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Con armonía y potencia continúa la fuerza explosiva de Audioslave

Cuando los ex Rage Against the Machine, junto al ex vocalista de Soundgarden, se unieron para formar Audioslave y lanzar su placa homónima en 2002, muchos dudaron de que la banda lograra seguir una senda exitosa. Sin embargo, el debut fue un suceso, y su segundo álbum viene mejor. Audioslave está de regreso.


Tras la separación de Zack de la Rocha (líder y vocalista) de Rage against the Machine, el termino de la banda se hacia inminente. Pese a ello, la opción de formar una nueva agrupación rondaba fuertemente. Solo necesitaban un vocalista que reuniera las condiciones para la enérgica fuerza de los ex Rage against the Machine. El delirante sonido de Tim Commerford, Tom Morello y Brad Wilk, por lógica debía complementarse con un intérprete que tuviera similares características a Zack de la Rocha.



Sin embargo, ello no ocurrió y decidieron probar suerte con un cantante mucho más ligado a un rock emotivo y solvente: Chris Cornell, el ex vocalista de la desaparecida banda Soundgarden. Sonidos notablemente diversos se unían en un intento por formar una banda que reuniera lo mejor de la potencia de Rage against the Machine y la candidez rockera de Soundgarden a través de Cornell.



La expectación por su debut venía cargada de cierta desconfianza por aquella asimetría de sus integrantes y el producto que de ellos podía surgir. Cuando el disco debut de Audioslave salió al mercado y comenzó a sonar en las radios, cualquier duda se acallo. Había nacido una banda con un sonido propio, identificable y ciertamente con una base sólida. A tres años del lanzamiento de su producción homónima debut, Audioslave regresa con su nueva apuesta denominada, Out of Exile.



El disco cuenta con doce composiciones de excelente factura que buscan mantener y tal vez depurar el personal estilo conseguido en el 2002 con su álbum debut. Out of Exile tiene un inicio potente con Your time has come, pero rápidamente se comienza a percibir una atmósfera musical similar a la mostrada hace tres años. Y es que Audioslave tiene más de Soundgarden que de Rage against the Machine.



Temas rockeros sustentados en una sentida interpretación de Chris Cornell aparecen como la tónica que nuevamente vuelve a marcar a la banda. Be yourself (single promocional), Out of Exile, The worm, Doesn’t remind me, Heaven’s dead o Yesterday to tomorrow, son una muestra de que si bien Audioslave mantiene el tono de su placa anterior, también da cuenta de un progreso, de una evolución en su sonido. De una madurez en las letras y en la cohesión musical de la banda.



Producido por Rick Rubin, grabado en Cello Studios y Sunset Sound en Los Ángeles y mezclado en Plant Studios y Southern Tracks, el nuevo álbum de Audioslave no sólo reencuentra a Cornell y compañía con sus fans, sino que además permite que la banda termine esta fusión que comenzara unos años atrás. Más melódicos, más compactos, más cohesionados. Más Audioslave.

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