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La melancólica sencillez de Nito Mestre está de vuelta

El compositor argentino, ex integrante del mítico grupo »Sui Generis», vuelve con un disco sin estridencias y que pretende devolverlo a lo esencial, sin ser una grabación acústica. Con colaboraciones de Beto Cuevas, León Gieco y Alejandro Lerner, una de las figuras más destacadas del rock trasandino regresa a las pistas.


Con colaboraciones de otros créditos de la música internacional, como León Gieco y Beto Cuevas, el cantautor compositor argentino y ex integrante del legendario grupo Sui Generis edita su nuevo disco, llamado simplemente «mestre». Así, tal cual, con minúscula y sin ningún otro eslogan publicitario. La desnudez del nombre de la placa no es casual, así como tampoco lo es la fotografía de carátula: el cantautor con su guitarra. No se trata estrictamente de un disco acústico, como lo fue su anterior trabajo, «Colores puros».



Esta vez, sin renunciar a la sencillez en las armonías y en los sonidos, logra reencantar a sus seguidores con baladas de factura limpia y cálida, como «Me dijeron», y «Por si acaso» y con cortes de rock latino, como la inaugural «Soñando el sur» o «El fin del mundo», en la que los arreglos en guitarra resultan elocuentes y hasta cristalinos. Más puramente rockero es "Camaleón".



«Ven al jardín», de autoría de Beto Cuevas y con colaboración del ex vocalista del recién desaparecido grupo La Ley, evidencia su origen desde el primer momento, y tiene el extraño efecto de ‘robarle’ la canción a Nito Mestre. Es decir, parece que el invitado al tema fuese el propio Mestre y no Cuevas, puesto que la fuerza interpretativa que pone el chileno es maciza, y logra imprimir su sello a la composición.



«Recordando lo que tengo que olvidar» es una de esas canciones que hacen pensar en las antiguas composiciones del creador de «Rasguña las piedras», por la mesura con que la interpreta y la angustia contenida que trasunta. En síntesis, esa hermosa melancolía que tan bien sabe lograr.



"Veo tus ojos" contó con la colaboración de León Gieco. Juntos crearon una canción profundamente vulnerable, dulce y evocativa, en el que se conjuga la voz fumadora, rasposa y conmovedora de Gieco con la mesura de Mestre.



Un disco prolijo, sin exabruptos, sin estridencias, sin saltos de estilo. A algunos podría parecerles poco innovador, tal vez algo tibio, sin la emotividad de algunos de sus trabajos de antaño. Pero Nito es Nito, y sus seguidores sabrán saltarse lo que le falta para encontrar a uno de los más destacados exponentes del rock argentino.

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