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Las Utopías de Vargas Llosa

La última novela de Mario Vargas Llosa contrapone dos utopías irreconciliables: una social y otra individual que busca la belleza. En torno a esto, el escritor peruano habló sobre sus ideales políticos, literarios, y su última novela.


A Mario Vargas Llosa no le interesan las utopías. Al menos no las que tengan que ver la transformación de la sociedad. "Sólo han traído catástrofe", declara recordando negativamente las experiencias del nazismo, el marxismo y el maoísmo. Aun así, su último libro, "El Paraíso en la otra esquina", justamente trata de utopías; dos exactamente, la de Flora Tristán y de su nieto, el pintor Paul Gauguin.



Asegura que el siglo XX ha dejado en descrédito todas las utopías que en siglo XIX se incubaron con el objetivo de construir el paraíso en la tierra. Pero justamente la última novela de Vargas Llosa indaga en la vida de una mujer que perteneció a aquella constelación de utopistas que también incluyó a Saint-Simon, Charles Fourier, y a Carlos Marx.



La biografía de Flora Tristán, uno de los ejes de "El Paraíso en la otra esquina", está marcada por la adversidad, pero también por el coraje de un mujer que se sobrepone a un marido y una sociedad machista para terminar construyendo un movimiento que pone por encima la igualdad, de géneros y entre poderosos y desposeídos. La primera utopía de la novela, como dice Vargas Llosa, es "una utopía a favor de una igualdad absoluta, de un mundo sin discriminación, en el que la justicia, la solidaridad, norme las relaciones sociales".



El otro eje del libro es la vida del pintor Paul Gauguin. Nieto de Flora Tristán, la vida del neo impresionista francés es el contrapunto de la vida de su abuela: la búsqueda de la belleza en estado puro, lo llevó a alejarse definitivamente de la sociedad de su época para instalarse en la Polinesia. "Es una utopía que tiene que ver con el individuo, no con la sociedad, de una gran autonomía para que el individuo pueda satisfacer todos sus deseos, pueda vivir en la más absoluta libertad. Es una utopía en lo que lo social prácticamente desaparece; él no está dispuesto a hacer ningún tipo de concesiones que recorten esa soberanía individual en la que él ve la fuente de la creatividad, la fuente de la belleza", explica el escritor peruano.



El lado político de Vargas Llosa



¿A qué lado se encuentra Mario Vargas Llosa? En ninguno y en todos. "El ideal es tratar de acercar en lo posible esas dos utopías; crear unos sistema de legalidad, de justicia, de falta de discriminación, pero sin destruir enteramente ese espacio en el que el individuo puede elegir su propio destino sin tener que ajustarse a un molde único. Eso es lo que nunca se ha conseguido", sostiene.



La opción de Vargas Llosa parece la más sensata en estos días. Pero la historia de su vida, en el terreno político, no ha sido aceptada con docilidad por sus congéneres escritores. Aunque en su juventud compartió los ideales comunistas de compañeros de labores como García Márquez, Cortázar, Bennedetti, desde mediados de los 60, el peruano comenzó un proceso de desilusión que lo llevó a instalarse en un liberalismo que intenta no caer en dogmatismo económicos. No tuvo pocas críticas.



De hecho, no sólo se ha mantenido en la figuración como escritor, sino como un intelectual que tiene asiento reservado en el debate político. Incluso, Vargas Llosa tiene en su curriculum una carrera política nada despreciable. En 1990 participó como candidato a la presidencia de Perú por el partido Frente Democrático. Pese a que no fue elegido, vivió dos peleados procesos electorales (primera y segunda vuelta).



Hoy advierte que ninguna condición lo haría volver a la política activa, sino que prefiere la trinchera literaria y desde ahí plantea su utopía. "La literatura es en sí una utopía, es vivir a través de las palabras y de la imaginación de un mundo mejor del que tenemos, una manera de escapar al condicionamiento, al confinamiento que es el de la condición humana. Se puede hacer de la utopía un instrumento, una herramienta de progreso de civilización, a condición de renunciar a la utopía en el campo político social donde la utopía solo ha traído catástrofe de la historia", afirma el escritor.



El proceso del "El Paraíso en la otra esquina"



Vargas Llosa, marcado públicamente por una tensión constante entre la realidad -política- y la ficción -literatura-, enfrentó en "El Paraíso en la otra esquina" la tarea de llevar al género de la novela dos biografías. La complicación evidente, es hasta dónde llevar los datos verídicos para dar paso a la imaginación, o viceversa.



Para el escritor, antes que nada el libro es una novela. "Es un libro que tiene mucho más fantasía e imaginación que memoria histórica. Yo he utilizado un material histórico, como materia de trabajo, pero me he tomado muchas libertades: hay personajes históricos y personajes inventados; y los personajes históricos están tratados como personajes literarios. He recortado», dijo.



«Estoy seguro que lo inventado es mucho más importante que lo histórico. En lo esencial espero no haber traicionado a Flora Tristán, a Paul Gauguin, pero en los detalles sí. En lo esencial es un libro de ficción", añadió.



A propósito del proceso de creación, "El Paraíso en la otra esquina" tiene su correlato en un libro de fotos de la hija del escritor, Morgana Vargas Llosa, quien lo acompañó durante el rastreo de las huellas de Tristán y Gauguin.



Aunque confiesa que en un primer momento creyó que interferiría en el proceso de la escritura, Vargas Llosa apenas se dio cuenta de la presencia de su hija, y es más el resultado lo sorprendió. "Puedo ver en esa serie de fotografías todo un proceso del que yo no era consciente. Yo tenía la imporesión de estar más bien a tientas, buscando reminiscencias de Flora Tristán y Gauguin. Pero cuando uno ve la exposición ve un orden que es el orden no tanto de la historia como el de la novela", explica.



La exposición, "Fotos del paraíso" que documenta el proceso de investigación para "El Paraíso en la otra esquina" puede verse desde mañana en la galería de arte La Sala, e incluye registros del escritor en Las Islas Marquesas, Tahiti, Londres, París, Lima y Arequipa. También existe un documental acerca del libro, realizado por Mauricio Bonnett. Pero por, ahora, no hay noticias de su posible exhibición en Chile.



Pero, probablemente, y como siempre, a los escritores hay que leerlos. En este caso leer "El Paraíso en la otra esquina", revisar las utopías ahí planteadas, y rastrear entre los párrafos los ideales de Vargas Llosa.

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