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Valparaíso: una nueva oportunidad para escapar de la pobreza

Ahora, la ciudad enfrenta una serie de desafíos que deberá sortear con el fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, gracias al desarrollo del turismo patrimonial.


Un hecho histórico para Valparaíso ocurrió en la tarde de ayer en París: la Unesco aprobó la postulación de esa ciudad como Patrimonio Mundial de la Humanidad -más específicamente del casco histórico- y, sin embargo, los porteños seguían su paso lento, como sin ganas.



Es más, la alegría de las autoridades que se reunieron por la tarde en el edificio consistorial contrastaba con las calles, ni siquiera el acto que organizó el municipio en el frontis del edificio -que incluyó batucadas y desfile-, pudo entusiasmar a los porteños que, tras el acto, continuaron sus rutinas como si nada. Todo muy diferente a cuando Wanderers ganó el torneo nacional de fútbol, por ejemplo.



Precisamente, ése es uno de los desafíos que enfrentará la comuna tras ser nominada por unanimidad de los 21 electores como Patrimonio Mundial de la Humanidad, en la categoría de bienes culturales, referida a los centros históricos: que su población pueda abandonar el desánimo que la persigue y generar condiciones para sacar adelante las nuevas tareas que sus habitantes deben enfrentar.



Claro que los desafíos son a nivel nacional, regional y comunal. Ello, porque la postulación fue apoyada por el gobierno que se comprometió a realizar una serie de inversiones en el sector como: la restauración de la plaza Aduana que se efectuará el próximo año; la recuperación del borde costero que ya comenzó con el muelle Barón; la recuperación del sector de la iglesia La Matriz; y llevar a cabo, en los próximos tres años, el programa firmado por el ministro de Vivienda que incluye una inversión sostenida en el casco antiguo. A eso se suma los recursos que ya se invirtieron en la recuperación de diferentes lugares del sector postulado.



En el plano comunal se debe cumplir con el compromiso de lograr una ciudad limpia, la repoblación del sector y la repavimentación de calles.



La oportunidad que se abre para Valparaíso puede significar un gran desarrollo económico para la zona asociado al turismo cultural. De hecho, desde ya la nominación significa que la ciudad podrá participar en cooperaciones internacionales vinculadas al tema del patrimonio, con lo cual podrá obtener recursos de organizaciones vinculadas a la Unesco para recuperar espacios.



Hace casi ocho años, el municipio comenzó la tarea de impulsar el tema cultural en Valparaíso. La cara visible de la ciudad es el alcalde, Hernán Pinto -que ayer estaba en París-, pero quien estuvo a cargo del proyecto fue la jefa de la unidad técnica patrimonial, Cecilia Jiménez, quien no podía ocultar su felicidad.



Según explicó la jefa de la unidad, lograr el apoyo extranjero con esta nominación fue nada fácil, ya que si bien es una ayuda, se debe postular a los organismos existentes. Uno de ellos es el Fondo del Patrimonio Mundial que puede ser una ayuda en dineros directos, en capacitación o en recursos para proyectos.



Otros son los organismos indirectos, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde el ser Patrimonio de la Humanidad implica una carta de presentación, una mayor rapidez en la tramitación de préstamos, los cuales se conceden con condiciones mucho más favorables. Lo mismo sucede con fondos de la Comunidad Económica Europea.



Por esto, uno de los aspectos que tendrá que mejorar la ciudad es el manejo de los recursos, por ello se estima que se deberá crear una Corporación que se encargue de estas materias.



«Uno de los principales desafíos que implica la nominación es la asociatividad entre los canales estatales y los privados. Una muestra de esto es una ley relativamente nueva de financiamiento asociativo que permitirá de forma más ágil alternar recursos, tipo concesiones con los privados en diferentes negocios y que estará dirigido al Serviu y municipalidades», comentó.



En este sentido, agregó que hay corporaciones privadas trabajando en materia de financiamiento y también existen proyectos inmobiliarios que están apostando en subsidios de rehabilitación patrimonial, donde ya hay más de cien subsidios otorgados para este mercado cautivo.



