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Splendid’s: Una historia de gangsters al límite de las expectativas

Con las actuaciones de Benjamín Vicuña y Gonzalo Valenzuela, entre otros, la compañía Teatro del Mono interpreta la obra Splendid’s. A través de un grupo de gangsters encerrados en un hotel y acosados por la policía, este denominado "escritor maldito" retrata en los personajes alguna de las controvertidas facetas de su vida.


Un elenco como el de Splendid´s puede convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, el grupo de actores compuesto sólo por hombres, entre los cuales se cuenta a Benjamín Vicuña, Gonzalo Valenzuela y Diego Muñoz, llama la atención de entrada, lo que convierte este montaje en una apuesta muy atractiva. Prácticamente, un éxito seguro. Sin embargo, este factor genera también una serie de expectativas en torno al montaje.



Los actores cargan con el estigma de venderse en una obra taquillera, protagonizada por intepretes que en su mayoría se hicieron conocidos por su trabajo en televisión, y responder al mismo tiempo a un público que quiere ver si detrás de esta imagen la obra tiene consistencia en términos actorales. Un reto que en este caso los actores enfrentan con un montaje sólido y buenas actuaciones, combinando el talento con un texto potente.



Bajo la dirección de Felipe Hurtado, y con la participación además de Álvaro Espinoza, Nicolás Fontaine, Marcial Tagle y Sebastián de la Cuesta, este grupo de amigos emprende el desafío de montar Splendid’s, un texto del escritor y dramaturgo francés Jean Genet, que desde un discurso subversivo y polémico, despojado de toda moralidad, plantea diversas lecturas y reflexiones.



No por nada Genet ha sido catalogado como un "escritor maldito". El autor habla desde la marginalidad, desde aquellos oscuros mundos que él conoce muy bien, ya que desde niño vivió en carne propia el abandono, los orfanatos, el robo y de ahí, una existencia marcada por la delincuencia y su homosexualidad, rasgos esenciales en sus obras. Así, su escritura plantea una mirada cruda y descarnada de la vida.



En 1947, y tras una seguidilla de arrestos y procesos judiciales, Genet fue condenado a cadena perpetua, sin embargo, se le concedió la libertad, gracias a la mediación de destacados autores franceses y a su creciente fama como escritor. La cárcel fue uno de los lugares desde donde escribió algunas de sus obras más relevantes, y se convirtió también en otro de los mundos retratados en sus novelas y textos teatrales.



En Splendid’s, cada uno de los personajes contiene algo de Jean Genet, algún rasgo de su controvertida personalidad. Escrita en 1948, no fue publicada sino hasta después de la muerte del autor. La obra cuenta la historia de una banda de gangsters que se encuentran atrapados en el último piso del Hotel Splendid’s, donde enfrentan el asedio policial tras un fallido golpe.



A través de este grupo de gangsters de poca monta, Genet se sumerge en estos personajes, que más allá de la situación en la que se encuentran, se develan ante el espectador como simples seres humanos, con ambiciones, debilidades, temores y flaquezas. Personajes violentos y agresivos, pero por sobre todo decadentes e inexpertos.



En escena, Genet se representa a sí mismo a través del personaje de Johnny, interpretado por Benjamín Vicuña, un jefe que poco a poco va perdiendo su poder y el respeto de los demás miembros de la banda. Un líder en decadencia que al igual que sus otros cinco compañeros, y el policía que tomaron por rehén, está en el límite. El autor juega con la delicada línea que divide al bien y el mal, la valentía y la cobardía, el éxito y el fracaso, la lealtad y la traición. A lo largo de la obra, los personajes pasan constantemente de un lugar a otro, invitándonos a mirar el otro lado de las cosas. En una habitación que se vuelve su refugio y su cárcel, la banda se enfrenta a un crudo dilema: entregarse o seguir adelante.



Si bien la obra tiene los elementos para ser un éxito, el montaje se conforma con responder a las expectativas en términos de actuación, pero no va mucho más allá de eso. A pesar de los quiebres propios de las circunstancias y del suspenso en el que están inmersos los personajes, el montaje no logra jugar con las emociones y la tensión del espectador, convirtiéndose en un relato que se vuelve a ratos plano. En definitiva, lo provocativo y transgresor de la obra corre por cuenta de los textos de Genet, más que por la puesta en escena y la representación de los actores.



Con un elenco que le da atractivo y frescura, el valor de Splendid’s radica precisamente en la mirada planteada por Genet, quien nos muestra este grupo de gangsters que, en realidad, es simplemente un grupo de seres humanos enfrentados a una situación límite, y como estos hombres, decadentes y mediocres, se convierten en el reflejo de una sociedad, sin importar de qué lado se está.


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