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José Weinstein: Industria cultural debe enfocarse en 400 millones de latinos

En una evaluación a fondo de lo hecho en dos años de Consejo de la Cultura, el ministro de Cultura destaca la instalación de sedes a nivel nacional. Y, junto con diagnosticar una excesiva »chabacanización de la TV», insiste que la política del Estado debe tender a la internacionalización de la producción cultural de nuestro país.


El ministro José Weinstein alude a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) cuando tiene que desarrollar una definición de cultura: Dice que "son los modos que se han dado los hombres para vivir juntos", aunque precisa que "cuando uno va al trabajo real y quiere hacer andar un organismo, la verdad es que esto se reduce a una definición más operativa, que incluye las artes, las letras y el patrimonio, como los temas que realmente hay que asumir".



Dos años de funcionamiento del Consejo de la Cultura (a partir de la ley promulgada el 23 de agosto del año 2003) motivan este balance, y Weinstein pide que puntualicemos los resultados de la primera encuesta de consumo cultural, "porque son notables y en adelante debemos trabajar con eso".



-Bueno, entonces, partamos por eso. ¿Es adecuado hablar de "consumo"?
-Hay gente a la que le choca y que no le parece adecuado, pero yo creo que permite hacerlo equivalente con otras áreas en las cuales se accede a bienes. Uno podría haberla llamado encuesta de participación en la cultura. De hecho, la encuesta es más amplia, en el sentido que no sólo habla de consumo. También habla de práctica. Pero a nivel internacional se está ocupando el términoÂ…



-El gran titular fue que no existe brecha de consumo entre la Región Metropolitana y las demás regiones del país. ¿Cómo se puede considerar en la categoría "regiones" a lugares tan distintos entre sí como Antofagasta, Concepción o Puerto Montt?
-El titular te muestra que hay un interés muy parejo por acceder a la cultura entre el mundo urbano. La encuesta no te abarca el mundo rural. El 87% de la población vive en ciudades, y ahí hay un interés muy parejo. Esto no te habla de la oferta cultural, porque en ese caso sigue muy concentrada en Santiago. O sea, los espectáculos internacionales de primer nivel que vienen a Chile llegan en su mayoría a Santiago.



-¿Qué se consume, entonces?
-La encuesta te dice que la gente va a ver danza, pero en algunos casos puede tratarse de Momix, en otro caso puede tratarse del ballet folclórico de la ciudad o bien, una representación escolar. No mide la calidad de la oferta, pero en regiones, el hambre por acceder es tal que cuando tú le llevas algo de mayor calidad, el impacto es extraordinario. Claro que se mantienen las desigualdades a nivel social.



-¿Qué genera en la conciencia de una persona consumir representaciones culturales que nada tienen que ver con la identidad local? ¿Algo similar a una esquizofrenia?
-Claro, eso es parte del centralismo. Si tenemos noticiarios de televisión que informan de cosas nimias de la Región Metropolitana, y que no dan cuenta de cosas bien importantes que ocurren en regiones, los medios dan una visión distorsionada del país. No se si te genera una esquizofrenia, como tú dices, pero sí un sentimiento de frustración y de sentir que se desvaloriza lo que tú tienes.



-¿Es muy difícil integrar culturalmente al país?
-Creo que entre los creadores hay más conciencia de la riqueza que existe en otras partes. Por ejemplo, (Jorge) Olguín está haciendo una película sobre el Caleuche; (Marcelo) Ferrari fue hacer Sub terra a Lota. También se da al nivel del patrimonio. Piensa en cuáles son los 4 sitios nombrados patrimonio de la humanidad. Isla de Pascua, Chiloé, Valparaíso y dos salitreras.



-¿Es muy difícil proyectar una política más integradora?
-A nosotros nos ha resultado muy difícil. Tenemos la sensación de que los medios de comunicación son extraordinariamente generosos con la farándula y tremendamente mezquinos con la cultura. Por ejemplo, no se muestra que se está capacitando a 2 mil personas como animadores de lectura, "Quijotes de la lectura". Es importante, porque están trabajando en lugares muy pobres, en las cárceles, en el Sename. Se trata de un bien que queda. Eso no es noticia, pero sí se puede llenar planas y planas con un conflicto marital que se resuelve a la semana.



"Jamás iría a Morandé con Compañía"



-Puede ser absurdo esperar algo distinto de canales privados ¿Qué pasa con el canal del Estado? ¿Se puede aspirar a un tipo de televisión más sencilla?



