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Profetas y Frenéticos, reeditado y agregado

La banda que se caracterizaba por entregar un marcado estilo rockabilly, vuelve a aparecer en un contexto que no es el de finales de los ochenta y donde su música sigue oliendo a revisión, que pareció ser siempre la idea.


Claudio Narea tiene un record que quizás no sea fácil de encontrar en otros músicos en Chile y en otros lugares del planeta: es hasta ahora dos veces ex integrantes de Los Prisioneros. Y por qué recordar ese hecho al hablar de la reedición del primer disco de Profetas y Frenéticos, de 1991. Porque justamente esa grabación que circulaba en casete y que era una apuesta particular del guitarrista y un conjunto de amigos, corresponde a los meses posteriores a su salida del trío de San Miguel.



Y ahora que la historia se ha vuelto a repetir, y Narea se encuentra nuevamente fuera de la órbita prisionera, sello Alerce reedita este trabajo, que algunos consideran una pieza de colección y del que otros nunca se enteraron de su existencia. La banda que se caracterizaba por entregar un marcado estilo rockabilly, vuelve a aparecer en un contexto que no es el de finales de los ochenta y donde su música sigue oliendo a revisión, que pareció ser siempre la idea.



Al volver a escuchar estas canciones con un mejor sonido que el que entregaba el cassette original, queda en evidencia que los sintetizadores y timbres prefabricados no son amigos de Narea, aunque tanto los haya utilizado con sus ex compañeros de Los Prisioneros. En el disco también queda en claro que la idea era rescatar ese gusto por bailar, por entregar sonidos y letras que ironizarán con la realidad y que mostrarán una imagen más de juego, de libertad, de prueba y de sentirse armado de acordes e ideas que entregar.



Eso es lo que trasmiten canciones como "Profeta y frenético", la más recordada "¡Muévete, retuércete!", "Algo huele mal… pero hay fiesta", "En mi globo de color", "La granja" o "(En este día aburrido) ¡Danza!", donde el grupo se pasea por distintas versiones de un mismo estilo. El trabajo también incluye temas como "Dios existe", que plantea la idea de la reflexión religiosa, o "Moe, Larry y Curlie", recuerdo de la televisión en blanco y negro y de la clave humorística de los "Tres Chiflados".



El disco contiene además dos temas extras a la versión original, que pertenecen al segundo disco del grupo, que nunca tuvo mucha figuración (Nuevo orden) y son "Cuando toco mi trompeta" -con cita a Daniel Lencina incluida- y el cover de "Wipe out".
Como recuerda Sergio Cancino, en la carátula del disco, la historia de Profetas y Frenéticos empezó en abril de 1990, versionando a Elvis Presley, The Ramones y The Rolling Stones, lo que evidencia el estilo que componía al conjunto, donde la concepción tan clave del punk -de no saber tocar- se hacía fuerte y valiosa.



Acabó en 1997 con una tocata en Concepción, aunque a partir del ´94 las presentaciones fueron esporádicas. La banda pasó por las santiaguinas Casa Constitución, Café del Cerro, Taberna Capri, las fiestas Spandex y otras muchas travesías en vivo. Quizás alguien que lea esto estuvo ahí.



De la banda original o que aparece ligada a esta grabación, dejando de lado al sobrexpuesto Narea, se encuentran el baterista JP (Juan Pablo Rojas), quien hoy toca con González y Los Asistentes; Claxon (cantante del segundo disco), posee el Pub Music de Maipú. Jorge Narea, el hermano tecladista, guardó el instrumento y empuñó la cámara fotográfica. Klein Guzmán salió de las sesiones para incorporarse a Los Peores de Chile y luego a Los Revoltosos.



El propio Narea ha asegurado que no tiene pensado rearmar a los Profetas para tocar, y que sus aspiraciones van por el lado de un nuevo trabajo solista. Entonces esto no es más que una reedición, con un par de agregados, pero nada más. Una pieza de colección para aquellos que no han perdido de vista aún los ochenta y su final, aquellos que tienen los casetes de Anachena o aún creían que la historia se volvía a reconstruir.

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