El líder de Nirvana se suicidó de un tiro en la boca el 5 de abril de 1994. Tras el desconsuelo de los amantes del grunge, las investigaciones comenzaron recayendo en su viuda, Courney Love. El hecho nunca fue aclarado. Tras una década desde la tragedia, cabe preguntarse: ¿perdimos un ídolo o ganamos un leyenda?
Cuando a mediados de 1994 Kurt Cobain fue encontrado muerto en su departamento, tras un tiro en la boca, (fue hallado tres días después de efectuado el disparo) el mundo entero lloró la gran pérdida. Desconcertados y furiosos, miles de fans comenzaron a buscar explicaciones o razones que justifican el hecho, llegando a sospechar de la viuda del líder de Nirvana, Courney Love.
Cobain ya había señalado que se quitaría la vida en la cima de su carrera, y así lo hizo. En una nota dejada cerca de donde fue encontrado, el cantante comentaba su desilusión ante la vida, producto de su desinterés hacia la música. "Si ya no tengo ganas de tocar, no me queda nada", habría escrito en la nota de despedida.
Kurt Cobain nació el 20 de febrero de 1967, en Seatle. A los catorce años, un tío le regala una guitarra y comienza a tocar en una escuela de música. Marcadamente introvertido y enfermizo por naturaleza, Cobain desarrolló su amor por el rock en un ambiente de inestabilidad familiar, gatillada por la separación de sus padres.
Influenciado por bandas como The Beatles, Kiss, Sex Pistols, Black Sabbath y Led Zeppellin, Kurt se hace un ferviente amante de la música e integra diversos grupos musicales durante su adolescencia. En 1986 forma el grupo Stiff Woodies, quedándose en un comienzo tras la batería. Posteriormente, asume el rol de guitarrista y cantante y cambia el nombre de la banda a Nirvana (concepto de la religión budista).
Convertido rápidamente en el líder del grupo, Cobain comienza a destacar por sus originales, directas y apesadumbradas letras. Fusionando metal y rock, con atisbos de sonidos setenteros, Nirvana se fue abriendo espacio entre la cerrada escena musical de la época y se armó su propio universo.
En 1992 contraería matrimonio con una groupie que había conocido en uno de los conciertos. Courney Love sería su ferviente compañera en los excesos habituales dentro del mundo de rock. Ambos se convirtieron en consumidores habituales de heroína, provocando la suspensión de diversos shows, producto del mal estado de salud de Kurt.
Por su parte, Courtney fue duramente criticada por los medios por continuar ingiriendo drogas estando embarazada. Al nacer su hija, diversas entidades de protección al menor intentaron arrebatarle a Frances, sin obtener éxito. En adelante, Cobain bajaría su ritmo de vida "rock star", para dedicarse más a su familia y a sus composiciones.
Discos como Bleach (1988), Nevermind (1990), In utero (1993) o MTV Unplugged (1993), trasformaron a Kurt Cobain en todo un ícono de la música de los noventa. Idolatrado por sus fans y admirado por los amantes de los buenos acordes, el líder de Nirvana había tocado la cima. Sin embargo, como todas las grandes estrellas de la música, debía tener final trágico. Le tocó a Jimy Hendrix, Janis Joplin, a Elvis, Jim Morrison y a John Lennon. Kurt Cobain no se podía quedar atrás.
