Publicidad

Las Horas: El drama en cadena de Virginia Woolf

Con tres excelentes interpretaciones femeninas en los roles principales -Nicole Kidman, Julianne Moore y Meryl Streep, este filme entrelaza historias de diversas épocas en una interesante cadena de emociones y sentimientos de vacío.


Con 9 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película, mejor director y mejor actriz, Las Horas recrea tres épocas, tres historias y tres mujeres que se fusionan en un todo continuo que late y fluye de principio a fin. Cada mujer está unida a las otras como los eslabones de una cadena, ajenas a que el poder de una simple y magistral novela está cambiando sus vidas inexorablemente.



Primero está Virginia Woolf (Nicole Kidman), viviendo en un suburbio de Londres a principios de los años 20, luchando contra la locura mientras empieza a escribir su primera gran novela: «Mrs. Dalloway». Más de dos décadas después, Laura Brown (Julianne Moore), una esposa y madre que vive en Los Ángeles al final de la Segunda Guerra Mundial, está leyendo «Mrs. Dalloway» y experimentando con su lectura una revelación de tal magnitud que empieza a pensar en efectuar un contundente cambio en su vida.



Posteriormente, en la ciudad de Nueva York de nuestros días, está Clarissa Vaughan (Meryl Streep), una versión moderna de la «Mrs. Dalloway» de Woolf, enamorada de su amigo Richard, un poeta brillante que está muriendo de Sida. Sus historias se entrelazan y, finalmente, se funden en un instante sorprendente y trascendental de reconocimiento compartido.



Las Horas se presenta como un trabajo denso, un tanto pesado, pero placentero. Los minutos finales son de una intensidad soberbia que mantiene al espectador con total atención a cada detalle del filme. Esto no significa que el desarrollo de la cinta sea deficiente ni mucho menos, sin embargo las secuencias finales sirven para sacar al público de su pasividad ante una película lenta y pausada pero grandiosamente realizada.



La vida y la muerte serán los temas que se desarrollaran con fuerza en esta película, una cinta emocional cargada, poderosamente, de sentimientos y sensaciones angustiantes y claustrofóbicamente apremiantes.



Sutilmente manejada, la trama logra acercarse al espectador de modo que este sufra las angustias de los personajes, solidarice con ellos y sobre todo sienta como ellos. Tristeza, amargura y dolor se entrelazan, al igual que las historias del argumento, para crear un ambiente un tanto depresivo pero bello y contundentemente refinado.



Este drama basado en la novela homónima de Michael Cunningham, maneja el tema del suicidio de una forma viable, transformándolo de cierta manera en una opción aceptable. De hecho y con el correr de la proyección, se convierte en una salida justificable en algunos casos tales como el de Ed Harris, quien enfermo de Sida, se despide de su protectora (Meryl Streep) y de un mundo al que ya no pertenecía, lanzándose al vacío en una de las escenas más impactantes de la película.



A pesar de ser un filme elegantemente realizado, su potencial mayor gira en torno a las excelentes interpretaciones de sus femeninas y talentosas protagonistas, además de la soberbia pero no muy extensa participación de Ed Harris. Nicole Kidman, Julianne Moore y Meryl Streep logran plasmar y transmitir los sentimientos de pesadumbre que arrastran, involucrando emocionalmente al espectador en la historia y en la vida de cada uno de los personajes.



Este drama sicológico logra grandes momentos de énfasis sentimental, en donde Stephen Daldry plasma notablemente en su filme una afligida perspectiva de la existencia humana. El director intenta acentuar acertadamente en lo sentimental, desarrollando bastante bien las situaciones y mostrando una gran penetración e interacción de los personajes para conseguir una destacada y espontánea vinculación entre los mismos, en un trabajo emocional impactante.



La forma de narrar las historias, las destacadas interpretaciones, el interesante guión, una gran música, el magnífico montaje, y una particular mirada de las complejidades de nuestra existencia, trasforman a Las Horas en un trabajo serio y contundente que pone de manifiesto que en Hollywood se pueden hacer cosas que valgan la pena.

Publicidad

Tendencias