-Es el sistema de financiamiento que ha homogenizado al canal público con los demás canales privados. A lo que no me conformo es que no se pueda aspirar a otra cosa. La propia televisión ha dado ejemplos de que se puede conseguir alto rating con calidad. "31 Minutos" es el ejemplo más claro. Yo recuerdo cómo se repetía que los niños querían ver ese tipo de monos y que era la única manera de entretenerlos y que el resto lo despreciaban, no le gustaba a los niños. Porque tenemos animaciones envasadas de monos violentísimos. No me conformo con que no pueda ocurrir lo mismo en otras áreas.



-¿Hay que estar pensando siempre en las utilidades? ¿Cuál es el sentido de que sea público y que pertenezca al Estado?
-Hay un equilibrio muy difícil de lograr. Tiene que ver con el sistema de financiamiento.



-Pero primero se sueña, luego se avanza. ¿Cómo imagina un canal público?
-Bueno, yo no sólo me imagino al canal del Estado, sino a los canales de TV abierta. Tienen que ser de espacios culturales, tienen que hacer esfuerzos en las áreas de entretención adulta, renovar su programa para llegar con creatividad al público. Porque eso también es importante. Hay que llegar al público y tener éxito. Te agregaría que lo que menos me gusta en los programas de entretención adultos, que es para mí el área más crítica de la televisión, tiene que ver con los valores que transmiten. Habitualmente hay intolerancia, hay machismo; hacia la mujer hay un trato sexual que no corresponde. Jamás iría al programa Morandé con Compañía.



Las deudas pendientes



-El Consejo de la Cultura cumplirá 2 años. ¿Qué es lo más destacable?
-Son 4 puntos. Instalación de las sedes. Modernización y ampliación de los fondos. Programas de difusión cultural masiva, entre los cuales está Sismo. Agregaría además los días de las artes. Día de la música, día de las artes visuales. Se está formando a 2 mil personas en la lectura del Quijote de la Mancha, y también los eventos de rescate de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda. Por último pondría el tema de construcción de una política pública en cultura. Ese sería el balance.



-En la perspectiva más amplia, ¿qué queda pendiente?
-Hay que avanzar en la internacionalización de las industrias culturales en Chile. Yo creo que no vamos a lograr tener una industria del libro, del disco o del cine, si no logramos enfocar hacia los 400 millones de hispano-parlantes, y no sólo los 15 millones de chilenos. Chile es demasiado pequeño para que sobre los hombros de un país, se logre potenciar el cine, el libro o la música. Hay que abrirse a los acuerdos con otros países iberoamericanos, buscar asociaciones para que lo nuestro se vaya desarrollando.



-¿Qué hay de las sospechas de "arreglines" en los fondos concursables?



-El año próximo vamos a llegar a casi 20 millones de dólares en fondos concursables y si uno compara, en este gobierno se habrán aumentado en 110 por ciento. Hemos puesto en internet los fondos, para que toda la gente pueda tener acceso a ellos. Hemos cambiado el sistema de jurado. Hemos sacado al ministro de Cultura, a todos los secretarios regionales ministeriales (seremi), a todos los jefes regionalesÂ…



-Yo estoy muy satisfecho en el sentido que se ha dejado esa sombra de sospecha frente a los fondos concursables. El arreglín. Yo creo que era una visión muy injusta. Se conocían más los perdedores que los ganadores del Fondart. Hay proyectos que no quedan porque no presentan los papeles, y hay otros que tiene que ver con que hay una visión de los jueces de que no cumplen con las exigencias de impacto, de calidad, de originalidad, etcétera. Hemos introducido categorías de edad, para hacer más justa la competencia.



-Usted habló de promover las industrias culturales. El cineÂ…
-En el cine se ha avanzado un poco más, porque hemos tenido este programa de coproducción. Ahora estamos iniciando un programa de co-distribución con Argentina. Lanzamos un programa de documentales compartidos entre televisiones públicas. Entre canales iberoamericanos. Ese es un capítulo. Chile tiene que buscar la internacionalización para que surjan las industrias culturales.



-¿Cree usted que el cine esté reflejando problemáticas urbanas o rurales de los chilenos? A veces se ve una insistencia en cierta nostalgia respecto de la historia política, como Allende o la dictadura de PinochetÂ…
-Yo creo que se ha diversificado mucho el cine chileno. Se ha ido incorporando la posibilidad de comedia, como Sexo con Amor; de películas históricas, como Subterra; de documentales, de dramas, y lo que yo aprecio mucho es la formación de toda una nueva generación de realizadores cinematográficos. Eso es muy alentador.



Comentarios a: sofista@gmx.de

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