Publicidad

Ecléctico, intenso y provocadoramente seductor

Esta nueva producción de la hija de la mítica Lola Flores podría ser presentada por esta cantante y actriz a fin de mes en el Court Central del Estadio Nacional. Mientras su disquera espera respuestas, la menor de las Flores cosecha éxitos en todos lados con un disco de buena factura que le hizo obtener hace unos días un Grammy Latino como Mejor Álbum Vocal Pop Femenino.


Este ha sido su año. Un año donde el cine y la música le han dado la acogida y los tributos que había esperado desde hace un tiempo. Rosario, la hija de la mítica Lola Flores, "la Faraona", y de uno de los precursores de la rumba catalana, Antonio "el Pescaílla" González, con un Grammy acuestas -como Mejor Álbum Vocal Pop Femenino- se pasea gustosa por diversos escenarios del orbe mostrando su más reciente registro llamado Muchas Flores.



Y en el marco de este escenario es muy probable que la tengamos en nuestro país a fin de mes o comienzos de noviembre. La visita de esta española es un hecho – pues el 13 de octubre se encontrará en el Festival de Cine de Nueva York junto a Almodóvar y de ahí podría venir por estos lares- pero aún no se confirma la fecha exacta para la presentación que, según ha trascendido, se haría en el Court Central del Estadio Nacional. Este sería el debut de esta rumbera que con anterioridad ha visitado nuestro país pero que nunca ha realizado un concierto en vivo.



Su llegada a nuestro país es precedida por el éxito medido de su participación en el último filme del también español, Pedro Almodóvar. En la cinta Hablé con ella que ha sido estrenada en España y toda Europa, esta gitana ha acaparado la atención de la prensa especializada en su rol de torera, trabajo para el que estuvo preparándose durante dos meses intensivamente con un torero de tomo y lomo y que le permitió, entre otros, pertenecer a la estética de "almodovariana" que tanto admira.



Lo cierto es que tuvo que llegar este disco después de varios trabajos para que la música de Rosario se expandiera a nuevos horizontes. Ello, porque este disco es uno de los más ambiciosos de su carrera y donde se da el lujo de recrear todo el espectro de ritmos musicales que abarcan desde lo tradicional hasta lo más contemporáneo.



Con anterioridad esta mujer nacida el ’63 editó discos como De ley (1992), Siento (1994), Mucho por vivir (1996) y Jugar a la locura (1998). Si embargo, Muchas flores es la placa que la retrata de cuerpo y alma y con el que ha cosechado éxito y una buena cantidad de unidades vendidas.



Aunque para algunos esta mujer de 39 años representa a cabalidad la estética flamenca que recorre sus venas, hay muchos quienes ven en su trabajo la intensidad necesaria para encandilar a muchos pero no el suficiente encanto y potencia vocal -como la fortaleza faraónica de la voz de su madre- para atrapar a la masa.



Muchas flores en boca de su propia autora es un disco "auténtico porque yo soy Flores y en estos momentos de mi vida hay muchas flores que quiero entregar a la gente porque ellas me hacen sentir más Flores que nunca". Y los temas que coexisten en este registro se tiñen para Rosario de "amor, vida y amistad; pero sobre todo se palpa un cúmulo de sentimientos e intensidades que son parte de la existencia humana".



Pasión gitana



Rosario ha tenido una vida muy intensa. Colmada de contrastes altos y bajos. Y un sino en particular: desde pequeña su vida se ligó al mundo artístico, específicamente a la música. Evidentemente, en ningún caso éste fue una fatalidad para la pequeña Flores.



Fue la menor de tres hermanos unidos todos por la sangre flamenca y la rumba catalana gestada en gran medida por "El Pescailla", su padre. Independiente a rabiar, fue la primera en partir de casa e iniciar el camino musical natural y heredado.



Su primera incursión en la música se produjo en 1984 con el álbum Vuela de noche. Sin mayor trascendencia, esta experiencia discográfica produjo en ella la necesidad de seguir intentando mostrar el talento natural que corre por sus venas. Y por eso y considerando la poca repercusión de este álbum en su propio país, Rosario edita en 1992 el disco De ley que es cuando por primera vez los resultados del largaduración comienzan a retratarla a cabalidad. De hecho es en este registro donde se encuentran algunas de las canciones más hermosas escritas por su hermano Antonio -fallecido en 1995, un año después de la muerte de Lola Flores- detonando con su participación el primer paso hacia el estrellato en la joven española.



