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Gobierno vuelve a desechar idea de rebajar IVA a los libros

A días de que Editores de Chile pida al Presidente Ricardo Lagos una política nacional para la lectura que incluya un IVA diferenciado para el libro, el ministro de Cultura, José Weinstein, planteó que su objetivo es aumentar la compra de volúmenes para bibliotecas públicas.


Mientras el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, adelanta que en el mediano plazo los impuestos tendrán que sufrir un alza, nuevamente Editores Independientes levanta su principal bandera de lucha y pide rebajar sustancialmente el IVA a los libros. Este viernes presentarán al Presidente Ricardo Lagos una carta abierta con miles de firmas solicitando implementar una política del libro y la lectura. Sin embargo, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes plantea de entrada que modificar el sistema tributario es inviable.



Esta vieja discusión se retoma este año en medio de las celebraciones de una serie de fechas: el Día Internacional del Libro (23 de abril), la conmemoración de los 400 años de El Quijote y el Año Iberoamericano de la Lectura. Las actividades oficiales comenzaron ayer, cuando el ministro de Cultura, José Weinstein, inauguró una feria del libro gratuita en la Plaza de Armas.



En la oportunidad, Weinstein explicó que antes de jugarse por una rebaja del IVA al libro, su cartera espera tener un sólido fondo que pueda dotar masiva y periódicamente de textos a las bibliotecas públicas. La fórmula, en la que el Estado compra una fuerte cantidad de libros a las editoriales, también -dijo- podría ayudar a solucionar otro de los temas que por estos días aproblema a la Cámara del Libro: la piratería.



En efecto, el empresariado editorial mantiene una ofensiva contra el proyecto de Propiedad Intelectual -que mañana, miércoles, debería ser votado en sala de la Cámara de Diputados-, ya que plantean que con los cambios que ha sufrido en la discusión legislativa, más que atacar la piratería, complica su persecución. Aunque el gobierno tiene una posición similar, ayer el ministro de Cultura postergó una respuesta hacia el gremio en relación a la solicitud hecha hace tres semanas tendiente a retirar la iniciativa de reforma legal.



Por la rebaja del IVA



Vieja lucha en el mundo cultural, para Editores de Chile -que agrupa a Cuatro Vientos, Ril, Cuarto Propio, Pehuén, Cesoc, Ediciones del Temple, LOM, JC Sáez Editor, Andrés Bello, Universitaria y Aún Creemos en los Sueños- es una suerte de causa emblemática. Desde hace un par de semanas, el organismo inició una campaña de recolección de firmas para una carta dirigida a Lagos en la que le pide comprometerse a implementar una Política Nacional del Libro y la Lectura, "que como primera medida reduzca el pesado impuesto que grava al libro".



A juicio de la agrupación que preside Paulo Slachevsky -director de LOM-, el impuesto que afecta al libro incide directamente en el desarrollo del país y es la raíz de los bajos niveles de lectura que muestra la población chilena. "Creemos que gravar los libros con un tan elevado impuesto es uno de los mayores impedimentos al desarrollo del país. Los libros son el soporte por excelencia de todas las disciplinas científico-técnicas, disciplinas sociales y humanistas, sin mencionar su importancia como expresión cultural literaria y poética", señala la misiva.



La iniciativa fue apoyada por la Cámara del Libro, que en voz de su presidente, Eduardo Castillo, planteó que, en todo caso, eliminar o reducir el IVA debe ir acompañado por una serie de medidas para aumentar los índices de lectura: "Esto es igual que un enfermo: no hay una pastilla milagrosa, es un tratamiento completo. Eliminamos el IVA, eliminamos el tema de la piratería, eliminamos la reprografía ilegal, promovemos la lectura, dotamos eficientemente las bibliotecas públicas, etc", señaló.



