Manteniendo la solvencia que caracteriza a la banda irlandesa How to dismantle an atomic bomb, viene a reflejar la mejor síntesis de Bono y compañía. Lejos de los experimentos, es un trabajo clásico del grupo.
Los inicios de la banda irlandesa U2 se remontan a mediados de la década de los setenta, cuando Larry Muller puso un anuncio en búsqueda de integrantes para formar un grupo de rock. Así, apareció Adam Clayton, Bono y los hermanos The Edge y Dick (este último abandonaría prontamente la banda).
Ya con Bono en voz, The Edge en guitarra y teclados, Larry en percusión y Adam en guitarra, U2 comenzó como un grupo que realizaba covers con un estilo rockero que comenzaba a forjarse. En adelante, la convicción para conformar temas propios se originó como consecuencia de la compenetración que logró el cuarteto en poco tiempo.
Tras grabar algunos sencillos, en 1979 editan su álbum debut llamado Boy. Con una acogida aceptable comenzaron a hacerse de un público (que los acompañaría por décadas) en base a un rock llamativo que se enlazaba con un pop distinguido. Así llegaron las placas October (1981), War (1983), The Unforgottable fire (1985) y Joshua tree (1987), tres de las cuales se convirtieron en inesperados éxitos.
Posteriormemente aparecieron Rattle and hum, Atchung baby, Pop, Zooropa, All that you can´t leave behind, The Best Of 1990-2000, y con ellos la consagración sucesiva y lógica de los irlandeses. Con tres décadas llevando a cabo una impecable trayectoria, U2 vuelve a la carga con su nueva producción discográfica denominada, How to dismantle an atomic bomb.
Este álbum se presenta como un trabajo redondo por donde se le mire. Si bien se pensó que la banda atacaría con una placa rockera (producto del single promocional Vértigo), How to dismantle an atomic bomb conforma un producto que se mueve entre bellas baladas (con el toque de Bono), las composiciones pop y un par de temas rock que regresan a U2 a sus orígenes.
Tal vez uno de los mejores álbumes de U2 en los últimos años, How to dismantle an atomic bomb entrega lo que el público férreo del conjunto espera. No hay experimentación, no hay arranques de creatividad. Sólo un conjunto de canciones muy al estilo U2, en donde Bono y su banda hacen gala de una exquisita y característica diversificación temática y musical.
Por momentos, esta nueva placa de U2 pareciese una involuntaria revisión de lo que es y ha conseguido la banda en estos 30 años. Sus variaciones musicales, los arranques de Bono o la calidad guitarrera de The Edge. Todo perfectamente acomodado en un disco completo, compacto, sólido y cautivante. Recomendable de principio a fin.
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