«Las inmobiliarias tiene que asociarse con los dueños de los edificios patrimoniales, que permitan dividirlo, evitando el deterioro, aprovechando la capacidad instalada y las cualidades de vitalidad que tenían estos edificios y eso es una realidad que promete bastante más», afirmó.



A lo anterior agregó la ley Valdés que necesita de un mayor «rodaje», para que sea más ágil pues hasta el momento se ha utilizado muy poco el recurso de que las empresas puedan deducir impuestos y aprovechar la inversión en edificios patrimoniales.



Protección del casco histórico



En términos patrimoniales, se realizó una intervención en el casco histórico que está doblemente protegido por la ley de monumentos nacionales y la ley general de organismos y construcciones, por lo que cualquier intervención debe pasar por esas instancias y por la aprobación del ministerio de Vivienda y de la Municipalidad, por medio de la Dirección de Obras y la unidad Técnica del Patrimonio.



Cada una de estas unidades tiene sus instructivos y ordenanzas, con lo cual se regula y se resguarda que las intervenciones se realizan respetando el patrimonio. En este sentido, dijo que existen un estudio seccional asociado al plan regulador, donde están establecidas y fichadas todas las construcciones del casco histórico: las que se pueden restaurar, ampliar, las que se pueden botar y cómo deben ser las obras nuevas.



Ahora bien, dado que son tres instancias se creó una ventanilla única para agilizar la tramitación, para hacer más expedita la inversión.



La Unesco realiza revisiones cada cinco años de las ciudades que han obtenido esta nominación, a través de la ONG Icomos -que es la organización técnica de Unesco-, donde la asamblea analiza si se han efectuado gestiones eficientes en materias de recuperación, valoración y puesta en valor en el patrimonio.



De esta forma, la ciudad debe presentar informes sobre lo que se ha hecho, lo que se promete efectuar y cómo se realizará, a los inspectores que visitarán la comuna para verificar la información.



Como se nominó el casco histórico, las primeras gestiones deben ser en ese lugar, pero este proceso puede adjuntar otras zonas de la ciudad, con lo que se abren nuevas perspectivas para poner en valor el patrimonio de Valparaíso, ya sea agrandando el sector actual o en otros sitios.



El beneplácito del gobierno



A la celebración preparada en el Salón de Honor de la Municipalidad -previa al que se efectuó en el frontis del edificio-, asistieron el Intendente Regional, Luis Guastavino, el ministro de Educación, Sergio Bitar, y el asesor presidencial en materia cultural, Agustín Squella.



En el acto, el ministro Bitar destacó que esta nominación significaba el compromiso del Estado de Chile y de la ciudad que debe estar limpia.



«El Estado se compromete a preservar, rehabilitar y proteger los que tenemos. Esto significa más proyectos, financiamiento internacional, ley de renovación urbana que permite subsidios. el Presidente promulgará en los próximos días, la ley que crea el Consejo Nacional de la Cultura, y Valparaíso será su sede. Estamos apoyando a una ciudad que es la proyección de la imagen cultural de Chile», afirmó.



Por su parte, Squella dijo que el nombramiento es un bien para Valparaíso, ya que se le reconoce un valor universal como ciudad puerto, abierta al mundo desde el siglo XIX, en una auténtica avanzada de lo que hoy llamamos globalización, para Chile, pues es el tercer lugar del país -se suma al parque nacional Rapa Nui y con las iglesias de Chiloé-, que se inscribe en la lista del patrimonio mundial, y para el mundo, porque Valparaíso desde siempre ha atraído a incontables viajeros, marineros que una vez de regreso en sus naciones rememoran la ciudad.



«Valparaíso, durante el siglo pasado atrajo a una cantidad importante de inmigrantes, sobre todo italianos, ingleses, alemanes, españoles que creo le confirieron a la ciudad algo que no tienen ninguna otra en Chile: un sello cosmopolita, que es cuna de tolerancia y actividad cívica», comentó.

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