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Con la vida en un hilo: La obra que retrata a un travesti suicida

Basada en "Hotline", breve pieza de un acto escrita por la dramaturga norteamericana Elaine May, la obra cuenta la historia de un travesti que, abatido por la angustia y la soledad, intenta suicidarse. Dirigida por Raúl Llovet, Con la vida en un hilo se presenta como intensa e irónica comedia negra sobre los seres marginados de la sociedad.


"Hay personas que no son capaces de seguir el ritmo vertiginoso de la sociedad. Este es el caso de Dorothy, un travesti que se siente muy solo y que no encuentra mayor interés por la vida. La monotonía, la soledad y una depresión producen que no quiera seguir viviendo. La obra trata del encuentro entre ese ser triste, con rabia y muy irónico con una persona muy optimista, bonachón y que está en su primer día de trabajo en una empresa que se dedica a evitar suicidios. Entre medio pasan una serie de personajes que son los compañeros de oficina de uno y por otra parte algún tipo de personaje que se relaciona con este travesti", comenta el director de la obra, Raúl Llovet.



Con la vida en un hilo cuenta la historia de un travesti que, motivado por un sentimiento de angustia, depresión y soledad, pretende suicidarse. Con las actuaciones de Omar Hernández, Cristián Zúñiga, Javier Deneken, José Miguel Gallardo y Patricio Palacios, la obra busca reflexionar sobre la soledad, marginalidad y discriminación del ser humano en la vertiginosa sociedad actual.



"La idea de este montaje nace de una pieza de una obra de teatro que vi en Nueva York. Había un cuadro que trataba de una prostituta que se quería suicidar. Era un monólogo. A partir de eso me quedé con la idea del suicidio como tema especial. En Estados Unidos existen unas líneas telefónicas a las que la gente llama para que los convenzan de que no te suicides. Aquí también apareció una línea que se llamaba Fono ayuda que realizaba algo equivalente. Bueno, lo que planteo es que vivimos en un mundo tan vertiginoso que incluso para poder contar tus problemas debes llamar a un teléfono en donde a alguien que le pagan por escucharte", asegura Llovet.



Y agrega: "Es un mundo en que cada vez comienzas a estar más solo. Entonces, el teléfono se vuelve un elemento de lucha contra la soledad, pero al fin de cuentas una herramienta ficticia. Combinamos todos estos aspectos más un personaje extremo, marginal, discriminado, como lo es un travesti. Un tipo que no tiene muchas relaciones con la gente porque estos lo consideran raro, un bicho".



La comedia negra, las ironías, el absurdo y las situaciones hilarantes, encuentran en Con la vida en un hilo un lugar en medio de un drama existencial y una realidad actual. "El humor negro presente tiene que ver con nuestra compañía. Aún siendo situaciones muy dramáticas, son acciones que están tratadas con humor negro. Ver a un tipo muy ansioso por su primer día de trabajo y que recibe una llamada de una persona que está a punto de suicidarse, genera una situación terrible pero que al mismo tiempo está contada o planteada desde un mirada especial".



El montaje se presenta en una escenografía diversa que permite definir los espacios de las acciones. A un costado se encuentra el living de la casa de Dorothy, un lugar pequeño con una estética femenina. A la derecha, la oficina de ayuda al suicida, con muchos cubículos para empleados. Y finalmente al centro, un espacio de ficción en el cual se suceden imágenes externas que complementan el relato.



"El recurso esta vez fue un texto inteligente en una situación bien extrema. La obra es vertiginosa, habla de la vida y la muerte, de la burocracia y además entrega una mirada de crítica social. La iluminación es la apropiada, el montaje permite asimilar de mejor forma las acciones y la forma es la correcta. Si tu mensaje no está entregado de una manera atractiva, el mensaje no existe. Puedo tener todas las buenas intenciones, pero si no está bien realizado no sirve de nada".



Para Raúl Llovet, los grandes temas como la soledad y los seres que se encuentran marginados o fuera del sistema, se generan y se relacionan de forma natural a medida que el núcleo de la obra va apareciendo. "Sería muy pretencioso de nuestra parte establecer desde un comienzo grandes temas. En realidad creamos en el escenario un personaje, Dorothy, un travesti. Por otro lado creamos a un hombre oficinista, sicólogo, ingenuo, que es Francisco. Poco a poco, empezaron a surgir diálogos e improvisaciones. Definitivamente la obra aborda el tema de la soledad, lo que produce la sensación de haber presenciado un espectáculo dramático, pero el ritmo te permite ver la obra con agrado, con entretención".



"Dorothy es un personaje que vive en departamento, encerrada y muy sola. Ella tiene momentos en que habla de su soledad, de que en realidad no se relaciona casi con nadie porque ella es desagradable. Se autocrítica. No se quiere a sí misma y piensa que porque es desagradable las personas no se le acercan. Lo que queda en el espectador es la reflexión sobre la casi nula relación entre las personas y los problemas que ello conlleva", concluye.


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