«Esto es histórico. Aquí está Allende y la memoria de todo un país que no olvida las víctimas de la dictadura», gritó el grupo Quilapayún, al abrir el espectáculo, que promete extenderse hasta las primeras horas del sábado, y en que el público podrá escuchar al músico y actual ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, y a los cubanos Vicente Feliú y Gerardo Alfonso.
Más de 30.000 personas llegaron esta noche al estadio Nacional de Santiago de Chile para el primero de los dos conciertos programados en homenaje al fallecido presidente Salvador Allende.
«Esto es histórico. Aquí está Allende y la memoria de todo un país que no olvida las víctimas de la dictadura», gritó el grupo Quilapayún, al abrir el espectáculo, que promete extenderse hasta las primeras horas del sábado, y en que el público podrá escuchar al músico y actual ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, y a los cubanos Vicente Feliú y Gerardo Alfonso.
También a la brasileña Daniela Mercury, a los argentinos León Gieco y Víctor Heredia, al uruguayo Daniel Vigliett, a la mexicana Julieta Venegas, a los chilenos Patricio Manns y Mauricio Redolés, y a las bandas chilenas Tiro de Gracia y Los Prisioneros.
Isabel Allende, presidenta de la Cámara de Diputados chilena e hija de Salvador Allende, señaló que siente una gran emoción de poder rendir un tributo a su padre junto a más de 50.000 chilenos.
«Sin duda, para nosotros como familia este es un acontecimiento que nunca olvidaremos», afirmó la política, cuando se proyectaba en dos pantallas gigantes el rostro de su padre, quien fue derrocado en un cruento golpe liderado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
Paralelamente a la imagen de Allende, se trasmitió el discurso que pronunció en 1972 el gobernante (1970-1973) en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde denunció la agresión internacional de la que era objeto, a su juicio, Chile.
Horas antes de comenzar el concierto, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos puso velas y otros objetos en los alrededores del estadio Nacional, sede del evento, para recordar a los detenidos desaparecidos que murieron en ese recinto.
El Estadio Nacional de Santiago, el centro deportivo más importante de Chile, fue convertido en campo de prisioneros en los primeros días del golpe de Estado y funcionó hasta el 11 de noviembre de 1973 como centro de reclusión, torturas y ejecuciones.
Según los ex presos políticos, alrededor de 500 personas fueron sacadas del recinto y fusiladas.
El Informe Rettig, que documentó las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet (1973-1990), certificó 46 casos de personas asesinadas en ese lugar.
El segundo concierto en tributo a Allende se celebrará la noche del sábado con la participación del cubano Silvio Rodríguez, los argentinos Pedro Aznar y César Isella, el mexicano Salvador Ojeda, los grupos chilenos Congreso, Chancho en Piedra, Santiago del Nuevo Extremo y Javiera y Los Imposibles, entre muchos otros.
EFE
