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Reveladores documentales nacionales en el cine Hoyts de La Reina

Títulos como Locos del Alma, Mi Hermano y Yo, Pornostars y La Tribu de las palabras, se unen para dar vida a esta interesante e infaltable muestra que une talento y simplicidad junto a temas tan relevantes como las secuelas de la dictadura militar, los detenidos desaparecidos, la locura y la pornografía.


Organizado por la Asociación de Documentalistas de Chile (Adoc) y con el apoyo de Cine Hoyts, este ciclo de documentales organizado desde el año 2000, expondrá en forma masiva, una gran cantidad de obras nacionales que se encontraban archivadas y que vieron la luz gracias a esta iniciativa.



En sus versiones anteriores, el ciclo estuvo conformado únicamente por producciones chilenas, pero este año gracias a numerosas gestiones y el éxito de público que han tenido las muestras anteriores, el ciclo inaugurará un espacio dedicado a películas documentales extranjeras, que han alcanzado reconocimiento a nivel mundial.



Es evidente que el documental tiene un doble valor: nos muestra el lenguaje audiovisual propio de sus realizadores, y nos acerca de un modo particular a distintos aspectos de la vida sociocultural de los protagonistas. Así nos podemos aproximar a gentes e historias de regiones lejanas y diferentes, y encontrar las similitudes en lo humano.



Es por ello que los trabajos en este formato han cobrado relevancia en el país, creándose una serie de instancias para la difusión e incentivo de los documentales. Así, los medios de comunicación, el interés del público y la incansable labor de la Asociación de Documentalistas de Chile, posibilitan que distintas realidades de diversos estratos nos lleguen de una forma fuera de lo que acostumbramos y se conviertan en un vehículo hacia el conocimiento colectivo de nuestra sociedad.



Algunos documentales a exhibirse



Pornostars, de Rolando Opazo. Este trabajo cuenta la historia de la primera actriz y el primer director de películas porno en Chile. Los sueños y delirios de una pareja que pasa de la clandestinidad a la fama, luego que el Presidente Ricardo Lagos, firmara el proyecto de ley que elimina la censura cinematográfica.



Plasmar el tema del sexo en formato audiovisual siempre ha presentado complejidades de todo tipo. La nueva visión de mundo que ha tomado el país en torno a la libertad de expresión ha propiciado una serie de actividades que si bien no son la llave principal para abrirnos la mente, por lo menos se transforman en la posibilidad de tomar nuestras propias decisiones.



Rodar un película pornográfica en nuestro país y con actores chilenos, años anteriores era un suceso impensado. Hoy, la historia esta cambiando. Y cambia en todo sentido, desde el hecho mismo de que se estén realizando este tipo de producciones como también que un formato serio y fiel tome como un elemento interesante a analizar este fenómeno.



Pornostar intenta y logra reflejar todo el proceso de casting, ensayos y rodaje de un filme pornográfico, siempre dando énfasis al lado humano del proyecto más que a la "morbosidad" en la que algunos insisten explotar. Es indudable que puede ser inevitable redundar en lo burdo y superficial de estas cintas, sin embargo Opazo hace caso omiso y se avoca a construir un retrato fiel, veraz y agudo que da cuenta de gran forma el proceso del "porno chilensis".



Volver a Vernos (Pinochet’s children) de Paula Rodríguez. La película documenta el testimonio de tres representantes de la generación que creció en la dictadura de Pinochet, "Los Niños de Pinochet", a la cual la directora Paula Rodríguez pertenece. Carolina Tohá, Enrique Paris y Alejandro Goic, quienes fueron dirigentes estudiantiles durante la dictadura, son representantes de una generación que creció con y contra la autoridad de Pinochet. El período que abarca el documental es desde el golpe militar en 1973, cuando los protagonistas eran niños, hasta la actualidad, donde ya adultos se encuentran para volver a ver, volver a verse.



Aquí Paula Rodríguez logra construir un impresionante retrato de los convulsionados años setenta y ochenta bajo el régimen militar, poniendo un especial énfasis en el legado que el Chile de hoy tomó -consciente o inconscientemente- de la dictadura de Augusto Pinochet.



Con un trabajado guión y una depurada dirección, la realizadora se pasea por los acontecimientos desde 1973 en adelante, mezclando testimonios con crudas y dolorosas imágenes de la época, para crear y llegar vía emocional al espectador en un documento interesantísimo, punzante y decidor que revela ciertos aspectos políticos, sociales y económicos de un país sometido desde tiempos remotos, pero que mediante esta clase de ejercicios, algún día podrá aceptar su historia y comenzar a mirar hacia delante.



Mi Hermano y Yo de Sergio Gándara y Paula Sánchez. El 30 de junio de 2000 aparece el cuerpo de Carlos Patricio Fariña Oyarce, de 13 años, detenido y desaparecido en 1973 durante la dictadura militar de Augusto Pinochet. Desde ese día, su hermano Iván promete públicamente que la historia de Carlitos será conocida en Chile y el mundo. Este conmovedor documental está narrado por sus protagonistas quienes hacen un esfuerzo por contar la historia de una familia desintegrada a partir de un acto infantil e involuntario. Iván, el hermano menor emprenderá una búsqueda para reparar su propia amnesia y de esta forma reencontrarse con su hermano y consigo mismo.



