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Festival reunirá a 20 bandas chilenas de la escena independiente

Lejos de los medios masivos, en los últimos años el rock chileno se ha movido a punta de autogestión, editando discos y montando conciertos. A principios de noviembre la ex OZ será el escenario de un festival que convocará a grupos de rock, electrónica, hip hop y jazz, registrando el pulso de la música actual.


Diez años atrás, el rock chileno tuvo un fuerte renacer de la mano de los sellos discográficos. En 1995 y de la noche a la mañana, más de 15 nuevas bandas editaban su primer disco y al finalizar el año, el Court Central del Estadio Nacional se repletaba dos fines de semanas consecutivos para presenciar la presentaciones de los nuevos grupos de EMI y Alerce. Hoy, lejos de los sellos y al alero de la subsidiaria alternativa de la disquería más importante del país, un nuevo festival amenaza con revivir la escena rockera.



Durante tres días -5, 6 y 7 de noviembre- el Centro de Eventos Bellavista (ex Oz) será el escenario del Primer Encuentro del Nuevo Sonido Chileno organizado por la disquería B, la sede la música menos comercial de La Feria del Disco. En esa misma veta alternativa, las 20 bandas de rock, electrónica, hip-hop y jazz que se presentarán están unidas por la autogestión: todas pertenecen a sellos independientes. A la vez, representan una suerte de renovación de la escena musical chilena.



De hecho, el festival servirá de oportunidad para presentar los nuevos discos de The Ganjas, Abstracto, Marciano y Cristián Cuturrufo. Además, entre cada tocata, tres históricos de la escena nacional pincharán los discos: el ex Prisionero, Claudio Narea, el otrora director de la radio Rock & Pop, Marcelo Aldunate, y Roly, bajista de Fiskales Ad Hoc.



Según explica Valentina Castelli, una de las organizadoras del evento, el Encuentro del Nuevo Sonido Chileno es una suerte de finalización de la campaña de marketing de la disquería B. De hecho, todas las bandas que tocarán en el festival ya habrán pasado por el mismo local que realiza tocatas todas las semanas y en realidad, no responden a un criterio único más que la independencia.



«No hubo ningún criterio de selección, simplemente empezamos a hacer contactos y a cerrar el line up por la disponibilidad de los grupos. Aunque la idea es convocar al nuevo sonido chileno, las nuevas bandas, lo nuevo que está surgiendo y que aun están en un plano independiente», explica Castelli.



La clave independiente



Lejos de la efervescencia mediática que acompañó al llamado Nuevo Rock Chileno a mediados de la década de los noventa, hoy la escena musical ha dejado la esfera pública y se mueve bajo los códigos de la independencia. Con 20 años tocando, Claudio Narea, hace un diagnóstico crítico tanto de la explosión de la década pasada como del momento actual.



"No sé si hubo tanto movimiento en los ’90. Hubo hartos grupos contratados y parecía como que la cosa se venía fuerte pero al final se desinfló porque no había tanto grupo bueno. Habían varios grupos contratados que eran bien malitos. Ahora los grupos mismos se autogestionan, sacan discos… pero no tienen ningún impacto, más que en la prensa especializada que cacha quién es Guiso, quién es Jirafa Ardiendo, pero la gente no tiene idea quiénes son", asegura Narea.



Menos crítico, el baterista de The Ganjas (en la foto) y uno de los pocos fotógrafos de la rock chileno, Aldo Benincasa, hace la misma distinción que Narea en relación a la explosión noventera: «Diez años atrás este boom surgió porque los sellos se interesaron por las bandas. Diez 10 años atrás la única manera era mediante un sello. Ahora uno puede grabar solo».



En una línea similar, el ex bajista de Gloop y actual integrante de la nueva banda Loft, Rodrigo Stambuk, asegura de entrada que hoy «la palabra clave es independencia». Con más 10 años en la escena musical, asegura que si bien hoy las bandas pueden «grabar y sonar a un súper buen nivel», el problema es lograr la masividad.



«A esta escena independiente le hace un falta que las radios y los medios más masivos se abran para aceptarlo. Pero veo que se está haciendo un montón de música súper buena, rock, hip hop, y ahí está otra dominante: la diversidad de discos hoy en día», plantea Stambuk.



Es el momento



Para Álvaro Gómez, baterista de Guiso y Perrosky, los ’90 fueron un momento increíble para el rock chileno. Oriundo de Copiapó, en Santiago bandas como Congelador, Pánico o Yhajaira le abrieron la mente en términos musicales. Conciente de que la situación es mucho más precaria, espera que desde ahora en adelante la escena pueda lograr una trascendencia en el tiempo. Para el ex Gloop, a diferencia lo que sucedió en los 90, es que hoy la movida "es más real y como fenómeno social es mucho más interesante".



"En ese tiempo la EMI juntó muchas bandas, infló un poco el globo así como diciendo que venía el nuevo rock, buscando que el mercado fuera susceptible. Pero la verdad es que ellos nunca tuvieron un camino trazado, en cambio las bandas hoy día sí lo tienen. Ahora cada uno busca su nicho", explica Stambuk.



Benincasa apoya la idea y señala que actualmente "es el momento donde pasan cosas todos los días". Sin embargo, Anita Tijoux (en la foto, junto a Seo2), una de las cabezas de Makiza, aún espera que alguna banda se empine entre el montón y logre la masividad de grupos como Lucybell o Godwana para romper con la depresión que afecta a la industria discográfica. Mercado que durante 1995 y el 2000 llegó a editar nada menos que 100 discos de rock chileno, cifra inimaginable para las multinacionales hoy que han centrado sus esfuerzos en detectar los fenómenos surgidos en la televisión.



En ese panorama, los musicos chilenos pese a lograr editar sus grabaciones, aun deben enfrentar el problema de vivir con las escasas entradas monetarias que deja el rock. Para Anita Tijoux, todavía la escena sigue siendo muy «hippie» y el trabajo no se ha valorizado. «Me da la sensación que por eso las bandas se pelean mucho, porque es frustrante. Todas las bandas chilenas se disuelven y creo que es porque uno llega un tope acá. Uno no puede esperar grandes grandes cosas», asegura.



Sin apoyo de la televisión ni de los sellos discográficos, aunque con el decisivo empuje de una disquería, el Primer Encuentro del Nuevo Sonido Chileno es un barniz bastante completo de los nuevos rumbos por los que hoy tránsita el rock nacional, la renovación del hip hop y la electrónica, además del pasado y presente del jazz. Las tres noches están organizadas así:



Viernes 5 de noviembre: La jornada del rock tendrá a The Ganjas, Tsunamis, Guiso, Matorral, Loft y Phono.
Sábado 6 de noviembre: Del lado del jazz se presentan Cristián Cuturrufo, Daniel Lencina, 2+2 Cuarteto, La Mano Ajena y por la electrónica, Marciano, Miguel Tutera, Freddy Musry y Caty Purdy.

Domingo 7 de noviembre: Desde la tarde, por el escenario rotarán Abstracto, CHC, DJ Raff & Solo Di Medina, Makiza y Sonido Ácido.



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