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Salvador Dalí: Los 100 años de un mágico legado surrealista

Considerado uno de los artistas más relevantes e influyentes del siglo XX, Dalí logró crear un impactante universo estético en el que los sueños y pesadillas más oscuras se fusionaban con diversos colores y texturas. Moldeando la realidad a su parecer, el artista logró crear y trascender con una obra tan amplía como diversa, tan bellamente irreal como mágica.


La mayoría de la obras de Salvador Dalí, están netamente inspiradas en aspectos de su vida. Por eso, para entender su obra, hay que escudriñar en su compleja y convulsionada existencia. El pintor español nació el 11 de mayo de 1904 en Figueras, un pequeño pueblo junto al Mediterráneo y cerca de la frontera francesa. Desde pequeño, Dalí había manifestado cierta tendencia hacia la pintura y ya en 1918, decide probar su talento exponiendo públicamente por primera vez sus cuadros.



Cuatro años antes, Dalí había recibido su primera clase de pintura, por parte del famoso artista impresionista -amigo de su padre- Ramón Pichot. Es por esto que durante su adolescencia cultivó dicho estilo en sus creaciones -no sin dejar de lado su atención hacia el cubismo-. Desde los quince años en adelante, comenzó a interesarse por la sicología y los escritos, creando una revista en la que realizó artículos sobre El Greco, Goya, Miguel Ángel y Velásquez. Su intensa adolescencia, gatilló en los malos resultados en la escuela. Sin embargo, en los exámenes para el ingreso a la universidad obtiene calificaciones sorprendentes y es admitido en la Escuela de Bellas Artes en 1922.



Entabla amistad con el poeta Federico García Lorca y con el director de cine, Luis Buñuel (su primer contacto con el surrealismo). Salvador Dalí es tempranamente expulsado (1925) de la institución por considerarse un rebelde cabecilla que se oponía al nombramiento de un catedrático conservador. Durante ese período, Dalí lanza su primera exposición individual en la galería Dalmau de Barcelona, recibiendo innumerables elogios de la crítica y de los artistas, Joan Miró y Pablo Picasso, quienes comienzan a interesarse en su obra.



En 1926, es expulsado nuevamente de la escuela por no aceptar que profesores -según él-insuficientemente calificados, juzguen su talento. Ya por estos años, Dalí empieza a comprender y a asumir todo el talento y capacidad creativa que poseía. Un año más tarde realizaría su primer viaje a Bruselas y París, donde visitaría a Picasso, quién junto a Miró, serían una fuerte influencia en sus cuadros que comenzaban poco a poco a incluir objetos de apariencia irreal en una creativa representación de sus sueños y pesadillas.



En el ’29 se produce su segundo viaje a París por su participación en el guión de una nueva película de Buñuel, El perro andaluz, y además se marca la transición definitiva del artista hacia el surrealismo. Considerado como un hito en la historia del cine, la película tenía una línea narrativa especifica: no seguir ninguna concordancia de imágenes y secuencias. Sólo se permitía lo irracional, lo ilógico, lo sorprendente. "Un perro andaluz era la película de la adolescencia y la muerte, que clavé en el corazón de la intelectualidad y la elegancia de Paris con toda la verdad y la mordacidad de la daga ibérica". Así, definía el pintor su incursión en el séptimo arte.



Entre el periodo que se comprende desde 1929 hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, Dalí realizó innumerables y significativos trabajos que más tarde se convertirían en los aportes más relevantes realizados jamás al surrealismo. Pero también por estos años (específicamente en primavera del ’29), se concreta un hecho fundamental en el desarrollo posterior de su vida. Conoce a Gala Eluard, quién se transformaría en su amor inseparable y en un punto de gran inspiración.



En 1934, es expulsado de los surrealista de París por considerar que su arte contradecía los ideales del grupo. Sin embargo, las diversas exposiciones del artista por toda Europa, afianzan su talento, amplían su obra y provocan que los éxitos económicos aparezcan. En el año ’40, Dalí y Gala salen de Francia hacia Estados Unidos -en un viaje pagado por Picasso- semanas antes de la invasión alemana. Si bien Dalí pudo llevarse algunos cuadros consigo, muchas de sus obras fueron quemadas por los ejércitos nazis.



Durante los ocho años en el exilio, la calidad y cantidad pictórica de Dalí baja en relación a periodos anteriores. En esta etapa realiza su primera autobiografía, "La vida secreta de Salvador Dalí" (donde señalaba sus relaciones con la religión: "hasta este momento aún no he hallado la fe y me temo que moriré sin cielo") y se decida a efectuar trabajos por encargo tales como ilustraciones de libros, decoraciones de escaparates, decorados, etc, ganando grandes sumas de dinero.



En julio de 1948, Dalí y Gala regresaría a Europa, donde ya era considerado un famoso pintor internacional. Esta época marca el encuentro de Dalí con sus raíces religiosas, las que serán de suma relevancia para el posterior desarrollo de su obra. En el ’49 obtiene una audiencia privada con el papa Pío XII, quién bendice su conocida obra pictórica, "Madona de Port Lligart".



En los años venideros, basaría la mayoría de sus pinturas en temáticas religiosas, siendo uno de sus cuadros más conocidos, "El Cristo de San Juan de la Cruz" (El Cristo de Port Lligart). En la obra, Dalí se preocupó de mostrar a Jesús crucificado desde arriba, emulando a una especie de ángel y dejando de lado la corona de espinas y los clavos. "Mi propósito estético en este lienzo era exactamente el contrario del de todas las representaciones de Cristo. Mi principal preocupación era que mi Cristo fuese hermosos, como el Dios que fue".



Habiendo ya alcanzado la cima de la pintura y la creatividad artística, Dalí buscaría nuevos horizontes experimentando con diversas técnicas sobre sus obras. El concebía cada cuadro como una mirada íntima del mundo que tenía en su cabeza, y en ese sentido, las nuevas técnicas que utilizaba, ampliaban su percepción visual en torno a iconografías que imaginaba y llevaba a diversos materiales escogidos.



Uno de los aportes mas relevantes de Salvador Dalí al surrealismo fue la creación de su método "paranoicocritico", que interpretaba de un manera errónea, una particular mirada a la realidad. Inspirado en los trabajos de Freud, Dalí ocupaba la alucinación para encontrar nuevos significados a objetos e imágenes y posteriormente llevarlos a la tela. En este sentido, el artista concebía la paranoia más que como un estado de enfermedad, como un síntoma de creación e inspiración.



Sin embargo, este nivel de experimentación encontraría su fin con un hecho sumamente realista y doloroso. La muerte de Gala en 1982, dejó al pintor en un estado crítico. Sólo y con una depresión que se acrecentaba, su salud se vio afectada considerablemente. El 23 de enero de 1989, muere tras un tratamiento por insuficiencia cardiaca. Fue embalsamado y exhibido en cuerpo presente durante una semana en el museo de Figueres.

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