Tras la pérdida de su madre y su hermano, Rosario deja trunco el trabajo de promoción de Siento (1994) que contenía una serie de éxitos alegres y bailables como Ese beso y Estoy aquí que vendió cerca de 500 mil copias. Sin embargo, la artista retoma la fuerza necesaria para continuar con su carrera con el nacimiento de su hija Lola, fruto de su matrimonio con Carlos Orellana, editando en 1996 Mucho vivir, una placa repleta de nuevos bríos e ilusiones donde, por cierto, dedica el tema Qué bonito a su hermano.



Ya en 1999 publica Jugar a la Locura, donde incursiona en la composición de los cerca de diez temas que componen el álbum. En este registro asoman tintes rockeros y eléctricos alejándose un poco de la rumba y dando pasos tímidos a los ritmos latinos y anglosajones. Sin embargo, la crítica acusa un estilo completamente comercial que la aleja de la figura de los comienzos.



Pero donde comienza a emerger la energía, fuerza y emotividad que hoy se le ve es en Muchas flores pues como ella misma señala: "Todos los discos son un retrato del momento concreto que se vive. Y quizás por eso ahora que estoy viviendo un momento en que me siento más que nunca identificada conmigo misma, con mi sangre, mi arte, mi cultura y con toda mi raíz, logro entregare ‘muchas flores’ al público".



El disco



Terminado de grabar en enero de 2001 en los Estudios Diana en Madrid y mezclado en los estudios Sonoland también de la ciudad madrileña, en esta placa compuesta de once temas Rosario se hace acompañar connotado guitarrista Raimundo Amador, y los hermano Antonio y José Miguel Carmona quien junto a Cachorro López -ex Abuelos de la nada– y Fernando Illán producen su disco.

En este rosario bebe las influencias del bolero, funk, bossa nova, la fusión de rumba con ritmos caribeños todos ellos con tintes de un pop bastante comercial que para los más pulcros puede ser, definitivamente, un ingrediente de distorsión que empequeñece su reciente trabajo. En pocas palabras este trabajo es producto de la intensidad, de aquella pasión con que esta cantante y actriz suele abordar sus apuestas.



Cruzado por los diversos estilos que maneja, Rosario no olvida. No deja de lado los dolores ni menos sus raíces. Y en este trabajo rescata y muestra sus más incipientes orígenes tanto en lo musical como en dejar los espacios necesarios para dedicarle algunas canciones a sus padres. Tal es el caso de Al son del tambor escrito por Rosario y Lolita Flores que en su lírica hace alusión directa a su progenitor: "Ya no se canta la rumba/ como cantaba El Pescailla. Esta rumba tiene fuerza/ brilla tanto como el sol/ nadie cantara la rumba/ como Antonio la cantó. La cantaba en mil idiomas/ un inglés muy catalán/ con su arte los gitanos/ no se podían aguantar".



Lo mismo ocurre con el vallenato colombiano La casa en el aire, una especie de rumba soft que cantaba "la Faraona" y que ella misma señala que le trae los más grandes recuerdos de su infancia además de tomar este estilo como sustento de su incursión musical.



Su interpretación destaca sobre todo en temas de su propia pluma como Déjame ver, Búscame y Como quieres que te quiera. Así como en temas populares como Meneito y La casa en el aire. Lo mismo ocurre con la forma tierna y pulcra con que interpreta baladas románticas como Agua y sal del uruguayo Jorge Drexler y la jazzie Rosa y miel donde abandona la potencia femenina para dar paso a una voz lúdica, seductora e indefensa.



En general este disco es de buena factura y fácil digestión. Sobre todo cuando al escucharlo se intuye el deleite que debe haber sido para Flores grabarlo y obtener momentos simples y encantadores como interpretaciones luminosas.



Y aunque el pop a ratos hace que pierda la potencia de los tablaos madrileños y se funda en un producto que puede ser ingerido con facilidad por los mercados musicales mundiales, Muchas flores deja una estela de perfume empalagoso y agradable.

Publicidad

Tendencias