En la película se llega a una verdad bastante reveladora en el sentido que logra armar un rompecabezas y construye de gran manera una historia un tanto oscura y escondida sobre la base de lo que cuenta la propia gente en la población y otras personas ligadas a los acontecimientos, dando vida así a un filme dinámico, ágil y profundo en un excelente trabajo de reporteo.



Además de aportar nuevos datos al caso, Mi Hermano y Yo presenta cierta cercanía a los hechos, proceso muy difícil de lograr en este tipo de eventualidades, convirtiéndose más que en un gran documental sobre un acontecimiento o una noticia especifica, en una suerte de reconstrucción de sucesos que nos posicionan a un nivel mayor de comprensión e impacto ante ciertas acciones tan comunes como censurables.



Locos del Alma de Joanna Repossi. Es la historia de un grupo de pacientes esquizofrénicos crónicos del Hospital Psiquiátrico de Santiago que trabajan en la creación de una obra de teatro hasta su estreno. La mayor parte de ellos lleva más de veinte años en este hospital y este documental es un seguimiento de seis meses a sus ensayos y vidas. En definitiva, es la historia de estos actores, de sus aprendizajes, juegos, risas, emociones, reflexiones y de su particular mirada del mundo.



Lo principal de este documental radica en la pureza que expele. Construido en torno a los ensayos del grupo de internos para representar una obra de teatro, Locos del Alma logra crear un ambiente de intimidad y veracidad que se traduce en los resultados finales del trabajo del director del montaje y su capacidad para llegar, penetrar e influir en la vida de un conjunto de pacientes del hospital siquiátrico.



La directora Joanna Reposi logra conformar un camino lleno de sana y trasparente locura para así mostrar una realidad lejana, desconocida y tal vez equívoca de un mundo repleto de magia y ternura en la que los sueños abundan y los mundos surreales afloran a cada instante y en cada uno de los individuos.



La Tribu de las Palabras de Rodrigo Iván Sepúlveda. Este trabajo se convierte en un viaje poderoso por la mente. Un encuentro con la memoria de lo invisible y con la memoria de Chile, a través de la poesía. Una cita abierta con la reflexión y la belleza, una búsqueda y un encuentro con el futuro. En marzo del 2001, 16 poetas de 10 países, se encontraron en Chile. Aquí están sus sueños y los miles de suelos de un pueblo que, durante esos días, recuperó en parte su dignidad, a través de la palabra.



Este trabajo intenta recuperar el tan descuidado lenguaje en nuestro país a través de un relato sincero, limpio y hermoso que intenta descubrir o tal vez recuperar ese tan preciado medio de comunicación al que veces le hacemos vista gorda. Sin duda que la espontaneidad de los protagonista otorgan un grado importante de frescura y a la vez de realidad tan pura como creativa.



Esta cinta documental tiene las ventajas de presentar las atractivas impresiones de connotados poetas del mundo sobre nuestro Chile y además activar las emociones de cada uno de los espectadores mediante profundos y escogidos textos recitados de gran forma por los mismos escritores, que a la vez trasforman metros y metros de cinta en un destacado e imponente registro social y cultural.



I Love Pinochet de Marcela Said. Un documental sobre el Chile actual, una mirada sobre el sistema social y político legado por Pinochet, develado a través de los retratos de pinochetistas, estas miles de personas de todas clases sociales que creen en la perpetuación de un sistema autoritario y ultraliberal teñido de feudalismo. Sus discursos tienen en común el justificar la represión brutal por la necesidad imperiosa de reestablecer el orden y salvar al país de la amenaza socialista que representaba el gobierno de Salvador Allende y sus seguidores.



La cámara revela el rostro humano de aquellos hombres y mujeres que creen en la perennidad de un sistema totalitario. En los 54 minutos de duración, conocidas personalidades como el Padre Raúl Hasbún, el abogado Fernando Barros, el alcalde Cristián Labbé, entre otros anónimos admiradores del ex general, conforman el testimonio documental, donde el común denominador es la legitimación de la dictadura como una réplica necesaria para restablecer el orden y combatir el «fantasma» del comunismo.



Para muchos Augusto Pinochet es objeto de estudio. Tanto por su maquiavélica personalidad como por sus perverso pasado, este particular personaje ha sido protagonista de un sin fin de trabajos audiovisuales, escritos o hablados, generalmente realizados por contrarios a su régimen.



I Love Pinochet presenta la extraña y al mismo tiempo interesante particularidad de estar construido en torno a los relatos de diversos personajes cercanos al ex general, construyendo un retrato distinto y polémico del fenómeno del pinochetismo en Chile.



En diversos aspectos de sus vidas, los "amantes de Pinochet" muestran su lealtad y agradecimiento a un hombre que según ellos libero a Chile de las garras del comunismo. Lo admirable de Marcela Said es que consigue plasmar en su cinta la voz de muchos incondicionales que veneran al ex dictador sin importar las atrocidades cometidas en el pasado. Un documental que penetra, impacta y sorprende.

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