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Sellos independientes suman fuerzas para apoyar a la música nacional

Desde Alerce hasta Algo Records, pasando por Cápsula Discos e Irrepetible, la Asociación de Sellos Chilenos pretende juntar las fuerzas de todos los sellos alternativos del país, los que sumando y restando, tienen en su catálogo nada menos que el 80% de la música chilena.


Mientras en los sellos multinacionales cunde la inestabilidad por la paulatina y acelerada baja en las ventas de discos, las discográficas chilenas inician el proceso inverso. No es que se hayan convertido en un éxito comercial, pero se puede decir que la semana pasada se dio el primer paso tendiente a estabilizar la industria discográfica nacional. Legalmente, se conformó la Asociación de Sellos Chilenos (Asech)



Aunque hasta ahora la agrupación está conformada solamente por Alerce, Cápsula Discos, Musicland, Mundo Vivo, Irrepetible y Algo Records, la idea es que con el tiempo todos los sellos nacionales estén asociados. Desde aquellos que como la Corporación Fonográfica Autónoma vienen editando desde los 90 a bandas punk y hardcore, hasta el sello que cada grupo crea al autoeditar un disco. Es decir, el número de integrantes del gremio está destinado a ser inmenso.



De hecho, aún no están en la asociación sellos como Quemasucabeza, Mutante Records, Machi, La Raíz Produce, por nombrar sólo a algunos que cuentan en su catálogo a bandas como Congelador, DJ Raff y Sólo Di Medina, Congreso y Joe Vasconcellos, respectivamente. En ese sentido, la productora musical Fabiola Alarcón, una de gestoras iniciales de la asociación, explica que justamente la cantidad de bandas que editan de forma independiente fue una de las razones que los motivó a organizarse.



"Nuestra idea es trabajar en ser reconocidos y tener representatividad. Ser reconocidos por los pares, más que nada. Porque no somos considerados, por ejemplo, en la evaluación que hace a fin de año la SCD o el Ministerio de Cultura; salen las cifras de ventas, pero no salen las cifras de sellos independientes. Es bastante curioso porque si sumas toda la cantidad de músicos y grupos que somos, somos bastante", explica Alarcón.



Aunque hasta ahora no se ha hecho un conteo, se estima que cerca del 80 por ciento de la música nacional es editada por sellos chilenos y de forma independiente. Esa cifra cobra un mayor significado cuando, según el cálculo del Consejo de la Música, sólo una de cada diez canciones programada en radios es chilena.



Registro, producción y distribución



Como asociación gremial que son, su propósito consiste tanto en generar mecanismos para facilitar el proceso de edición de un disco, como también ponerlo en las radios. "Nuestra idea básica es facilitar los mecanismo de producción, distribución y difusión, que son los puntos más sensibles. Las tres áreas más importante para un sello y una banda y que necesitan más apoyo", explica Fabiola Alarcón.



En ese sentido, las tarea que tienen puede ser resumida la siguiente frase: "El fin es gestionar y encontrar nuevo y creativos espacios para la música nacional". Desde ahí, se desprenden una serie de labores prácticas que parten por hacer un catastro de todos los sellos existentes en nuestro país pues hasta ahora no se sabe cuántos son. Alarcón, de hecho, ni siquiera se atreve a dar una cifra estimada de los que existen en Santiago pues diariamente hay un nuevo músico que autoedita su placa y aumenta el número.



Aparte del registro, labor que paralelamente también emprenderá el Consejo de la Música, la Asech espera poder negociar colectivamente con los proveedores y bajar así los costos de producción. "Es muy distinto llegar a un estudio y negociar 100 horas de grabación", dice Alarcón. Obviamente es más barato y permite así, que toda la cadena reduzca su costo y así tener más discos para distribuir.



Justamente la distribución es otro elemento relevante, y en ese sentido, la asociación pretende disputar por cada sello un espacio similar al que las bandas de multinacionales obtiene en grandes disquerías. "Hacer una negociación colectiva con la Feria del Disco, por ejemplo", dice Alarcón y añade que otro punto importante es salir del país. "Poder exportar y para eso ya está haciendo contacto asociaciones de sellos extranjeros", dice y puntualiza, que en tal vía se potenciará especialmente a los sellos con mayor catálogo, como Alerce.



