«Todo se había vuelto muy previsible. Se acabó la magia, el misterio. Por eso decidimos tomarnos un descanso de unos dos años, quizás de tres», señaló el guitarrista de la agrupación que marcó una etapa del rock local, con récords de venta de sus discos y con una multitudinaria legión de fanáticos que los seguían a todas parte.
El grupo rockero «Los redonditos de Ricota» se disolvió momentáneamente tras 26 años de actuación y la producción de diez discos, informó Skay Beilinson, guitarrista del popular conjunto argentino cuyas actuaciones han estado siempre rodeadas por choques entre sus seguidores y la policía.
«Todo se había vuelto muy previsible. Se acabó la magia, el misterio. Por eso decidimos tomarnos un descanso de unos dos años, quizás de tres», expresó en una entrevista que publica hoy el diario Clarín, de Buenos Aires, al confirmar las versiones de separación entre los integrantes de la banda.
Beilinson negó que se haya trenzado a golpes de puño con «El indio» Solari, líder y la voz de «Los redonditos de Ricota», aunque admitió que desde principios de año no se ven y ni siquiera se hablan por teléfono.
«Se dijeron un montón de cosas, que nos habían agarrado a las combos, que ‘El indio’ tenía SIDA, que nos habíamos comprado un teatro, que nos íbamos a radicar en España. Fueron un montón de barbaridades sin ningún asidero. Lo cierto es que perdimos la química que necesita toda banda de rock», destacó.
Beilinson está abocado, junto con su esposa, Carmen «Poli» Castro, a la edición de «A través del mar de los Sargazos», su primer álbum como solista que saldrá a la venta dentro de dos semanas en Buenos Aires, mientras «El indio» Solari también se encuentra preparando lo que será su primer disco en solitario.
«Llega un momento en que uno no se sorprende con las ideas del otro y eso afecta a la química de una banda de rock. La verdad es que todos necesitamos un cambio. Entonces, decidimos tomarnos un año sabático», agregó el guitarrista.
«Los redonditos de Ricota» marcaron una etapa del rock local, con récords de venta de sus discos y con una multitudinaria legión de fanáticos que los seguían a todas partes, incluso cuando ofrecían recitales en países vecinos, y que protagonizaron violentos enfrentamientos con la policía.
EFE
