El joven guitarrista clásico y compositor brasileño Leandro Carvalho ha debutado en Europa acompañado de un quinteto de cuerdas inglés frente a una audiencia reducida y en un auditorio de renombre, como es el Royal Festival Hall.
Esta joven promesa, que con veinte años publicó su primer disco y que ha colaborado con consagrados intérpretes de música brasileña, como Turibio Santos o Baden Powell, ha rescatado y arreglado los trabajos de antiguos compositores brasileños casi olvidados.
Transcurrido ya su primer año en Holanda, donde amplía sus estudios como director de orquesta, Carvalho vuelve a interpretar a maestros brasileños, como Joao Pernambuco o Heitor Villa-Lobos, para oídos poco acostumbrados a asociar la música brasileña a la clásica.
En este sentido, Carvalho considera estar en constante indagación de «nuevas maneras de expresar y condensar un contenido musical muy grande y variado que hay en el país para expresar parte de la cultura brasileña a través de la música», dijo.
Sin embargo, después de un año en Europa dice empezar a sentirse «un músico del mundo», si bien confiesa que «todo en Brasil me inspira en mi trabajo: el tiempo, la comida, las personas, la manera de relacionarse, la amistad».
Uno de los templos londinenses de la música, el teatro, la danza, el arte y la literatura, como es el Royal Festival Hall, cedió el lunes por la noche una de sus salas más conocidas a Carvalho y al quinteto de cuerdas «The Britton Quintent» con quien grabó su último disco titulado «Levino».
La constante búsqueda de nuevos horizontes y contactos musicales por estos jóvenes músicos británicos les ha llevado a conciliar melodías de distintas partes del mundo, desde Rusia a Latinoamérica, y demostraron sobre el escenario comprender el arte de Carvalho.
La extraordinaria acústica de la sala permitió a los asistentes, más de 300 y entre los que se contaban familiares y amigos, maestros, caza talentos, nostálgicos de Brasil o amantes de las músicas del mundo, disfrutar de una interpretación austera.
De Joao Pernambuco se escuchó «Nocturno», «Lágrima» y «Recordando»; de Heitor Villa-Lobos «Concierto para guitarra y para pequeña orquesta», además de las «Reminiscencias Baianas» de Levino Conceicao.
También hubo ocasión de presentar las primicias de dos jóvenes compositores, el inglés Luke Bedford y el brasileño Sergio Barbosa, el primero de los cuales subió al escenario a saludar al público, quien le dedicó un cálido aplauso.
Carvalho considera que la combinación del quinteto de cuerdas con su guitarra ofrece más «recursos para decir lo que quieres, aunque esto no quiere decir que la guitarra sea limitada, al contrario es un instrumento muy especial».
EFE