La difusión, el tope



Pero si bajar los costos de producción y distribuir de forma más efectiva y hasta el extranjero son metas posibles, una más difícil es lograr difusión de la música nacional en los medios de comunicación. Más allá de los escritos, la radio y la televisión escasamente han dado cuenta de por ejemplo, toda la nueva generación de grupos que renovaron la movida rockera.



Álvaro Gómez, baterista del grupo Guiso y cabeza de Algo Records, junto a su hermano Alejandro, asegura que en su caso ni los medios ni los sellos multinacionales les interesan. "No creo en las multinacionales hoy en día; no tiene nada que ofrecer. Qué bandas nuevas tienen, nada. O sea tienen, Chancho en Piedra o Lucybell. Y escuchas las radios y son los mismos temas: Álvaro Henríquez, la misma cuestión, aunque no tengo nada contra ellos, pero nada nuevo", explica Gómez.



Fabiola Alarcón sin embargo plantea que para la Asech los medios sí son un tema importante, sobre todo pensando que los músicos en Chile no viven de la venta de discos -imposible cuando un sello independiente edita en principio nunca más de 300 discos-, sino de los conciertos. Y para que los conciertos lleven gente es necesario que las canciones hallan llegado a los medios, especialmente a la radio.



"Los medios en general son un tema. Tampoco hay que ser tan utópico y pensar que porque somos muchos y nos unamos mañana vamos a estar sonando en todas las radios. Pero va haber una tendencia a lograr que el espacio de la música nacional sea reconocido como una necesidad más que un negocio. Hay un trabajo de artistas nacionales que necesita ser difundido y aunque no vendan sí tenemos el derecho de que sean escuchados. Aunque no sean hits. Es pelear un poco por eso", dice Alarcón que agrega que ahora viene hacer alianzas tanto con la Sociedad del Derecho de Autor y el Consejo de la Música especialmente para poner encima la discusión de normar por ley la cantidad de canciones nacionales en la radio y la TV.



Una marmita a punto de explotar



En su vocación independiente, Álvaro Gómez asegura que pese a la resistencia de la radio la escena musical está mejor que nunca. "Creo que no le afecta, porque somos un movimiento paralelo. Claro, sería súper bueno que esto caiga por su propio peso. En definitiva, cae porque es bueno. En este momento la escena independiente es llamativa y cuenta por lo menos con 10 bandas de peso, en donde ves show buenos", cuenta.



El baterista de Matorral (al centro de la foto, de Rodrigo Santoro) y relacionador público de Cápsula Discos, Iván Molina, está de acuerdo con Gómez. "La radio aun no se ha abierto. Tengo fe que con lo que está pasando ahora, que hay tanta ebullición, algo tiene que pasar", explica y sabe de lo que habla: como músico ha sido parte de la escena de los ’80 u los ’90, en Emociones Clandestinas y Santos Dumont respectivamente. Con esas bandas estuvo en EMI y en Warner, pero sin embargo se siente mucho más a gusto en un sello independiente.



"Yo he estado con sellos multinacionales y el sistema de trabajo, que uno se imagina de afuera podría ser mucho más expedito y tener más presupuesto, es un mito. Hay una burocracia tremenda si uno quiere hacer un video, sacar un single… son meses de espera. No te pesca nadie", recuerda Molina, que al mismo tiempo pone todas sus apuestas por la actual escena musical.



"Hay una marmita a punto de explotar. Yo estuve en los ochenta, en los noventa y siempre las cosas que pasaron que parecieron una especie de movimiento fueron muy armadas de afuera; pero no tenían una base para que quedara todo en el tiempo. Ahora todo es al revés: ahora hay una cosa muy grande que está esperando por salir. Y pienso que en algún momento, por algún lado, por la radio, por un single de alguna banda o una que le vaya muy bien, pienso que va a abrir espacios para todo lo que hay detrás", asegura.



Para ver ese movimiento en el escenario, este fin de semana el Festival B reunirá a 20 bandas nacionales. La Asech en tanto, recién está terminando los formularios para que todos los sellos existentes del país formen parte de ella, y aunque la palabra motiva una discusión interna, su espíritu independiente es completo: «Tenemos necesidades y como nadie va a resolverlas por nosotros, nos juntamos», dice Fabiola Alarcón.



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