La aparición del artista fue precedida de una grabación del Subcomandante Marcos que leía un párrafo del Manifiesto Zapatista en Náhuatl.
Rock, reggae, salsa, rumba y ska, todo mezclado con un estilo más que particular, la noche del domingo, a poco más de un mes de su presentación en el Palacio de los Deportes, Manu Chao volvió a protagonizar uno de los conciertos más esperados en México.
Acompañado de su grupo Radio Bemba Sound System, Manu ofreció la noche del domingo un concierto en la plancha del Zócalo que marcó el fin del Festival Internacional por el Agua, Tlalocan.
Contando con Los Estrambóticos y Panteón Rococó como teloneros, Manu Chao salió a escena alrededor de las 8:10 PM ante una multitud que aguantó la lluvia que al principio del concierto amenazaba con cancelar el evento.
Pero ni el frío, ni mucho menos los constantes empujones y accidentes ocurridos en la espera, impidieron que más de 180 mil personas (entre jóvenes y adultos mexicanos y muchos extranjeros) vibraran y corearan las canciones de Manu.
Finalmente y después de una breve participación del vocalista de Café Tacvba Sizu y Antra(que no fue muy bien acogido por la audiencia), el Zócalo capitalino resonó con una grabación del Subcomandante Marcos que leía un párrafo del Manifiesto Zapatista en Náhuatl y anunciaba el arribo del vocalista al escenario.
Seguido de Gambeat, el bajista; Garbancito de la Mano Negra en las percusiones, el mágico Madgid en la guitarra, El hombre de hierro: Dani en la batería y Xavi en el teclado, Chao abrió su presentación con la ya legendaria canción "El hoyo", que seis años antes escribiera mientras paseaba por Tepito, Garibaldi y la Merced.
Y aunque este concierto se caracterizó por la emoción y buena vibra que de la plancha del Zócalo emanaba, también hubo momentos en los que fue demasiado notoria la falta de organización del evento, pues los reporteros fueron agredidos física y verbalmente por la multitud que esperaba a que Manu saliera a escena.
Manu Chao dio un largo recorrido por su larga trayectoria musical en este concierto que dejó ver que el hispano francés no se ha desprendido de las raíces de Mano Negra, sonaron canciones como "Peligro", "Sueño de Solentiname", "Señor matanza" y "Casa babylón".
De sus materiales como solista no faltaron "Bienvenida a Tijuana", "Merry Blues", "La rumba de Barcelona" y "La despedida". Pero los temas que provocaron mayor reacción en el público fueron sin duda "Clandestino", una versión de "Volver, volver" y la tan esperada "Mala vida" que hizo que el Zócalo vibrara ante los coros y brincos de poco más de 180 mil personas, cifra que, dicho sea de paso, superó a la convocada por Café Tacvba (175 mil).
Poco dado a hablar en sus conciertos, Manu utilizó la música para expresar su inconformidad con muchas cosas de este mundo, como la pobreza, la soberbia de las potencias mundiales y el abuso contra los inmigrantes. Y como era de esperarse, nuevamente el más criticado fue George W. Bush a quien catalogó como "el peor enemigo de nuestros hijos" al mismo tiempo que denunció a "las mafias que en el primer mundo se esconden detrás de la palabra democracia". "La democracia nunca puede ser la dictadura del dinero", agregó ante una ovación que hacía temblar el piso.
Y es que Manu Chao, considerado por algunos conocedores de su trayectoria como "el más latino de los roqueros franceses" prendió a la audiencia con su mezcla no sólo de sonidos, sino de ideales y esperanzas para el futuro.
Fuente: Diario La crónica, de México.
