El disco intenta retratar la llegada de una gran cantidad de peruanos que han debido buscar mejores oportunidades de trabajo en Chile, y desde la distancia generar los recursos para alimentar, educar y financiar en todos los aspectos a sus parientes que quedaron en Perú.
Esto podría ser solamente un comentario de disco, y decir frases que hablen sobre la capacidad vocal de Carmen Prieto, de su particular interpretación y ganas de comunicar que desarrolla en cada tema de su nuevo trabajo. Uno podría comentar la selección de los temas, estos "mejores valsecitos" en vivo, que trae "Bienvenido Perú".
Este acercamiento al disco podría considerar que es una recopilación de los más clásicos valsecitos, marineras, festejos, landoes y tonderos a la manera limeña. También se podría hablar de los tres músicos que la acompañan -peruanos ellos y signados todos por el nombre Antonio. También debería haber tiempo para decir que el disco corresponde a una grabación en vivo en la sala SCD, en octubre del 2003, editado y apoyado por la Feria del Disco.
Pero la propuesta debería ser otra. La idea tras el disco no es sólo lo musical, y así lo deja entrever la artista y quien presentó su trabajo, el locutor Miguel Davanigno. El título del álbum recoge lo que ha venido ocurriendo en el último tiempo en Chile, la llegada de una gran cantidad de peruanos que han debido buscar mejores oportunidades de trabajo y desde la distancia generar los recursos para alimentar, educar y financiar en todos los aspectos a sus parientes que quedaron en Perú.
Entonces, esta selección de música es una forma de acercar esa distancia, de decir realmente bienvenidos y no echar fuera toda esa carga clasista y ridícula que muchos expresan al referirse a los cientos de peruanos que hoy laboran en Chile. Y nada mejor que la forma que Carmen Prieto (premio APES 1993 a la Mejor Intérprete Popular y nominada por la APES 2000 como Mejor Intérprete Popular) ha elegido para acercar esta lejanía. Su voz, sus músicos, sus ganas y un repertorio tomado con buenas pinzas es el camino perfecto para que las palabras no suenen huecas y un pedazo de la historia musical de casi todos se registre en este nuevo disco, que es un paso diferenciador en su carrera.
El disco recoge, entre otros, temas como "La flor de la canela", "El plebeyo" "Fina estampa", que están marcados por la cadencia y riqueza que ofrece la interpretación vocal y por arreglos que ponen en evidencia la tristeza o alegría de cada uno de ellos, la misma que los peruanos expresan en las actividades que realizan en la urbe chilena. Y cada tema goza también de la particularidad de irse ligando con la actualidad, con las grandes diferencias que este supuesto mundo globalizado quisiera esconder, y que entre frases de amor y de despecho nos van mostrando lo más real y verdadero de la naturaleza humana. (Que cada cual saque sus propias conclusiones).
Si tuviéramos que resumir las ideas, más allá de las ya expuestas y de toda la connotación que tiene su disco, habría que decir que el trabajo tiene una textura, una homogeneidad que lleva un hilo conductor en la voz de Prieto, el mismo que se traslada por cada uno de los temas. Ella tiene una voz incomparable y resulta un ícono particular de la música local, no reconocido en nuestro país en la expresión merecida. "Bienvenido Perú" es un trabajo notable, muy bien logrado, sólo que como la producción es "made in Chile", todo se hace más difícil.
Carmen Prieto ha grabado varios discos comerciales, interpretando casi siempre boleros y ha participado en otros discos como invitada de Eduardo Gatti, Silvio Rodríguez y en el Tributo a Víctor Jara. Su voz también ha estado presente en videos y películas chilenas como Cielo Ciego y Coronación, entre otras. Sus viajes por América Latina y España la han consagrado como una de las mejores exponentes del bolero en los últimos años. En 1999 participó en el Primer Festival del Bolero Ciudad de Manizales, destacada por la prensa local como la mejor cantante extranjera. Ese mismo año viajó a Grecia, invitada por la Embajada de Chile, a participar en el Primer Festival Gastronómico y Cultural de Chile en Atenas.
