Más de cinco años estuvo Lautarino Humor buscando patrocinios para su inédito proyecto: ir hasta el continente helado y, sobre esa gélida superficie, zapatear la danza nacional acompañado únicamente por una banderachilena. Su hazaña, que se inicia el próximo lunes, le hará un lugar en el libro Guiness de récords.
Durante años se ha subido a las micros todos los días, para cantar un par de canciones folclóricas, vender su disco y pedir algunas monedas que, aplicadamente, ahorra en garrafas de plástico, en su casa. Hasta ahora, Juan Gabriel Soto ha tenido una sola meta: bailar cueca sobre los hielos de la Antártica. Desde 1999 ha estado gestionando patrocinios, hablando con entes estatales y privados, para conseguir auspicios.
Hace algún tiempo, y luego de cantar en un bus, al pasar por los asientos para pedir alguna colaboración, un hombre se identificó como el gerente de Latin Color, la empresa que representa a Polaroid en Chile, le dio su tarjeta, y le pidió que lo visitara. Al comienzo el folclorista no le creyó. "Me pasó una tarjeta, me dijo ‘vaya a mi oficina a ver qué se puede hacer’. Pensé que no era cierto. Pasó una semana, y cuando se me vino todo el mundo encima se me ocurrió llamarlo. Venga, me dijo, si lo estoy esperando. Fui, ¡y era cierto! Se portaron súper bien", confiesa entre risas.
Viste su atuendo huaso a diario. Canta desde que tiene uso de razón. Ha organizado festivales folclóricos, ha ganado premios en Puerto Rico y se ha presentado en Panamá y Miami, entre otros lugares. Ahora, su objetivo era bailar la cueca más austral del mundo, que será parte del video de una de sus canciones.
Podría decirse, con propiedad, que ha movido montañas, y que ha tenido éxito. En su cruzada, ha ido sumando apoyos: la Armada, la Fuerza Aérea, la Dirac, el Consejo de la Cultura y de las Artes, la Sociedad del Derecho de Autor y el Sindicato de Folcloristas, entre otros. El próximo 12 de diciembre, parte rumbo a la Antártica, con escala en Punta Arenas. El 18 zarpa el buque de la Armada que lo conducirá hasta los milenarios hielos, donde pretende bailar cueca con una bandera, durante 27 minutos. En el viaje, estará acompañado por su hijo, Jorge Soto, que es productor general del video, y por un fotógrafo profesional.
Las fiestas de fin de año las pasará embarcado, y aunque sabe que extrañará a su familia, la posibilidad de cumplir su sueño le borra toda tristeza. "Da cierta nostalgia de puro pensar que voy a andar embarcado para las fiestas, pero el comandante me dijo que lo más lindo es pasar esa fiesta en un barco, en la soledad íntegra de la humanidad. Ahí ya me tranquilicé", cuenta.
El dinero que falta
La Armada, para trasladarlo, le cobra únicamente la alimentación, lo mismo que a cualquiera de los tripulantes. El dinero para él y sus dos acompañantes lo hizo cantando en las micros. Guardando todas las monedas en enormes recipientes que no se tocarían hasta cuando le anunciaran que todo estaba listo para su viaje.
Hace dos días, cuando supo que se iba, se pasó la noche completa en vela. "Vieras tú como me quedaron las manos negras de contar monedas, cuando me dijeron que me iba -narra. Saqué todas las monedas que juntaba en garrafas plásticas, de 5 litros. Cada garrafa hacía 175 mil pesos. Las miraba y me daba una cosa fuerte. En la mañana me estaba quedando dormido contando. Cada garrafa hacía 175 mil pesos." En total: 510 mil.
A pesar de lo auspiciosa que parece la cifra, y el hecho de que la Fuerza Aérea le page el pasaje hasta Punta Arenas, el folclorista, más conocido como ‘Lautarino Humor’, cuenta que todavía le queda dinero por recolectar, por lo que piensa pedir un préstamo, o cantar durante el viaje para recolectar los casi 300 mil pesos que le faltan. "No puedo perder esta oportunidad; me las arreglaré para venirme", asegura. "También puedo cantar en Punta Arenas. Es una posibilidad. Con un par de actuaciones yo me puedo hacer la plata para regresar -adelanta. Pero ya no me aflige, porque es poco lo que queda."
El entrenamiento y la travesía
Bailar sobre el hielo no será fácil. Las temperaturas bajo cero, amenazantes, han hecho que Lautarino tome precauciones. Desde hace algunos meses, comenzó a entrenarse para soportar las bajas temperaturas.
Consiguió que lo dejaran entrar a una cámara frigorífica, primero con un buzo térmico; luego, con ropa de calle. Adentro, se dedicaba a hacer lo que mejor sabe: bailar cueca. "Llegué hasta 17 minutos, y arranqué", confiesa entre carcajadas. Ahora tendrá que soportar casi media hora de frío, para conseguir su objetivo de entrar en el Guiness Record. Después, proyecta atiborrarse de medicamentos, para evitar una gripe.
El regreso será por tramos. Ya tiene una invitación del empresario Douglas Tompkins, para que baile también en el Parque Pumalín. Luego zapateará su cueca en el mercado de Angelmó, y en la feria libre de Temuco, junto a una mujer mapuche. Todo eso será registrado en un video clip de 3 minutos 40 segundos, para su canción "Chile, confín del mundo". Lautarino y su bandera chilena bailaron ya en el Morro de Arica, en Iquique, en Chuquicamata y en Antofagasta. Además, aparecerá danzando en el Elqui, donde se hace el pisco, en Chiloé, en La Ligua, Doñihue, Lautaro y Punta Arenas, entre otros sitios.
La constancia y esfuerzo lo harán pasar a la historia como el huaso más austral del mundo… y también el más perseverantemente empecinado.
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