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Valparaíso Vals: el ‘cabaret poético’ de Gigi Caciuleanu

Con música de Isabel Aldunate y poesía de Neruda, Mistral y Hahn, se estrena este jueves 11 la nueva pieza del coreógrafo franco-rumano. Una obra que intersecta la cultura popular con el arte clásico, y que incluye tres canciones picarescas, escritas por Luis Advis para Margot Loyola.


Una bailarina desnuda, cubierta únicamente por una sábana. Un bailarín que, desde atrás, la abraza hasta casi fundirse con ella. Un poema musicalizado: "Vergüenza", de Gabriela Mistral. Una mirada de Valparaíso que pasa de los lugares comunes. Un cabaret en el escenario de un teatro. Una ciudad que se niega a ser definida. Todo esto es, en parte, lo que compone "Valparaíso Vals", la nueva obra del Ballet Nacional Chileno (Banch), que se estrena el próximo jueves 11 en el Teatro de la Universidad de Chile, y que abre la temporada 2006 en danza.



La obra es original de Gigi Caciuleanu, el prestigioso director de la compañía, y busca, según explica, combinar la cultura popular con expresiones más clásicas del arte. Se trata de una serie de "momentos", de instantes del puerto, acompañados por música en vivo. "Lo que hacemos es una obra en torno a la idea de Valparaíso, pero no es una postal, no son fotografías de Valparaíso", relata el coreógrafo.



Con el poema de la Mistral en la mente, Gigi buscaba darle forma a la obra. Una noche, en el Mesón Nerudiano, escuchó cantar a Isabel Aldunate su canción "Valparaíso, puerto esperanza", y tuvo una iluminación. Le propuso que fuera ella la encargada de estructurar musicalmente el proyecto. Aldunate -que tuvo el sueño de convertirse en bailarina hasta que, a los 16 años, se lesionó la columna-, no se hizo de rogar y puso manos a la obra. "Él vio en mi repertorio un inspiración para hacer este trabajo de ballet. Agregué a este repertorio mío algunas canciones de Valparaíso que incluyen íconos, como la canción de Gitano Rodríguez, de Ángel Parra, y "La joya del Pacífico", un clásico", cuenta Aldunate. La obra incluye, además, tres canciones picarescas, compuestas por Luis Advis para Margot Loyola, y poemas musicalizados de Neruda, Gabriela Mistral, Violeta Parra y Óscar Hahn.



"El propósito no es sólo hacer un espectáculo para público iniciado -especifica Caciuleanu- sino también para que el público amplio se inicie. Esta mezcla de arte popular y arte culto, trato también de traducirlo en danza". Si bien la comprensión del concepto es simple, la técnica y la información que se entregan son complejas. Tras cinco años en la dirección del Banch, la compañía tiene su sello personal, eso que él denomina "alter danza", y se traduce, en el escenario, en una obra en la que los bailarines "danzan, no sólo como ejecutantes, sino también como poetas del movimiento, como revolucionarios del movimiento".



-¿Hay posibilidades de que esta obra se presente también en Valparaíso?
-Me encantaría. Es una obra que hice con este sueño escondido. Es una ciudad no sólo hermosa; es una ciudad que llama, que te absorbe, te toma en sus brazos, te gusta y vibras de inmediato con ella. A cualquier habitante del mundo le impacta una ciudad así. Sería una ocasión fantástica también para la gente de Valparaíso, descubrir la ciudad a través de los ojos de un gringo.



-Has dicho que tu idea es que este espectáculo sea una especie de cabaret poético. ¿Te refieres a lo lúdico, a lo lúbrico…?
-Me refiero a la mezcla de lo íntimo con lo privado. En un cabaret estás encerrado en un pequeño espacio con la gente. Esto va a ser en un teatro, no se puede reproducir la esencia de un cabaret, pero sí voy a abrir un espacio en el escenario en el que va a haber gente del público. Unas sesenta personas, que van a estar en el espacio mismo del juego. Ellos van a ver el espectáculo desde detrás, o por el lado, lo que va a darles una perspectiva diferente, más íntima; eso se va a mezclar con la grandiosidad de un teatro.



-Se celebra el día de la danza. Tú has sido uno de los artífices de la idea de que la danza llegue a públicos mucho más amplios. ¿Crees que se está cumpliendo?
-Tenemos mucho trabajo. Sobre todo, un trabajo de no banalización, de dar al público lo mejor, no hacer cualquier cosa en cualquier momento. También hay que respetar al público no tradicional: quiero decir que si bailamos en la calle, o en una bodega o en un museo, debemos dar lo mejor. Eso es parte de lo que se necesita para que la danza sea un arte mayor, como la música.



Otras obras del Banch



Además de "Valparaíso Vals", el Banch volverá a presentar la obra "Mozartíssimo" -que fue la primera que el coreógrafo francés hizo con la compañía-, y estrenará dos piezas más: "Soñando a Coppelia" y "Sinfonía fantástica".



"Soñando a Coppelia" es una reescritura coreográfica del ballet clásico, con música de Leo Delibes. En este caso, la aproximación es tremendamente vanguardista, puesto que ha escogido el segundo acto -el de los juguetes- para reflexionar acerca de la locura y la soledad. "Coppelius -el inventor- está en medio de sus autómatas, jugando con ellos y su computador. Me gustó mucho la idea de llegar a una obra clásica por el lado del juego serio, el juego más serio del mundo", cuenta Caciuleanu sobre la obra que montarán los coreógrados italianos Laura Martorana y Massimiliano Siccardi.



"Sinfonía fantástica", en tanto, es una creación del director del Banch que tiene como eje la música que Héctor Berlioz compuso para la actriz Harriet Smithson, quien representaba a la clásica Ofelia, de Shakespeare. A partir de este núcleo, la pieza habla de la condición esencial de soledad que envuelve a todo creador. "El bailarín representa esta soledad, y la sensación que le pedí que representara es como si los perros lo comieran por dentro".

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