Publicidad

La caída libre de la comedia contemporánea, por Jim Carrey

Insosteniblemente vacía, absurda y aburrida, la última película de Jim Carrey logra lo que muchas otras no, un deseo imperioso por abandonar la sala. Con un trama un tanto torpe y mal desarrollada, un guión muy trabado, espantosos personajes caricaturescos y una poderosa carga de un humor patético, predecible y totalmente básico. Todopoderoso, como una muestra de lo que es el cine contemporáneo, deja mucho que desear.


En este filme totalmente al estilo del comediante protagonista de La Máscara, un periodista de televisión cansado de todo en su vida recibe poderes divinos y se convierte en una especie de superhéroe angelical, cuando Dios decide dejarlo a cargo del mundo.



Con todo su caudal de recursos corporales y gestuales, Carrey mezcla de manera desbordada sus conocidos excesos con el humor simplón, algo de autoayuda y una que otra moraleja cursi y sentimentaloide.



Insosteniblemente vacía, absurda y aburrida, la última película de Jim Carrey logra lo que muchas otras no, un deseo imperioso por abandonar la sala. Con un trama un tanto torpe y mal desarrollada, un guión muy trabado, espantosos personajes caricaturescos y una poderosa carga de un humor patético, predecible y totalmente básico. Todopoderoso, como una muestra de lo que es el cine contemporáneo, deja mucho que desear.



Basta solo saber que la cinta se trata de una persona que recibe, por una semana, el poder de Dios y lo ejerce. Y que, además, está protagonizada por Jim Carrey para desmotivarse de inmediato.



Es importante aclarar que si bien el protagonista de La Máscara se caracteriza por participar solo en mediocres y aburridas cintas cómicas basadas en sus muecas, sus trabajos como actor algo más serio han funcionado bastante bien.



El mundo de Andy o The Truman show son dos de sus filmes más destacados y que reúnen una sola y simple característica: en ambos se dedica a actuar en desmedro de las estúpidas morisquetas y los chistes tontos.



Lamentablemente, Todopoderoso no se acerca mucho a estas geniales excepciones y mantiene el rumbo que cobrara vida con Ace Ventura.



Tal vez la película de Tom Shadyac podrá rescatar entre el público una que otra carcajada gracias a algún ultrautilizado y liviano chiste que funcionará como un salvavidas momentáneo para la platea, que buscará instintivamente y casi por obligación pasar un buen momento y justificar su dinero pero, sin embargo, primará el sentimiento de tedio, abulia, aburrimiento y una fuerte tentación a aminorar el número de asistentes a la proyección.



El argumento cuenta la historia de Bruce (Jim Carrey) un reportero de una televisión local en Buffalo, New York, más conocido por sus historias humorísticas y de interés humano, lo cual hace feliz a todo el mundo, menos a él.



Bruce preferiría reemplazar al presentador que está a punto de retirarse o, por lo menos, realizar informes de noticias significativas desde calientes sitios internacionales.



Esencialmente, Bruce se siente descontento con casi toda su vida y raramente deja pasar la oportunidad de quejarse. Tiene una antigua novia, Grace (Jennifer Aniston), dueña de una guardería diurna, que es feliz con su vida y que lo adora a pesar de sus aspectos negativos. Mientras él sueña con convertirse en una leyenda, ella trata de ayudar al mundo a cada hora.



En el peor día en la vida de Bruce, es despedido de la emisora y golpeado por una banda de tipos duros, quienes luego atentan contra su coche. Furioso, Bruce impreca contra Dios por su pésima suerte; lo que es seguido por una curiosa serie de señales que lo conducen, finalmente, a un viejo e insulso edificio llamado Omni Presents, Inc.



Allí, Bruce conoce a un curioso personaje (Morgan Freeman), quién finalmente revela su verdadera identidad: nada menos que ¡Dios!, quien ha escuchado las quejas de Bruce y, ahora, tiene una oferta que hacerle: dotar a este infeliz periodista con todos sus poderes, desafiándolo para que se haga cargo de su gran trabajo.



Sin duda que Todopoderoso es un filme para los fans de Jim Carrey -si es que aún quedan-, quienes permiten sus excesos corporales en pos de un humor concebido desde el absurdo y la acción ágil y liviana.



Eso sí, es bastante plausible que el desarrollo del argumento esta trazado insuficientemente con varios personajes secundarios totalmente sin importancia y con un mal trabajo de las emociones con relación a su moraleja final, impregnada de sentimentalismo barato.



Pese a presentar algunas secuencias divertidas del tipo de comicidad romántica y un par de chistes rápidos y graciosos, en Todopoderoso destaca más que nada lo detestable y sin sentido (como cuando Bruce juega a ser Moisés dividiendo el mar en su plato de sopa).



Llamada a convertirse en el anticlásico de la comedia contemporánea, la cinta de Tom Shadyac no logra convencer, no llega al espectador y por supuesto ni siquiera intenta trascender, solo pretende -y al parece lo logra- crear una sola reacción en la platea: levantarse y salir en mitad de la proyección.

Publicidad

Tendencias