Manteniendo la línea musical de sus discos más exitosos, Weezer nos entrega su quinto álbum, Make Believe, un trabajo discográfico pegajoso y completamente asimilable, en donde las composiciones de Rivers Cuomo, los riff de guitarra y esa base punk-pop-rock, se trasforman en los ingredientes más perceptibles.
Con una base donde confluyen punk, pop y garage-rock, Weezer nace a inicios de la década de los noventa en Los Ángeles, con el genial Rivers Cuomo a la cabeza. No tardaron mucho en darse a conocer, siendo contratados por Geffen Records para grabar su primer LP en la cuidad de Nueva York.
El resultado: un exitoso y sólido debut en donde el ácido punk enlazado con un pop rock refinado, hacían del primer álbum de Weezer (editado en 1994 y conocido como The Blue Álbum) un trabajo musical notable. Dos años más tarde, la banda regresaría más potente, ruidosa y experimental, con una placa denominada Pinkerton.
Gracias a la creatividad para componer de Cuomo y un nuevo y arriesgado sonido, Weezer volvía a entregar un producto de excepción (pese a no tener grandes ventas) donde las guitarras esta vez cobraban mayor protagonismo. Tras una larga espera de 7 años, sus fans pudieron volver a las tiendas para reclamar lo nuevo de Weezer.
Esta vez sería con The Green Álbum (2001), un trabajo soberbio que regresaba en cierta manera a la fórmula de su placa debut, entregando diez pegajosos y melódicos temas entre los que destacaban Hash Pipe, Crab o Island in the sun. En el 2002 reaparecerían con Maladroit, donde hacían entrega de una serie de canciones guitarreras y enérgicas, algo menos pop pero con una fuerza soberbia.
A tres años de cuarta placa, Weezer regresa con su quinto álbum de estudio, denominado Make Believe. Con una docena de pegajosas canciones, el nuevo disco de la banda da cuenta de una característica fundamental: Weezer no busca reinventarse. Aplicando un estilo ya registrado, el cuarteto californiano compone un trabajo que apuesta por el pop rock melódico con el sello de Rivers Cuomo.
Y el producto no podía ser otro: un álbum repleto de melodías asimilables, con ciertos toques reconocibles y una sentida interpretación. Jugando con la fuerza del rock, lo comercial del pop y lo ácido del punk, Weezer logra entregar un trabajo que integra melancolía, potencia, creatividad y mucha buena música.
Beverly Hills, Perfect Situation, Hold me (un nostálgico y genial corte), We are all on drugs, My best friend, The other way o Peace, son sólo algunas de las atractivas composiciones que contiene este Make Believe. Un álbum donde pareciese que Weezer se reencuentra con sus inicios y da una mirada a su trayectoria. Un trabajo musical recomendable por donde se mire.