Por su parte, el secretario ejecutivo del Consejo del Libro, Jorge Montealegre, aunque validó la campaña por reducir el IVA al libro, puso en duda que pueda tener una incidencia radical en los pobres índices de lectura. "Es un tema relevante, pero no creo que sea el asunto que soluciona el problema de lectura. Por una parte, porque los índices de compresión lectora que hay no tienen que ver necesariamente con la adquisición de libros. Hay un problema cultural más hondo, más grave. No sé a qué atribuirlo, pero aquí hubo un trauma en algún momento en que leer fue hasta peligroso", sostiene.



La fórmula del Ejecutivo



Pese que Editores de Chile intenta poner en jaque el argumento de Hacienda de que en Chile no existe IVA diferenciado, planteando que tanto las importaciones de las Fuerzas Armadas, las estaciones de radio y TV y establecimientos educacionales, entre otros, pagan un impuesto menor al 19%, Montealegre saca a relucir ese planteamiento y sostiene que toda la discusión es como estar frente a "una caja de pandora".



"Cuando sobre cualquier elemento se dice que sería bueno sacar el IVA, también hay que proponer en qué áreas sociales debe dejar de invertir el Estado. Claro, porque esta discusión es sobre el IVA del libro, pero también hay IVA en el pan, en los medicamentos, siempre hay alguna urgencia", sostiene Montelegre y añade que finalmente todos los recursos que actualmente tiene el Fondo del Libro – mil 700 millones de pesos- provienen de los impuestos que recauda el fisco.



En todo caso, el secretario del Consejo del Libro aseguró que en la propuesta de política sectorial que presentará en septiembre próximo tendrá un capítulo sobre "el tema tributario". Precisó, sin embargo, que la prioridad del organismo está en la población más pobre, para la cual se está preparando a 2 mil "Quijotes de la lectura": monitores que promocionarán la lectura, en su mayoría funcionarios de organismos públicos que ya mantienen relaciones con los sectores de más bajos ingresos de la sociedad.



«Hay un sector que nos interesa más, que son los más pobres, que con IVA o sin IVA no pueden comprar libros. Por eso, nosotros ponemos el acento en el incremento de las bibliotecas públicas, en mejorar su acervo, sus colecciones. Por eso la campaña Chile quiere Leer: primero, para dotar de nuevos libros a las bibliotecas y, segundo, para realizar un programa de capacitación de promotores de lectura", asegura Montealegre.



Justamente en el fortalecimiento de las bibliotecas públicas, radica la fórmula que planteó el ministro Weinstein. Según su análisis, uno de los elementos que tiene mayor impacto en los altos precios de los libros, es que el mercado chileno es pequeño y "eso no se destruye del todo bajando un impuesto". Por lo demás, añadió que el sistema tributario no es fácil de modificar.



«Pero creo que hay otras medidas que se pueden tomar para bajar el precio del libro que pueden ser tan o más eficaces que esa. Por ejemplo, el hecho de que el Estado compre más masivamente libros para las bibliotecas públicas puede tener también un impacto muy positivo en la industria y en el precio. Esa es una alternativa que tenemos que explorar importantemente en los años venideros, en el sentido de crear un poder comprador del Estado. Eso además tiene la ventaja de poder discriminar entre los textos que van a tener este apoyo estatal y permite dotar a las bibliotecas públicas de un conjunto de libros significativos", dijo el ministro.



La campaña Chile Quiere Leer terminó el viernes una primera etapa enviando la imponente cantidad de 100 mil libros nuevos a las bibliotecas públicas del país, cifra que duplicó el aporte estatal que todos los años reciben tales establecimientos. A algo como eso es a lo que aspira Weinstein, pero sostenido y que se financie a través de recursos del Estado, no como el envío que zarpó la semana pasada que sólo pudo ser realidad gracias al aporte de al menos 25 empresas y la promoción de El Mercurio, el BCI y la Fundación Pablo Neruda, entre otros privados.



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La carta que Editores de Chile le entregará al Presidente Lagos



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