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Con potente descarga musical debutaron en Chile enmascarados de Slipknot

Los nueve músicos estadounidenses tocaron por primera vez en Chile ante ocho mil personas en el Velódromo del Estadio Nacional.


Tal como lo reconoció su líder y vocalista, Corey Taylor, la banda estadounidense Slipknot saldó con el público "loco" de Chile una deuda casi histórica, de una década, cuatro álbumes y millones de discos vendidos.



Los nueve músicos enmascarados representan lo más destacable del nu metal actual, el estilo que tiene como sus más reconocidos precursores a Korn y combina hardcore, heavy metal y algo de hip-hop.



Fueron unos ocho mil muchachos, en su mayoría hombres y adolescentes, los que llegaron al Velódromo del Estadio Nacional para ver al colectivo de los "psicópatas" de Iowa, estado que le dio nombre a su tercera y penúltima placa.



El ensayado caos del escenario enardeció a los incondicionales maggots que, por ejemplo, no dudaron en sentarse cuando así lo pidió el frontman del colectivo en la antesala del tema "People=Shit".



El honesto show de Slipknot en Santiago, condimentado con mensajes en español para los asistentes, fue un buen sumario de sus elepés, concentrado, eso sí, en Vol 3: The Subliminal Verses, que apareció el año pasado.



Potentes y coléricos, en el escenario los artistas deambularon sin pausa, las baquetas volaron de lado a lado y descargaron sus enérgicas composiciones a lo largo de 90 minutos.



Sin embargo, la descarga de rock de por sí violenta fue mermada por la calidad de una amplificación que, aunque respetuosa con los vecinos de Ñuñoa, no estuvo a la altura del mensaje.



El recital dejó mayormente satisfechos a los asistentes, muchos de los cuales debieron trasladarse desde la galería a la zona de cancha, porque en las alturas era poco lo que se percibía, y olía a pecado ignorar la ametralladora musical en que se convirtió Slipknot.

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