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Los Oscar vs. CNN: el show debe continuar

Hoy los televidentes tendrán para elegir dos programas televisivos imperdibles que lucharán entre sí por capturar la sintonía. Mientras la CNN redoblará los esfuerzos para transmitir una distante pero "llamativa" conquista de Irak, la cadena ABC apostará por el glamour y la frivolidad de los Premios Oscar. En ambos caso, "the show must go on", como dicen en Estados Unidos.


Durante la semana circularon rumores que la 75ª edición de los Premios Oscar sería suspendida. No parecía algo tan descabellado, sobre todo cuando se anunció que la famosa alfombra roja que conduce a las estrellas al interior del Kodak Theatre en Los Angeles no se usaría. Era un signo, que sumado a los bombardeos, parecían darle cierta veracidad a las especulaciones.



En Estados Unidos, además, algunos recordaron la cancelación de los Emmy el 2001 tras los atentados, y en Chile, la entrega de los nominados al Premio Altazor luego de la muerte del Gato Alquinta hace poco más de un mes. Pero nada de eso ocurrió esta vez. Sólo hubo retoques.



"Sería obsceno ir con todo el glamour habitual sobre la alfombra roja», comentaba inocente Daniel Day-Lewis, nominado como mejor actor por su trabajo en Pandillas de Nueva York. En otras palabras, hacia fuera hay recato y hacia dentro desborde. En Irak se mata, y en Hollywood se celebra. ¿Eso habrá querido decir?



Es que cuando hay tanto dinero involucrado, tanta gente trabajando para que todo salga tan perfecto como para el ejército lo es la invasión, no hay guerra que valga. Además, mil millones de televidentes en el mundo están esperando saber si Chicago o Pandillas de Nueva York obtendrán la codiciada estatuilla, o si Catherine Zeta-Jones necesitará su ambulancia privada por si da a luz.



Hay quienes piensan que la cancelación podría ocurrir a última hora, pero las empresas que auspician el evento, como Eastman Kodak, Charles Schwab, MasterCard, American Express, AOL Time Warner, Yahoo! y Washington Mutual no están dispuestas a perder la vitrina que implica este show por unos cuantos desconocidos.



La ABC, por su parte, ya vendió todos los espacios publicitarios a un millón de dólares los treinta segundos. Deshacerse de suculento negocio y perder la oportunidad de competir con la CNN en la lucha de sintonía y venta de derechos televisivos, sería algo impensable en las mentes de los ejecutivos de la cadena.



Los disidentes



Will Smith, Peter Jackson, Angelina Jolie y Aki Kaurismäki no están "ni ahí" con ser parte de la ceremonia. Y desde ya, la antipatía de muchos estadounidenses se la tienen ganada, pues ven en la deserción un acto anti patriota.



Y como en los oscuros años del macartismo, medios como el New York Post han llamado a boicotear las películas de actores como Susan Sarandon, Martin Sheen, Edward Norton, Alec Baldwin y Sean Penn. Este último es quien ha llegado más lejos, pues incluso viajó hace unas semanas a Irak y pagó 56 mil dólares para publicar una columna en The Washington Post en el que condenaba a George W. Bush por tener «una visión simplista del bien y del mal».



A estos disidentes su postura no les ha salido barata. El Sindicato de los Actores de Cine de Estados Unidos denunció que hay una lista negra con quienes se oponen a la guerra y que incluso se ha "recomendado" a los ejecutivos "decentes" de la industria del cine a pensar dos veces la contratación de los Sarandon, Penn y secuaces.



El fantasma de la era McCarthy vuelve a acechar en Hollywood. Antes era los simpatizantes y militantes -pocas veces cierto, por lo demás- del comunismo, hoy los que están en contra de la invasión a Irak. "Esto demuestra que las enseñanzas de la historia se topan con oídos sordos en el caso de algunos», declaró el Sindicato de Actores.



El peligro en 45 segundos



Pero más allá del frío control que existe y pueda haber durante la ceremonia de esta noche, hay un hecho contra el que no pueden luchar en Hollywood: las declaraciones de los premiados.



Es cierto. El reglamento de los Premios Oscar estipula que los galardonados no pueden hablar más de 45 segundos al momento de recibir la estatuilla, pero no pueden controlar qué es lo que dirán o no los que suban al escenario.



Pedro Almodóvar, que postula como mejor director y mejor guión, advirtió ya que "vengo a decir gracias, pero diré algo más». ¿Cuánto le pesará al cineasta español sus declaraciones y su conocida postura contraria a la guerra?



Junto con el director de Hable con Ella, Dustin Hoffman, Michael Moore, Jim Carrey, Kristen Dunst, Salma Hayek, Jessica Lange, Richard Gere, Matt Damon, Uma Thurman, Meryl Streep y el líder del grupo irlandés U2, Bono Vox, anticiparon que llevarán en la solapa de sus trajes el símbolo de la paz. Los integrantes de la organización Artistas Unidos para Ganar Sin Guerra, usarán las insignias «como una declaración silenciosa de oposición a este conflicto bélico innecesario e inadecuado», señalaron.



En un comunicado firmado por el más de centenar de artistas integrantes a la organización, indicaron que "una guerra de este tipo provocará sufrimientos humanos, despertará la animosidad contra nuestro país, aumentará la probabilidad de atentados terroristas, dañará la economía y perjudicará nuestra posición moral ante el mundo».



El temor a la libertad reina entre los organizadores del evento. El guionista principal de la ceremonia, Bruce Vilanch, cruza los dedos para que los ganadores se guarden sus ideas políticas. Aunque, añadió, "me imagino que la tentación de expresar algo puede ser mucha.»



Steve Martin, el para algunos cómico actor, será el encargado de conducir los Premios Oscar. Cual conductor de noticiero a la CNN, Martin se ceñirá rígidamente al cuidadoso libreto diseñado para la ocasión. Nadie quiere imprevistos desagradables. Todo está ya dispuesto, pero como buena película hollywoodense, las sorpresas para esta noche pueden ser la clave para el éxito total del evento cinematográfico. Si el ejército estadounidense no les juega una mala pasada, claro, y deciden hacer de Irak sólo un recuerdo vago. Por eso, al menos por hoy, Hollywood dice con total sinceridad "no a la guerra".

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