La humedad y los hongos amenazan al edificio de la Staatsoper, la más clásica de las tres óperas de Berlín, cuya continuidad ha asegurado el alcalde, Klaus Wowereit, a pesar de los planes de austeridad de la capital alemana.
El futuro director general de esta institución, Peter Mussbach, ha reconocido la necesidad de renovar a fondo las estructuras de la casa, tras revelar el popular diario berlinés Kurrier la existencia de hongos en el escenario y en el patio de butacas.
De acuerdo con este rotativo, la Staatsoper no ha sufrido ningún cambio desde hace 50 años, lo que supone un riesgo para empleados y visitantes.
Mussbach ha admitido, a la luz de estas informaciones, que algunas representaciones no se pueden llevar a cabo con la escenografía original.
El futuro director general de la Staatsoper, que asumirá el cargo el próximo verano en sustitución de Georg Quander, señaló que el relevo se producirá en un momento de relativa tranquilidad en la institución, tras meses de especularse con una reestructuración de plantilla o fusión con la Deutsche Oper y la Komische Oper.
Desfalco
Wowereit, quien asumió la alcaldía de Berlín el pasado julio tras prosperar una moción de censura contra Eberhard Diepgen, al que se responsabilizaba de un multimillonario agujero en las arcas ciudadanas, ha señalado que el plan de austeridad presupuestaria no incluye el cierre o fusión de las tres óperas, como propuso su antecesor.
Este propósito podría topar ahora con la opinión de los expertos en inspección técnica de edificios, ya que, según el periódico, erradicar los hongos y la humedad de la Staatsoper costaría unos 100 millones de euros y ocasionaría el cierre temporal de la ópera.
EFE
