Publicidad

La intensa apuesta discográfica de Richard Ashcroft

Lidiando con temáticas como la depresión, la felicidad, el amor y la muerte, el músico lanza su tercera producción discográfica como solista, denominada Keys to the world.


Tras la disolución de The Verve en 1999, su vocalista, Richard Ashcroft, decidió comenzar una carrera como solista debutando con el álbum, Alone With Everybody (2000), un trabajo melódico pero que mantuvo la estética musical de su antigua banda. Dos años más tarde lanza Human conditions (2002), donde busca despegarse en cierta medida de The Verve e intenta explorar su condición de solista, dando un giro más rockero.



En su nuevo y tercer trabajo discográfico, denominado Keys to the world, Richard Ashcroft regresa con diez temas en los que el idealismo de sus letras se funde con la bella simplicidad de sus canciones. Tres años de silencio para aparecer y remecer con este Keys to world, tal vez su mejor trabajo en solitario.



Se trata de un disco maduro y hábil en el manejo de las diversas intensidades que se muestran a lo largo de la decena de canciones que componen el álbum. Con un estilo bastante melancólico, pero sumamente asimilable y melódico, Ashcroft enfrenta esta nueva apuesta con un guiño a lo clásico pero que no pierde su originalidad.



Music is power, Break the night with colour, Why not nothing?, Sweer brother malcom, Simple song, Words just get in the way o Why do lovers?, son algunas de las canciones que componen este languido pero intenso camino musical.



Sin bien, la primera mitad del trabajo es la que mejor funciona, es indudable que la percepción completa de Keys to world es bastante completa. Algo de rock, guitarras acústicas y esa melancólica interpretación de Richard Ashcroft, dan a la nueva apuesta discográfica del ex líder de The Verve, un sello característico, inconfundible, potente, pegajoso, y que por cierto nunca intenta ser pretencioso.




Publicidad

Tendencias