el caso de la misma Marisol Aguas, quien está feliz por haber encontrado una forma de ganarse la vida haciendo algo que la satisfaga plenamente, lo que considera "impagable".



Es esa motivación la que ha consolidado a el Encuentro en el más grande de Santiago y uno de los más significativos del país. Por su parte, la productora Uri Mark continuará con sus esfuerzos de posicionar a la música de raíces indígenas en la cultura popular, concretándose en una serie de actividades durante en año, comenzando con la presentación de Arak Pacha en el teatro Cariola el próximo 31 de enero.



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