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Faride Zerán: Spots del Sida son «verdades a medias y eufemismos»

Sobre TVN: »Exhibir algunos spots en horarios de adultos es discriminación». Ciudad Gótica: »Pagó los platos rotos». Batalla en favor de la cultura en TV: »Está perdida». Delación de Sebastián Rodríguez: »¿Ser homosexual constituye una cofradía donde todo se oculta y se tapa?».


Faride Zerán, miembro del directorio de Televisión Nacional de Chile y directora de la escuela de Periodismo de la universidad de Chile, no sólo tiene críticas para los canales de la competencia por la posición adoptada en la campaña contra el Sida. Sus reclamos alcanzan al ministerio de Salud -dice que en los anuncios televisivos se aprecian "verdades a medias, autocensura y eufemismos"- y a su propia estación. Sobre ella, sostiene: "Lo de exhibir algunos spots en horarios de adultos es un acto de discriminación contra las minorías sexuales".



Durante las últimas semanas, el tema gay llamó la atención de la periodista también debido a la forma como grupos de esta condición sexual enfrentaron el descubrimiento del juez Daniel Calvo, marginando al denunciante, Sebastián Rodríguez, por ser un "delator". Zerán se pregunta: "¿Ser homosexual constituye una cofradía donde todo se oculta y se tapa?".



Faride Zerán forma parte del grupo de directivos de TVN que intentan mantener en equilibrio los contenidos culturales, de entretención y de información. La más reciente expresión de esa pelea fue el requerimiento de sacar del aire el estelar Ciudad Gótica, el cual según ella, sólo "pagó los platos rotos". La periodista confiesa que la batalla de esta minoría "está perdida" y que dicho equilibrio se rompe, al menos, para el 2004.



– ¿Cuáles son las razones fundamentales por las que TVN quiere reestructurar su parrilla programática?
– Es normal que cada año se cambie la parrilla programática. El punto es otro. Se trata de qué énfasis posee la parrilla de TVN y porqué el canal debe competir y tener cifras azules, ya que por ley no puede recibir aportes del Estado. Se produce una suerte de desazón entre algunos directores, que en una postura desgraciadamente de minoría, percibimos que el equilibrio habitual entre programas culturales, de entretención y de información, al menos para el 2004, se rompe.



Es decir, la oferta programática en materia de programas culturales baja radicalmente, en aras de mantener el liderazgo en el rating, un sello que lo acompañó por una década. Entonces, una visión de cultura restringida, en tanto deja fuera las expresiones más vitales de la creación y la imaginación de un país que sigue jugando en las grandes ligas internacionales gracias a sus poetas, narradores, artistas plásticos y audiovisuales, a sus músicos, cineastas, y locos errantes o patiperros, quienes no tienen en Chile el espacio que se merecen. Esa es la demanda de un sector minoritario del directorio, o la batalla perdida para ser más realistas, donde quienes pierden en definitiva no son dos o tres directores, sino todo un país, que con razón puede preguntarse cuán pública es su televisión y qué la diferencia de los otros canales.



– ¿Por qué los directivos del canal pretendían sacar del aire con anticipación Ciudad Gótica?
– Fui una de las directoras que votó para sacar el programa del aire antes de su ciclo. En una pantalla desequilibrada, donde se estaban volando de un plumazo programas emblemáticos de corte cultural, Ciudad Gótica pagó los platos rotos. Más, en un contexto de debate dentro del directorio, donde finalmente se apostaba a la entretención. Y esa entretención ramplona y poco imaginativa que se exhibió en algunos capítulos no correspondía con los estándares mínimos de calidad. No tengo problemas con los desnudos, el garabato oportuno o los temas transgresores, incluso si a veces resultan de gusto dudoso. El punto está en que a esos equipos alguien les rayó una cancha fácil. Y Legrand, Camiroaga, y otros profesionales que están en ese programa tienen talento y pueden dar más. En mi caso, más que nada, fue un voto de protesta por la falta de equilibrio en la programación, porque, sin duda, Ciudad Gótica no es lo más chabacano de la televisión chilena.



