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Morrissey se adueñó del festival SUE II

Vestido de sacerdote y conversando continuamente con el público, el ex líder de The Smiths hizo un masivo show llenó de hits el que se metió al bolsillo a San Carlos de Apoquindo. El resto de las bandas hicieron lo suyo, y bien, pero no lograron encender más a sus propios fanáticos.


Hasta que Morrissey subió al escenario con un puñado de incienso en las manos y vestido de sacerdote, la primera noche de la versión de primavera del festival Santiago Urbano Electrónico (SUE) había estado regular. Aunque PJ Harvey montó un intenso show, sólo logró encender a una parte del público. Los chicanos de The Mars Volta mostraron un set demasiado personal y difuso para que el atardecer de San Carlos de Apoquindo conectara con su psicodélica vibra. El ex líder de The Smith impuso su profesionalismo y vocación de showman ganándose hasta los más incrédulos.



Justo a la hora fijada, a las 22:15, Morrissey se paró en el escenario encendiendo de inmediato al público, que a esa hora revelaba que en su mayoría estaba por él. Si su sola presencia ya lograba despertar los primeros aplausos y gritos masivos, los acordes de «How Sun is Now» -un clásico de The Smith- confirmaban que el británico tenía claro que estaba en un estadio y sabía de memoria como comportarse. «I bless you», dijo y ya tenía a la masa en la palma de su mano.



The Mars Volta: sonidos dispersos



Exactamente tres horas antes, The Mars Volta abría el SUE II todavía con el sol ocultándose y sin que el estadio estuviera totalmente lleno. Pese a que la banda tenía un grupo de fieles fans, las cuatro canciones que mostraron en los 45 minutos de show fueron demasiado experimentales por decirlo de alguna manera: largas sucesiones de rock, que pasaban por la psicodelia, momentos latinos a lo Santana y llegaban hasta pasajes progresivos. Sin embargo, indudablemente derrocharon intensidad.



Efectivamente, la banda de Omar Rodríguez exhibió un altísimo nivel de energía y qué duda cabe, su presencia en Santiago es un pequeño lujo. No sólo tiene a su haber un disco excelentemente bien criticado, De-Loused in the Comatorium, sino que además son la segunda parte de una banda que a estas alturas tiene un estatus de culto, At the drive in. Imposible no mencionar la fantasmagórica aparición John Frusciante, el guitarrista de Red Hot Chili Peppers, que tomó la guitarra en la última canción de la banda para hacer un largo punteo. Probablemente, en un escenario más pequeño -como el Teatro Providencia- The Mars Volta habría sido inolvidable; en San Carlos de Apoquindo, fue una amalgama de ruidos dispersos que pocos entendieron.



La intensidad PJ Harvey



Casi con la misma intensidad, Polly Jean Harvey montó un show de 15 canciones en las que eludió su único hit "Good Fortune". Por el contrario, se centró en un repertorio muy rockero y apenas dio concesiones. Quizá la única fue "To bring you my Love" canción con la que terminó su set. Antes, la británica que durante los noventa redefinió al imagen de la mujer en el rock, se dedicó a lo suyo: se colgó la guitarra y derrochó amargura y una desesperación amorosa, a la vez que se movía con una sensualidad que hacían olvidar por completo que su rostro no cumple con el canon de belleza actual. De hecho, después de anoche se puede confirmar que PJ Harvey, pese a recordar por momentos a Nick Cave, es una más atractivas mujeres del rock and roll.



Al igual que The Mars Volta, en todo caso, PJ Harvey tampoco tuvo una respuesta masiva del público de San Carlos de Apoquindo y con toda seguridad, en un escenario menor se habría encontrado con un público fanático que generara un ambiente mucho más cálido. Pero no todo es culpa del lugar, ella nunca fue más allá de un gracias para relacionarse con la audiencia. Por el contrario, el sacerdote Morrissey habló en medio de cada canción y hasta bromeó.



"You enjoy life?"



Aunque al parecer, Morrissey simplemente cumple con un libreto, lo hace muy bien. No sólo habló y comentó un par de canciones, sino que siguiendo a su personaje de chico atormentado preguntó a la masa "You enjoy life?", para contestar "I don’t". Y en la contingencia, era que no, el ex líder de The Smiths se lamentó por la victoria de George Bush en los "Divided Estate" y pidió: "God bless as all".



Musicalmente, Morrissey estuvo conciente que se trataba de un festival y por eso, no sólo incluyó «How Sun is Now», sino cuatro canciones más de The Smiths: "Every day is like sunday", "Bigmouth Strikes Again", "Shoplifters Of The World Unite" y "There is a light that never goes out" con la que terminó. Y aunque por un momento el show estuvo un poco lento, cada gesto en el escenario que hizo era un show en si. Hizo ver como un amateur a Omar Rodríguez jugando con el micrófono, y pese al lamento homofóbico, su ambigüedad sexual y su interpretación -a modo de personaje- fue un fuerte atractivo en el escenario.



Después de Morrisey, pasadas la medianoche, y cerrando la primera noche de SUE, Electric Six hizo lo que pudo ante un pequeño grupo de público que se quedó a ver de que se trataba, algo de rock y punk, pero nada muy interesante. Esta noche, en todo caso, SUE tiene un par de nombres atractivos: Blondie, evidentemente la gran estrella de la noche; Gustavo Cerati, que recorrerá su carrea con Soda Stereo; Rinocerose y Death in Vegas. El cierre estará a cargo del ex DJ de Portishead, Andy Smith.

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