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The Gathering: El envolvente canto de la sirena sonó en Chile

El atmosférico metal de la banda europea congregó a más de tres mil seguidores en su estreno en Santiago.


Un par de macizas presentaciones en Santiago realizó esta semana la banda holandesa The Gathering, en su debut por estas latitudes. El ecléctico quinteto, en cuyos sonidos se mezclan el rock duro, elementos electrónicos y la edénica voz de su vocalista, encontró en Chile una inusitada tropa de adeptos que repletó martes y miércoles el Teatro Providencia.



La elección del sitio de los conciertos, más allá de su real motivo, fue agradecida por los tres mil fanáticos que presenciaron los recitales: fue una real muestra de honestidad por parte de la agrupación. No podía ser de otra manera. La intimidad que ofrece un recinto reducido, más allá del sudor colectivo y los más de 30 grados de temperatura, permitió la tan típica creación ambiental de los neerlandeses.



Pese a que la primera función fue, en definitiva, la fecha adicional, la emotividad de un público que, se presumía, sería el menos comprometido, caracterizó la jornada. La primera vez de The Gathering en Chile comenzó cuando René Rutten, el hombre de la guitarra, cruzó de derecha a izquierda el escenario capitalino -con 15 minutos de retraso- y se oyó la ovación inicial de la velada, incomparable a la recibida por la frontwoman Anneke van Giersbergen.



A tanto llegó el delirio general, que la cantante se vio hasta afectada, medio sonrojada y bajando reiteradamente su vista por el fanatismo de las jóvenes chilenas y la perturbación masculina. El canto de la sirena provocó en los enlutados y melenudos marineros chilenos una exagerada producción de testosterona, incontables "¡ai lóviuuuu!" y otros no demasiado elegantes "¡m’hijita ricaaaaa!". Un protagonismo quizá excesivo, pero asumido por el batero Hans Rutten, quien había reconocido en la conferencia de prensa que ya no molesta.



Con sus objeciones y todo, por la incompatibilidad entre las escasas ventas de discos en el país y la gran cantidad de seguidores, el colectivo no podía menos que halagarse con un teatro completo, coreando todos (sí, todos) sus temas. Quizá la incondicionalidad subsanó, en parte, la directa crítica del mayor de los Rutten a la piratería y el intercambio de música en internet.



Para su breve paseo por México y Chile, The Gathering dejó en casa la recién horneada placa Sleepy buildings. El disco será editado en Latinoamérica, recién el 9 de marzo, por lo cual los seguidores deberán esperar una segunda visita para oír la sesión semiacústica, en la cual la banda desempolva temas desconocidos y de los otros, como "Saturnine", "Amity" o "My electricity".



Sin material fresco -o reformado, mejor dicho-, el grupo bautizó a su bajista nueva en esta pequeña gira. Comprensible es que Marjolein Kooijman aún no alcance protagonismo al interior del equipo, considerando que el reemplazado y miembro fundador, Hugo Prinsen Geerligs, se alejó de la banda en septiembre pasado. La espigada joven podrá demostrar su aporte en un próximo álbum de canciones inéditas, cuyos alcances, los más antiguos, declinaron revelar, aunque una pista se les escapó: a medida que nos pongamos más viejos, más calma será nuestra música.



Oculto, detrás de los teclados, Frank Boeijen pareció siempre efectuar una suerte de trabajo sucio: sus bases fueron el sustento para que las entonaciones de Anneke, en Santiago, fueran más envolventes que nunca. Como siempre imaginaron sus, desde ahora, viudos.



Para ellos y quienes aún no consigueron la versión europea de Sleepy buildings, el portal Fabchannel.com emitirá en vivo la presentación del quinteto en el teatro Paradiso de Amsterdam, el próximo martes 2 de marzo, a partir de las 16:30 horas de Chile.

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