– ¿Hay una pugna entre contenido y rating?
– Sí, pero sólo para quienes creen que los programas con contenidos, aquellos que nos remiten a nuestro ethos cultural, los que nos hablan de las genialidades de otros, los que nos llevan a mirarnos en nuestra diversidad, no son de interés sino para una "elite cultural" que quiere "imponer su dictadura estética" al público. Es decir, se piensa en las mayorías como si fueran imbéciles y no ciudadanos que merecen gozar de una televisión de calidad. No pienso que TVN deba ser un canal cultural ni mucho menos, sólo creo que debe mantener una parrilla equilibrada donde la información, la entretención y la cultura convivan de manera armónica. Estamos hablando de medios de comunicación cuya función social y pública no debe quedar rezagada en aras de proyectos meramente economicistas.



– ¿Qué opinión le merece la salida de Cecilia Serrano y Bernardo de la Maza de la conducción del noticiario central de TVN?
– Acerca de los cambios en prensa, confío en el profesionalismo de Verónica López y su equipo, y aspiro a que rostros tan queridos como los de Cecilia Serrano y Bernardo de la Maza continúen en TVN, en otras funciones . Un periodista puede ser un rostro pero ante todo es un profesional. Y ambos pueden aportar mucho en esta nueva etapa que encabeza López.



Campaña del Sida



– En cuanto a la transmisión nocturna de los spots del Sida, ¿cómo evalúa los contenidos, su pertinencia y la dirección de la publicidad?
– Los spots del Sida son un avance, pero siguen teniendo la marca de los inicios de la transición: verdades a medias, autocensura, eufemismos. Esta sociedad cambió, las cosas hoy se dicen por su nombre, y una campaña de prevención y educación en torno al flagelo merece ser más directa y efectista. No estamos hablando de un resfrío, sino de una amenaza real y de jóvenes que no han tenido nunca educación sexual ni información adecuada en esta materia. Aquí el Estado tiene una responsabilidad y debe ejercerla sin temor. Lo de exhibir algunos spots en horarios de adultos es un acto de discriminación contra las minorías sexuales. Una pareja del mismo sexo abrazándose debe resultarnos una escena natural y nuestros niños deben ser educados en la tolerancia y la aceptación de la diversidad.



– ¿Qué le parece la negativa de Canal 13 y Mega para transmitir los spots contra el Sida?
– La negativa del 13 y de Mega de no exhibir los spots tiene que ver con los dobles discursos, y ya sabemos cómo abundan en nuestro país. La pregunta es: con qué derecho deciden sustraerse de una campaña de esta naturaleza, sin que nadie diga nada.



Los parlamentarios "resultan patéticos"



– ¿Qué le parece la sobre exposición del caso Spiniak, visto desde el punto de vista de medios de comunicación versus vida privada?
– En el caso Spiniak, pasó lo que muchos temíamos. Los que denunciaron la red pedófila en aras del derecho a la información terminaron presos, mientras los culpables de perfil connotado gozan de buena salud. ¡Qué señal para un país que intenta sacudirse del peso de 17 años de una cultura del silencio y la impunidad!. En cuanto a la vida privada de los hombres públicos, pienso que ella deja de ser privada cuando incide en su desempeño. Pueden existir errores en la forma cómo se gestó la denuncia de Chilevisión, errores que aún debatimos los periodistas en pos de una ética que es fundamental en nuestro ejercicio profesional, pero el canal cumplió con el deber de informar y no creo que en la gestación de esa noticia existiera ánimo de chantaje o de extorsión.



Me preocupa además la situación de Sebastián Rodríguez, aislado de la comunidad gay, que le quitó su apoyo y lo condenó al ostracismo por "delatar". ¿Acaso no puede haber ética en un gay?. ¿O ser homosexual constituye una cofradía donde todo se oculta y se tapa en aras de su condición de minoría sexual?. No lo creo así, por ello estoy sorprendida con las organizaciones gay a quienes siempre he apoyado, pero que hoy demuestran una intolerancia que, a lo menos, merece ser explicada ante la opinión pública. La justicia debe señalar si Rodríguez es o no culpable de extorsión, pero si es inocente, ya fue condenado. Acerca de la vida privada de los hombres públicos, pasará a los anales de la historia del periodismo la celeridad y el sigilo de los parlamentarios que aprobaron una ley de privacidad que no sólo los deja fuera del necesario escrutinio público, sino que constituye uno de los atentados más flagrantes a la libertad de información. Francamente, resultan patéticos.







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